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Política

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Por mi raza hablará la desigualdad: la enorme brecha entre la élite docente y los profesores de materia

En un ejercicio econométrico, el economista y docente de la Facultad de Economía de la UNAM, Carlos Guerrero de Lizardi, estimó que el coeficiente de Gini ascendería a 0.65 (entre más cercano a 1 refleja una brecha de desigualdad más amplia). Esto es un nivel de desigualdad mayor que el de Sudáfrica. 

Universidad Nacional Autónoma de México. Foto EE: Archivo

Universidad Nacional Autónoma de México. Foto EE: Archivo

De la UNAM han egresado presidentes, empresarios, directores de cine y hasta premios Nobel; la máxima casa de estudios ha educado a millones de profesionitas y para una gran parte de la población ha significado un escalón importante de movilidad social. 

Es curioso entonces que, siendo la UNAM una istitución que ha contribuído a reducir las brechas de desigualdad educativas en el país, al interior de la universidad la desigualdad entre su personal docente y administrativo sea tan grande. 

En su ejercicio econométrico, el economista y docente de la Facultad de Economía de la UNAM, Carlos Guerrero de Lizardi, estimó que el coeficiente de Gini ascendería a 0.65 (entre más cercano a 1 refleja una brecha de desigualdad más amplia). 

Esto implica que, laboralmente hablando, la universidad destina una buena parte de sus recursos hacia una pequeña élite de docentes y personal administrativo en comparación con los profesores de materia que, además, imparten el 70% de las clases. 

El nivel de desigualdad en la comunidad puma no sólo implica sueldos y salarios, también prestaciones y otros derechos laborales. Ser docente o personal de tiempo completo implica percibir remuneraciones mucho más altas, no tener que renovar contratos y tener transferencias pagadas por la UNAM para el auto, la gasolina y hasta el chofer. En el otro lado de la moneda, los docentes de asignatura ni siquiera tienen asegurado su empleo más allá del semestre en turno.

Para darse una idea de lo amplia que es la brecha de desigualdad al interior de la máxima casa de estudios, el estudio ofrece la comparación del coeficiente de Gini para los países más desiguales del mundo, como Sudáfrica, y aún así el estimado para 2020 en la UNAM es mayor.

Caminando hacia la igualdad como eje transversal

El estudio concluye que estas brechas de desigualdad obedecen a la falta de transversalidad de ejes fundamentales en las políticas de la UNAM; la igualdad de género, el aseguramiento del bienestar mínimo para la comunidad y la perspectiva de impacto ecológico no están acompañando los pasos al interior de la universidad. 

"El trato desigual a iguales es un resultado acumulado de las políticas académicas y administrativas universitarias. La UNAM, entonces, debe cambiar −empezando por sus formas de gobierno que representan el teatro en el que se han diseñado y aun instrumentado tales decisiones", señala. 

Es fundamental cerrar estas brechas y desconcentrar los beneficios. Un coeficiente de Gini como el estimado para la máxima casa de estudios refleja la urgencia de repensar y redefinir los ejes de la política universitaria.

Ya es momento que el privilegio y orgullo universitario se repartan de una manera equilibrada, concluye el autor del estudio, economista y docente, Carlos Guerrero de Lizardi.

Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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