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Luces y sombras en la economía 2024
Cerramos un año de altibajos para la economía nacional.
Después de iniciar el 2024 con un escenario lleno de oportunidades gracias al nearshoring, al buen ritmo en inversiones y exportaciones, y sin dejar de considerar el posible impacto de las elecciones tanto en México como en Estados Unidos, a lo largo del año distintos indicadores económicos mostraron momentos de luces o señales de avance, mientras que otros registraron sombras, retrocesos o complicaciones para recuperarse. En ese sentido, nos parece importante hacer un balance sobre estas luces y sombras de la economía mexicana en 2024.
Respecto a las luces, destacamos las siguientes:
Exportaciones: el país avanzó en el top 10 de exportación de alimentos a nivel mundial, para llegar al lugar 7. Asimismo, ascendió al tercer puesto de exportación de autos o autopartes; la manufactura del sector automotriz fue uno de los sectores con mayor crecimiento. Mientras que la venta de automóviles en el mercado interno también se mantuvo en aumento. Sobre ello, cabe mencionar que el 15% de las importaciones de EU proviene de México, y somos su mayor socio comercial.
Empleo: aunque la generación de empleo no tuvo un buen comportamiento en el primer semestre de 2024, registró alzas importantes para el segundo semestre. Alcanzó un máximo histórico en el mes de octubre con 22 millones 618,942 puestos de trabajo afiliados al IMSS.
Incremento al salario: el salario mínimo mantuvo su tendencia de aumento y para el cierre de 2024 se aprobó un incremento de 12% a partir del 1 de enero de 2025 para pasar a un sueldo mensual de $8,364. En este sentido, en la Coparmex consideramos que este aumento es positivo, pero que aún falta un mayor esfuerzo entre empresas y autoridades para que el salario mensual llegue a la línea de bienestar familiar o dos canasta básicas ($9,300 al mes), el cual esperamos lograr para 2026 y un tercer nivel, el salario de vida digna o 2.5 canastas básicas para el 2030 (12,500 al mes).
En cuanto a las sombras, encontramos lo siguiente:
Inflación: empezó el año en 4.48%, pero estuvo subiendo durante el primer semestre hasta llegar a 4.99% en agosto, y aunque posteriormente tuvo ligeras reducciones, la cifra promedio anual se proyecta en 4.68% con un cierre al alza, lo cual implica una inflación menor a la del año anterior, pero aún sin la baja que se requiere para controlar los precios.
Crecimiento: el crecimiento del PIB registró un comportamiento a la baja. Tuvo un crecimiento de 1.7% en el primer trimestre, bajó más hacia el segundo y se recuperó ligeramente hacia el tercer trimestre llegando a 1.6%. Con este ritmo, se estima que el crecimiento anual presente un porcentaje menor al 2%, sin que en el escenario nacional se hayan impulsado medidas contundentes para revertir la tendencia a la baja en el crecimiento. En relación con ello, tanto a nivel local como internacional se fueron sumando las proyecciones de crecimiento a la baja: Banxico redujo su previsión para el 2024 de 2.4% a 1.5%, y Citibanamex lo hizo de 1.7% a 1.5%, y al final llegó a 1%; el Fondo Monetario Internacional (FMI) la redujo en tres ocasiones, la dejó en 1.5%; mientras que Barclays redujo su proyección de crecimiento en cinco ocasiones, llegando a 1.7%. La mayoría también redujo las expectativas sobre el crecimiento mexicano en 2025.
IED: aunque entre enero y junio del 2024 la IED tuvo un crecimiento de 7.2% interanual (35,738M USD), el 94% corresponde a reinversión de utilidades y 6% a inversión fresca. Además, para el segundo semestre se redujo, y se incrementó la salida de capitales, lo que creó un escenario de incertidumbre en el que entró el país con el cambio de régimen y la aprobación de reformas que impactan en las condiciones para invertir en el presente y futuro.
Calificación crediticia: en este escenario de poco crecimiento y una situación política y financiera compleja, diversas empresas calificadoras se manifestaron en varios momentos del año sobre la situación mexicana, y el balance no fue positivo: por un lado, Moody’s estuvo emitiendo alertas sobre riesgos. Finalmente, cambió de Estable a Negativa la perspectiva de calificación; mientras que la agencia HR Ratings ratificó la calificación en “BBB+”, con cambio de perspectiva Estable a Negativa; Fitch Ratings ratificó la calificación soberana de México en “BBB-” (un nivel bajo), con perspectiva Estable, pero advirtió sobre los riesgos a futuro.
Informalidad: a pesar de los avances en generación de empleo en algunos sectores y del crecimiento en salarios, el 54.6% de la población ocupada sigue en la informalidad, lo cual afecta directamente la economía nacional, y persiste vulnerabilidad para las personas que se desempeñan en sectores informales.
Al cerrar un año con un bajo crecimiento y grandes desafíos para superar, es importante señalar que el potencial de oportunidades de reinversión por la localización o nearshoring siguen vigentes. Es necesario el diálogo y colaboración entre el sector empresarial y el gobierno para un acompañamiento en la revisión del T-MEC y así lograr llevarlo a un siguiente nivel, además de contener las presiones en la relación bilateral con EU. Es importante la unidad entre sectores y el diálogo y colaboración con el gobierno, para lograr un mejor México, porque nadie es mejor que todos juntos.