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Arte e Ideas

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Alejandra Cervantes es la nueva directora del museo Papalote

La nueva titular expone que un reto para el museo será recuperar las habilidades de interacción y socialización presencial perdidas por la niñez como consecuencia del confinamiento al que obligó la pandemia de Covid-19, generando espacios seguros, de aprendizaje y desarrollando nuevos proyectos.

Foto: Cuartoscuro

Papalote Museo del Niño comienza este 2024 con una nueva dirección, luego del trabajo de Dolores Beistegui, quien estuvo al frente de esta institución por más de 12 años y donde enfrento retos como la campaña "Salvemos Papalote”, para preservar el museo, ahora es el turno de Alejandra Cervantes Mascareño, quien dará continuidad a lo ya realizado, además de generar nuevos proyectos.

 A propósito del nombramiento, El Economista platicó con la nueva directora general. “Estoy realmente muy contenta de estar dirigiendo papalote, muy agradecida con el Consejo Directivo por la confianza que me están brindando al darme el timón de este gran barco; un honor estar al frente de una institución tan sólida, tan querida por todos los mexicanos y que tiene una causa tan noble, que es el desarrollo, la creatividad y la formación de los niños mexicanos”.

Alejandra dice estar convencida de que justamente incidiendo en los niños y las niñas mexicanas es como podemos generar un cambio y una sociedad mucho más diversa, inclusiva y preparada para enfrentar el entorno global, un reto nada sencillo.

Dijo que además Papalote se ha ido transformando, pues el cambio generacional, mezclado con la era tecnológica, los ha forzado a crecer y actualizarse, “aprender cosas nuevas, informarnos para mantenernos vigentes a todos los niveles”. Agrega que incluso la pandemia fue una gran lección a nivel global, “de adaptarnos, de cambiar, de reconfigurar ciertos comportamientos. Entonces justamente si el entorno global y el entorno en México va cambiando tan rápido, pues Papalote no puede ser la excepción” tiene que estar actualizado.

Comparte que en el 2024 tenemos una Ciudad de México tan competida y compleja, llena de ofertas de entretenimiento y de actividades socioculturales, gastronómicas, entre otras, que entonces el reto se mantiene, sin embargo, asegura que ella y todo el personal de Papalote están preparados.

¿Cómo son los niños en 2024?

La especialista en relaciones institucionales, gestión y administración de proyectos museísticos comparte que el niño del 2024 está acostumbrado a la agilidad, al cambio, está bastante expuesto a la tecnología, pero a la vez es un niño que necesita espacios seguros, de contención y de libre aprendizaje, “ellos siguen siendo inquietos, independientemente del año en que hayan nacido”.

De ahí la importancia de que existan espacios físicos dedicados a ellos, “que tengas que venir al museo para experimentarlo, este es un componente que nos diferencia de muchas otras experiencias y sobre todo hablando de toda esta parte tecnológica y virtual, que es indispensable, pero aquí hay que venir a papalote para tener la experiencia completa”.

Agrega que es muy necesario regresar a espacios como Papalote después de una pandemia que ciertamente marcó a esta generación de niños que presentan muchos temores, por ejemplo, miedo a la interacción, al público, a los mismos pares, fue una situación que nos llevó al extremo y en ese sentido Papalote es un lugar clave para poder trabajar con ellos esas habilidades perdidas.

“Hay que atender a una generación de niños que sin duda les tocó estar encerrados muchos meses incluso años, por lo que necesitan esta experiencia sensorial, la experiencia presencial y necesitan experimentar el espacio cultural como un lugar en el que pueden ser libres, en el que pueden jugar y descubrir. La generación de niños a los que circunstancialmente les tocó esta etapa clave en encierro, sí lo necesitan mucho más que un niño que nació en circunstancias regulares, venir a Papalote dota de una experiencia táctil sensorial y educativa muy importante”.

Un poco sobre Papalote en esta nueva era

Cervantes comparte algunos de los proyectos más emblemáticos de Papalote en este momento, por ejemplo, la Misión Sueña 0030, una exposición que nos habla del poder del sueño en un sentido del descanso y de la higiene, de las ventajas que trae a tu salud corporal, física, mental y emocional. Pero luego lo llevan a la parte de soñar y realizarse como personas, “para poderte convertir en lo que tú quieras hacer”. Este es un proyecto pensado por los 30 años de Papalote, de ahí toma su nombre de 0030.

La directora del museo asegura que este espacio ha tenido realmente un impacto muy importante en los niños y las niñas que lo visitan por dos cosas: Uno para hacerlos responsables de esta necesidad de tener un sueño saludable, para poder tener la energía y las herramientas para darlo todo al día siguiente, pero, por otra parte, la inspiración y empoderamiento a los niños de soñar en grande para convertirse en grandes héroes de su propia historia.

Por otro lado, recientemente reabrieron el Patio de las Aventuras, que es el patio para la primera infancia, un espacio al aire libre, que es muy importante para los pequeños y que incluye el famoso camión de bomberos, un espacio favorito porque experimentan y se meten en el papel, ¿quién de pequeño no soñó en ser bombero?

Además, está la Casita de las Aventuras, misma que nos da esta memoria de la infancia y nos enseña sobre las labores del hogar, también está la actividad de escalada, para la parte física pues los niños lo necesitan mucho, sobre todo en la primera infancia, y la pista de carritos.

Alejandra concluye asegurando que todo esto no sería posible sin un gran equipo de trabajo detrás de la configuración de Papalote. “Es una institución muy sólida y no solamente porque lleva 30 años, sino porque realmente tiene equipos de trabajo muy comprometidos y especializados en la materia de educación, de los niños, de desarrollo y todo lo que necesitan para ellos aprender mejor. Aquí nos tomamos muy en serio la formación y el desarrollo de los pequeños y pues eso no se puede improvisar o tomar a la ligera, gracias a ellos (al equipo) estos 30 años han sido de éxito y sin duda los 30 siguientes así lo van a ser”.

nelly.toche@eleconomista.mx

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Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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