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Arte e Ideas

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Danzas noruegas, felices coincidencias

Tendremos oportunidad de escuchar con la OFUNAM el trabajo al piano de Alberto Cruzprieto y la conducción orquestal de Juan Carlos Lomónaco en un menú musical interesante, que incluye piezas de Grieg, sus Danzas Noruegas,

Este fin de semana tendremos oportunidad de escuchar con la OFUNAM el trabajo al piano de Alberto Cruzprieto y la conducción orquestal de Juan Carlos Lomónaco en un menú musical interesante, que incluye piezas de Grieg, sus Danzas Noruegas, creaciones de gran belleza y atractivo estilístico para pasar un buen fin de semana al margen de vicisitudes políticas, este sábado 1 de diciembre a las 20:00 horas y el domingo 2 a las 12:00 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

Aparte de las piezas de Edvard Grieg (Noruega 1843-1907), la Orquesta Filarmónica de la UNAM interpretará Selecciones de Suite de las ciencias de Toussaint, Divertimento para piano de Gutiérrez Heras, y Rapsodia española de Ravel.

No obstante, lo más atractivo del programa son estas danzas, deliciosos bocadillos de raigambre netamente nacionalista que corresponden a un periodo de madurez creativa. Edvard Grieg fue uno de los precursores en el desarrollo del nacionalismo musical de su país, Noruega. Pero no sólo eso, mostró aquí su pericia en el manejo de la armonía cromática, cuestión que influyó en el lenguaje musical de compositores tan importantes como Debussy, Grainger, MacDowell y Delius.

Confluyen en esta época dos felices coincidencias: las Danzas noruegas surgen a partir de la relación del autor con el compositor nacionalista Rikard Nordraak. A partir de 1880, Grieg liga su vida musical al folclor de Noruega y manifiesta un importante desarrollo de su pensamiento armónico. Las Danzas noruegas Op. 35 fueron compuestas en 1881 para piano a cuatro manos.

Aunque su obra tiene un dejo estilístico que lo asemeja a Schumann o a Liszt, sin embargo logra un trabajo muy original y atractivo sobre todo por el material temático que comportan sus obras, dotadas por la música autóctona de Noruega.

Hacia 1875, la creación de Edvard Grieg se ligó estrechamente con el teatro (es ésta la otra feliz coincidencia), aquí recibe el influjo importante de un enorme maestro de la dramaturgia mundial, Henrik Ibsen. Grieg colaboró con partituras incidentales para las piezas Jorsalfar y Peer Gynt.

Siendo ésta última la más popular, también basada por Ibsen en cuentos de la tradición noruega. Lo que representó un enorme éxito. Éxito que aprovechó Grieg para difundir el arte de su país en el mundo.

El director huésped Juan Carlos Lomónaco y el pianista Alberto Cruzprieto son garantía de un buen concierto.

ricardo.pacheco@eleconomista.mx

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