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Opinión

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El furor de las tarifas

Hasta el momento, salvo el golpe en las cotizaciones del peso y el dólar canadiense contra el dólar, la reacción en los mercados globales ha sido modesta. Las bolsas casi no respondieron

FILE PHOTO: U.S. President-elect Donald Trump gestures as he meets with House Republicans on Capitol Hill in Washington, U.S., November 13, 2024. REUTERS/Brian Snyder/File Photo

Donald Trump prometió tarifas del 25% a productos de México y Canadá. foto: reuters Brian Snyder

Hay que tomar en serio la amenaza de la imposición de tarifas arancelarias por parte de Donald Trump. No se trata de la primera versión, tiene la mayoría en las dos cámaras y un mayor respaldo popular para llevar a cabo este tipo de iniciativas.  

Sin embargo, esta primera mención como presidente electo levantó pocas olas en los mercados financieros globales y muchos comentarios, hay una especie de furor con el tema.

¿Hay alguien realmente sorprendido por el tuit de antier? Trump se definió a sí mismo como un “tariff man” (hombre tarifa) en el 2018; su política ahora es más proteccionista, en especial en contra de China.

Realmente la amenaza condicionada a que se reduzca el tráfico de indocumentados y de narcóticos desde México, ¡y Canadá!, parece que puede estar lejos de lo que realmente suceda.

Hasta el momento, salvo el golpe en las cotizaciones del peso y el dólar canadiense contra el dólar, la reacción en los mercados globales ha sido modesta. Las bolsas casi no respondieron, y las tasas de interés en Estados Unidos no se inmutaron.

Ahora todos tratamos de calibrar las consecuencias y posibles derivaciones de la imposición de tarifas arancelarias si es que llegan a ejecutarse en esa magnitud.

Lo primero que hay que decir es que el promedio de tarifas impuestas a las importaciones en el primer período de Trump como presidente no llegó a destacar, no alcanzaron el 2% que fue el promedio de las tarifas existentes durante todo este siglo.

Ahora, los porcentajes de los que habló Trump son muy relevantes, significaría imponer tarifas en el 40% del total de las importaciones, ello dispararía el promedio muy por encima de su media histórica de los últimos 50 años.

Es probable que dichas tarifas no pudieran ser permanentes ya que en un año y medio se renegociará de nuevo el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (T-MEC). Me parece que hay más de una señal de que el T-MEC tiene un segundo orden de importancia, si se trataba de eso, la revuelta de ayer y hoy parece eficaz.

Otra posible señal es orientar de nuevo a los mercados que se tranquilizaron al designarse a Scott Bessens como secretario del Tesoro, un personaje moderado a ojos de muchos, y que había causado una pequeña ola de calma entre los inversionistas.

Como le decía al principio, la posibilidad hoy es más abierta. La participación del Congreso puede ser la clave. Hay ya sometidas al Senado norteamericano iniciativas para remover el estatus comercial de China, de suceder, podríamos observar tarifas que vayan incluso al 100% del precio de importación.

Una iniciativa similar está por someterse a la Cámara de Representantes. Un Congreso a su favor les da a las amenazas de Trump un mayor porcentaje de probabilidad.

¿Serían efectivas las tarifas? En el tema migratorio y de narcotráfico difícilmente. En el tema económico, serían más bien desastrosas. El comercio entre México, Estados Unidos y Canadá involucra en un elevado porcentaje el intercambio de insumos.

Los impuestos pueden generar un golpe muy duro a las cadenas de suministro, no solo en la región sino en otras (muchos fabricantes europeos y asiáticos tiene presencia en México o Canadá) y provocar incluso cortes importantes en la producción y el empleo.

Otro tema es el de las devaluaciones en cadena. La semana pasada le mencionaba que era un contrasentido en el afán proteccionista de Trump pretender un dólar fuerte. Pero si las amenazas se cumplen, es muy probable que las contrapartes permitan devaluaciones en su moneda que compensen los ingresos a sus exportadores.

Si esta cadena de eventos aparece, no dude en que Trump tome medidas distintas bajo el argumento de que hay una guerra de cambios en contra de Estados Unidos.

Por último, está el tema inflacionario. Además del impacto que generaría la elevación de precio de los bienes importados, la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) se reprima en la trayectoria de baja de tasas que se espera para el próximo año no va a ser algo que agrade en los mercados.

Muchos problemas para andar amenazando. Ya conocemos al personaje, pero la mejor conclusión es que hacer realidad sus impulsos le generaría problemas importantes en varios frentes de la economía.

Honestamente, creo que el objetivo no son sus socios en Norteamérica y que estos deberían estar considerando restringir la presencia de productos de China que tengan como objetivo el mercado de Estados Unidos.

Lo que puedan lograr en año y medio les da una palanca para llegar en mejor posición a la negociación de junio del 2026.

Mientras, piense que días como los últimos dos va a haber muchos no solo de aquí al 20 de enero sino también después.

*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de Invex.

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