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Arte e Ideas

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Arqueólogos logran datar la conquista de Tikal por los teotihuacanos

Estelas del sitio arqueológico de Naachtun, en Guatemala, refieren que la toma de Tikal ocurrió el 16 de enero de 378 d. C., revela el arqueólogo del Centro Nacional para la Investigación Científica, Philippe Nondédéo, en El Colegio Nacional.

Foto: Especial

En la cúspide de su poder, Teotihuacan, la gran urbe prehispánica del Altiplano Central mexicano, exploró y conquistó diversas capitales mayas, un dato ya conocido por los especialistas; sin embargo, hasta ahora, poco se sabía de la fecha precisa en que ocurrió la toma de Tikal y del apoyo que diversos señoríos locales dieron a los teotihuacanos para su victoria.

El caso de Naachtun, una zona arqueológica guatemalteca que habría sido el ‘brazo armado’ de Teotihuacan en el área maya, fue expuesto por el arqueólogo Philippe Nondédéo en el ciclo de conferencias “La arqueología hoy”, coordinado en El Colegio Nacional por el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Leonardo López Luján.

De acuerdo con el investigador del Centro Nacional para la Investigación Científica francés, es gracias a la interpretación de monumentos como la Estela 24 de ese sitio guatemalteco, como se ha datado con precisión tal evento histórico.

“Una de las fechas más importantes de esa estela es 11 Eb’, la cual se puede traducir como el 16 de enero de 378 d. C., día en el que los teotihuacanos entraron a Tikal”.

Nondédéo, doctor en Antropología, Etnología y Prehistoria por la Universidad París 1 mencionó que el contenido glífico de la citada estela también incluye las fechas mayas 9 Ok y 10 Chwen, las cuales se han interpretado como los dos días previos a 11 Eb’.

“El problema de este monumento, y que siempre es una lástima en epigrafía, es que la narrativa de los acontecimientos ocurridos en ambas fechas debió estar en la parte superior de la estela, que es justamente la parte faltante en nuestros días”.

No obstante, Philippe Nondédéo explicó que otros datos que permiten reconstruir lo ocurrido en el año 378 pueden extraerse al confrontar la Estela 24 con la Estela 23, una de las más tempranas de Naachtun.

En esta estela se plasma cómo Naachtun instauró la dinastía Suutz’ (Murciélago), la cual gobernó en el periodo Clásico Temprano (150–550 d. C.), aunque se precisa que esta inició con un gobernante local.

De manera contrastante, la Estela 24 indica no sólo la fecha del inicio de la dinastía: 14 años, 14 meses y 11 días antes de la toma de Tikal, es decir, el 13 de junio de 363 d. C., sino que, “al momento de hablar del gobernante en turno, hacia 378, se menciona que este es un k’uh [ul] Suutz’ ajaw, es decir, ya no es un gobernante sencillo, sino un señor sagrado”.

Para el arqueólogo francés este cambio en la forma de llamar al gobernante de Naachtun, indica que, quizá por su apoyo a Teotihuacan, manifiesto en víveres, armamento, guerreros y guías para recorrer la selva maya, el rango de la ciudad y de su regente fueron elevados al punto que adquirieron una importancia de tipo regional.

“A muchos, incluso a mí, les parecería imposible que una ciudad como Naachtun pudiera ejercer dominio sobre Calakmul, una urbe mucho más grande para la época. Pero si pensamos que detrás de Naachtun habrían estado Tikal y Teotihuacan, el panorama político cambia totalmente”.

El declive de Naachtun

Durante ese apogeo político, el cual abarcó de 378 a 500 d. C., la influencia de Teotihuacan en Naachtun fue notable en los edificios tipo talud-tablero, propios de la gran metrópoli. El hallazgo de materiales como la obsidiana traída desde el centro de México, también es indicativo de esta estrecha relación.

No obstante, el colapso de Teotihuacan implicó también la caída política de sus ciudades periféricas. De allí que hacia el año 550 d. C., la evidencia material y las estelas de Naachtun y de otros sitios cercanos refieren un cambio en el poder, coincidente con el alzamiento de la dinastía Kanul que, desde Calakmul, controló gran parte del área maya en los siglos posteriores.

Philippe Nondédéo finalizó su participación comentando que, las investigaciones arqueológicas, epigráficas, de paleoambiente y mediante LIDAR continúan en ese sitio arqueológico de Guatemala. Para ello, dijo, ha sido clave el apoyo de las comunidades locales, toda vez que Naachtun hace honor al significado de su nombre: ‘Piedras lejanas’, el cual le fue dado en 1922 por el arqueólogo estadounidense Sylvannus Morley, por lo difícil que resulta acceder a ella.

rrg

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