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Aprende en Casa evidenció desigualdad económica y rezago en acceso a tecnología: Coneval
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social recomendó procurar que la educación a distancia no aumente la carga administrativa al personal docente y sugirió ofrecerles de manera oportuna toda la información y materiales necesarios para la planeación pedagógica.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) advirtió que la Estrategia Aprende en Casa evidenció un enorme problema de desigualdad económica y de acceso a las tecnologías en México, situación que impactó directamente al aprendizaje de aquellos alumnos de educación básica pertenecientes a los hogares en mayor situación de desventaja.
Al realizar la Evaluación Inicial de la Estrategia Aprende en Casa 2021, el Coneval dio cuenta que el acceso diferenciado a los medios tecnológicos, como televisor, computadora, servicio de telefonía, energía eléctrica e internet, son una limitante que enfrenta la Estrategia para dar continuidad al servicio educativo, principalmente entre los alumnos de educación indígena y comunitaria, quienes pueden presentar obstáculos para acceder a la programación de esta estrategia, debido a las limitaciones de los contextos en donde residen.
Así como a la incorporación marginal de contenidos dirigidos a estos servicios educativos, lo que podría generar una ampliación del rezago educativo para esta población.
Luego de recordar que la Estrategia Aprende en Casa tiene como propósito contribuir a la educación a distancia ante las afectaciones provocada por la pandemia de Covid-19, el organismo de evaluación destacó que, en cuanto a garantizar el derecho a la educación, este objetivo va mucho más allá del alcance de la Estrategia, ya que no depende únicamente de poner a disposición de la comunidad educativa, planes, programas, materiales y contenidos para facilitar la acción pedagógica a distancia, sino que involucra el cumplimiento de otra serie de condiciones como la accesibilidad física y económica a las tecnologías utilizadas para volver disponible el servicio.
Por lo que existen todavía en nuestro país amplios sectores de población que presentan barreras en este sentido. Además, aun cuando Aprende en Casa puede contribuir con la reducción de las brechas derivadas directamente del cierre de las escuelas y facilitar la reducción de brechas entre poblaciones específicas, como una estrategia complementaria, persiste la incógnita de si las herramientas que implementa están realmente permitiendo el aprovechamiento de los conocimientos previstos y promueven el aprendizaje efectivo.
Asimismo, la evaluación del programa indicó que, ante este panorama, no se identificaron acciones dentro de la estrategia para otorgar diversos apoyos, ya sea en especie o económicos, para lograr que más niños, niñas y adolescentes, especialmente los provenientes de hogares en situación de vulnerabilidad sin acceso a recursos tecnológicos, contaran con dispositivos y servicios que les permitieran conectarse a internet.
“Es decir, aunque Aprende en Casa genera recursos y contenidos digitales para dar continuidad al proceso educativo, existen brechas relevantes que impiden el acceso de todos los estudiantes a estos contenidos, por lo que para lograr que la Estrategia sea efectiva es importante considerar la entrega de apoyos adicionales para poder hacer uso de los recursos provistos en materia educativa”, señaló el documento.
En tanto, se reconoció que mantener comunicación entre los docentes, familias y alumnos por medio de los servicios de mensajería instantánea vía internet puede traducirse en un incremento en los gastos de los hogares debido a la necesidad de contratar servicios telefónicos de datos móviles, lo cual puede afectar el ingreso de los hogares más vulnerables e incluso representar un obstáculo para la continuidad educativa de los menores.
Mientras que a poco más de un año del inicio de Aprende en Casa, se llamó a la necesidad de que se cuente con un documento normativo que enuncie con claridad el objetivo o propósito del programa, pero además para poder identificar si está logrando cumplir con los objetivos propuestos.
“En ese sentido, es necesario construir indicadores, cualitativos y/o cuantitativos, más allá de los de gestión con los que cuenta, para tener información que permita monitorear su implementación, así como el cumplimiento de sus objetivos”, se dijo.
En este sentido, se indicó que los datos obtenidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la Encuesta sobre Aprende en Casa II, muestran que el 40.0% de los alumnos que participaron en el sondeo dijeron no ver los programas de televisión de la SEP. Mientras que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), registró que, entre la población estudiantil inscrita en el ciclo escolar 2019-2020 la televisión era usada solo por 8.8% de los estudiantes de primaria y 2.3% entre los estudiantes de secundaria para actividades escolares o clases a distancia.
Mientras que en caso de los procesos de producción y emisión de los materiales a través de radio, se destacó que si bien la SEP participa activamente en la definición del contenido, “es necesario señalar que no se identificaron mecanismos para dar seguimiento y revisión a la elaboración de estos programas por parte de la Secretaría”.
Al tiempo que se requiere implementar mecanismos para monitorear y conocer la cobertura de los recursos generados por la Estrategia, así como acciones que permitan identificar la utilidad de los materiales para alumnos y maestros y retroalimentar su diseño para contribuir a su aprovechamiento.
Por otro lado, el Coneval también recomendó procurar que la educación a distancia no aumente la carga administrativa al personal docente y se sugirió ofrecerles de manera oportuna toda la información y materiales necesarios para la planeación pedagógica.
Retos en el regreso a clases
Por otro lado, al presentar la Información Estratégica para el Regreso a Clases en México, 2021, el organismo indicó que el análisis de los retos permitió observar la incidencia de problemáticas estructurales, o preexistentes a la pandemia, y otras que se agudizan por las afectaciones de ésta en el ámbito educativo.
Entre los hallazgos, se identificó que en el ciclo escolar 2019-2020 se registró una tasa de abandono de 0.7 por ciento a nivel primaria y 4.2 por ciento a nivel secundaria. Además de que se identificaron brechas y carencias en las condiciones de infraestructura física escolar en las escuelas primarias y secundarias del país: 27.2 por ciento de estas no tenían acceso al agua potable y el 32.4 por ciento no contaban con servicios básicos para el lavado de manos al inicio del ciclo escolar 2019-2020.
Además, entre los principales retos destacan: la necesidad de adecuación de contenidos curriculares y la modificación de la planeación docente y actividades pedagógicas en modelos educativos mixtos o a distancia; carencias y brechas en el acceso a infraestructura educativa básica para la garantía de las medidas de sana distancia y cuidado de la salud, y posible incremento de la incidencia del abandono, desafiliación educativa, rezago en los aprendizajes y problemas de salud socioemocional, principalmente en los Niñas, Niños y Adolescentes provenientes de los contextos más vulnerables
Se dijo que entre los factores que pueden incidir en el abandono o rezago, están los relacionadas con la inseguridad, violencia intrafamiliar, embarazo adolescente y trabajo infantil, por lo que también es importante diseñar estrategias para su atención.
Además, se sugiere implementar campañas de información a los padres, madres y tutores sobre la importancia de la educación de los estudiantes, y continuar con la entrega de los apoyos que inciden en el ingreso de los hogares, como son las becas, apoyos alimentarios o comedores, priorizando a los hogares en mayor situación de vulnerabilidad.
kg