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"Spider-Man" sigue sin gustar a los críticos
"Spider-Man: Turn off the Dark", el musical más caro y ridiculizado de la historia de Broadway, sufrió una nueva ronda de críticas aplastantes.
Nueva York.- "Spider-Man: Turn off the Dark", el musical más caro y ridiculizado de la historia de Broadway, sufrió el miércoles una nueva ronda de críticas aplastantes, un día después de que su retrasado estreno oficial atrajera a celebridades como el ex presidente Bill Clinton y el actor Robert De Niro.
La producción de 70 millones de dólares con música de los músicos de Bono y The Edge, de la banda irlandesa U2, había sido demolida más temprano este año durante un récord de 180 pases previos mientras sus productores trataban de remodelarla.
Aunque la obra podría tardar años en dar beneficios, turistas y otros espectadores intrigados podrían mantenerla en Broadway mucho más tiempo que el habitual para producciones tan criticadas.
Problemas técnicos habían retrasado el estreno seis veces desde que empezaron los pases previos el año pasado. El espectáculo fue suspendido después de que una racha de lesiones sobre el escenario y mala publicidad llevara a la salida de su iconoclasta directora Julie Taymor.
Muchos críticos dijeron que aunque el espectáculo había cambiado drásticamente desde la versión inicial de Taymor, seguía cojeando por una trama débil y una música mala.
"Esta historieta cantada ya no es el desastre impío e indescifrable de febrero. Es simplemente aburrido", dijo The New York Times.
Los críticos destrozaron la música, algo embarazoso para los rockeros de U2, considerada de una de las grandes bandas de todos los tiempos.
"Es su mediocre banda sonora, entre otras cosas, lo que lo hace un espectáculo de tercera categoría", dijo el Hollywood Reporter.
Pero independientemente de las críticas, el estreno oficial atrajo a una multitud de primera clase. Además de Clinton y De Niro, estuvieron Taymor, Bono y The Edge, los actores Matt Damon y Steve Martin, el director Spike Lee, la modelo Cindy Crawford y el artista Jeff Koons.
El ex presidente Clinton, hasta ahora desconocido en su faceta de crítico teatral, fue uno de los pocos que salió en su defensa, describiendo la obra como "fabulosa".