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Ambulante pone el foco en los desaparecidos y sus familias
Duele más enfrentarte a una sociedad revictimizante que a la delincuencia y al gobierno, declara Mirna Nereyda Medina, madre de un joven desaparecido en Sinaloa y protagonista del documental Te nombré en el silencio, parte del ciclo fílmico Rostros y luces.
En 2014 la educadora Mirna Nereyda Medina, habitante del municipio de El Fuerte, en Sinaloa, reunió a un grupo de familiares de personas desaparecidas, la gran mayoría mujeres decididas a sobreponerse del miedo a la violencia imperante en el estado y salió en busca de sus seres queridos. La causa personal de Mirna, esa que no le permitió claudicar ni contra todas las adversidades, muchas impuestas por las propias autoridades, era la búsqueda de su hijo Roberto Corrales Medina. Ese colectivo se hizo llamar Las rastreadoras de El Fuerte.
Han sido cientos los cuerpos hallados en fosas clandestinas por este grupo de mujeres sobrepuestas de la parálisis de una pérdida e impulsadas, sobre todo, por la indignación ante la negligencia judicial. Los restos de Roberto, apenas cuatro vértebras, partes de un brazo y del cráneo, fueron el hallazgo del grupo número 93, con identidad desconocida. El instinto de Mirna la impulsó a insistir en que se realizaran pruebas de identificación de esos contados huesos que ya habían sido relegados a un archivo. Sólo así supo que se trataba de Roberto.
“Si mi intuición de madre no me hubiera dicho que los restos eran de mi hijo yo no lo hubiera encontrado nunca, porque esos restos depositados en una bolsita de papel se hubieran perdido”, comparte la buscadora.
“Cuando nosotras recién empezamos, la misma sociedad y la familia decían que si se los llevaban era porque habían hecho algo, que se lo merecían. Duele más enfrentarte a una sociedad revictimizante que a la delincuencia y al gobierno. En un principio fuimos llamadas ‘las locas de las palas’ porque andábamos con una pala, un machete y la fotografía de nuestro desaparecido colgando. La sociedad nos debe mucho. El gobierno, más que nada, nos debe mucho”.
La historia de Mirna es parte del documental Te nombré en el silencio (2021), del realizador José María Espinosa, uno de los siete filmes que integran la programación de Rostros y luces que, más que otro ciclo organizado por el Festival Ambulante, dijo Meghan Mansour, directora de programación, durante la presentación este lunes, es un programa que nace de la convicción de consolidar al documental como “un vehículo para la justicia y poner luz sobre las luchas de las familias (de las personas desaparecidas), movilizar a las audiencias y crear redes de apoyo entre públicos, activistas y familiares”.
De esta manera, los días 15 de cada mes se liberará un título nuevo que estará disponible de manera gratuita a través de Cinépolis Klick y este será acompañado en las redes sociales de Ambulante con contenidos digitales y actividades en vivo con los protagonistas de las películas, colectivos, organizaciones de derechos humanos, académicos y los equipos de realización de cada trabajo fílmico. La iniciativa es financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés).
Otro de los siete documentales que forman parte de la minuciosa selección es Volverte a ver (2020), de la realizadora Carolina Corral, quien atendió la presentación y opinó:
“Ojalá fueran errores y omisiones, pero en una cultura que criminaliza a los que mueren y generalmente son pobres está el primer error. Desde que un cuerpo desaparece, cuando las mamás van a preguntar por él, se llenan de tabúes y les dicen que a lo mejor se fue con el novio o en algo andaba; cuando los forenses encuentran un cuerpo y esconden evidencia o al levantarlo se pierde la cadena de custodia, hasta esconder a la sociedad civil que 200 cuerpos fueron enterrados por el Estado, hay más que un error o una omisión. El gobierno está implicado en crímenes, negligencias y ocultamientos junto con el crimen organizado”.
Por último, Meghan Mansour expresó que no es poco que la industria del cine mexicano exija más espacio a los exhibidores para mostrar sus cintas, especialmente para los documentales. “Ojalá cuando regresemos a las salas de exhibición físicas haya más apertura a estos temas. Aunque, por suerte hay muchas salas pequeñas y festivales que están construyendo público y dando salida a estas cintas”.
El ciclo Rostros y luces para vincular al público con los familiares de personas desaparecidas iniciará el 15 de mayo con Volverte a ver.