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Arte e Ideas

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David Portilla, una vocación que viajaba en camión de carga

Reúne las mejores actuaciones del tenor realizadas en el Palacio de Mármol entre 1993 y el 2006; es representativo de una época brillante de la ópera en México.

Corrían los años 70 y la virtud artística viajaba en un camión de refrescos. El vehículo repartidor avanzaba lento entre el escaso tránsito de la medianía del siglo XX; buscaba los sitios donde dejar su producto en el centro de la ciudad de México. El conductor pasó como otras tantas veces por enfrente del Palacio de Bellas Artes, pero esta vez sobre su fachada de mármol había algo distinto, lucía una manta con esta leyenda: Hoy audiciones para la ópera .

Al chofer del camión repartidor algo se le removió en las entrañas, el culpable era ese letrero que le llamaba como el destino. Así que dejó el volante y presuroso le dijo a su ayudante: Llévate el camión, yo luego te alcanzo .

El hombre entró al palacio, llegó al sitio donde se estaban realizando las audiciones y se inscribió. Pero a la hora en que le tocaba pasar a cantar recién se dio cuenta que no traía la partitura, así que localizó a alguno de los otros participantes, pidió prestado un texto musical con la suerte de que ya lo conocía, lo entregó al pianista y cantó con el alma, tan bien que de inmediato quedó contratado para esa temporada.

Cuando los dioses de la ópera dan su venia no hay fuerza humana que los contenga…

El chofer del camión era el tenor David Portilla (10 de septiembre de 1933, Gómez Palacio, Durango-enero 9 del 2006, ciudad de México), quien debutó a los 27 años de edad en el teatro del Palacio de Bellas Artes en la ópera L’amico Fritz, de Pietro Mascagni.

Pasado el tiempo se convertiría en uno de los más brillantes exponentes del arte del canto en México, quien muriera en el 2006, y del que ahora podemos disfrutar sus voz, sus excelentes interpretaciones, gracias a la recopilación que se ha logrado de su canto en el tercer disco de la serie Memorias Sonoras del Palacio de Bellas Artes, que dirige el maestro Octavio Sosa, a la sazón director de Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes.

El disco en cuestión lleva por título David Portilla 1993-2006, el cual se puede adquirir en las tiendas Educal y en la librería del Palacio de Bellas Artes; disco que reúne las mejores actuaciones de este tenor realizadas en el Palacio de Mármol.

David Portilla murió a los 73 años de una insuficiencia cardiaca, un lunes de enero del 2006. Tenía una voz de tenor lírico, rica en matices, potente y brillante, reconocido en México y en el extranjero por esta cualidad, pero además por la calidad de sus actuaciones dramáticas. Era un hombre generoso que tenía el don de caerle bien a la gente y de ser un buen padre de familia.

El tenor Alfredo Portilla, quien ha seguido los pasos de su padre, es el que refirió la anécdota del camión de refrescos el día de la presentación del disco y quien contó otra anécdota curiosa que tiene que ver con él mismo: desde muy pequeño Alfredo cantaba ópera y lo hacía como diversión y también para costear sus golosinas. El número que tenía puesto (a los tres años) era La donna e’ mobile, la que cantaba por un peso, pero si incluía el agudo finale ganaba otro peso más.

David Portilla llenó al menos tres décadas de buen canto (1960, 1970 y 1980) y se recuerdan de manera especial sus interpretaciones en Turandot, Il Trovatore, I Pagliacci, Andrea Chénier, Manon Lescaut y Tosca, entre otras. El disco compacto de reciente aparición es, sin lugar a dudas, un material de colección, representativo de una época brillante de la ópera en México.

Tenemos presente su interpretación de Nessun dorma en el Palacio (1980), una actuación que está por lo menos al mismo nivel de las de Franco Corelli y del mejor Pavarotti.

Octavio Sosa, productor de este proyecto, explicó a la prensa que el disco es una compilación de grabaciones realizadas entre 1965 y 1990. Aclaró que el material original está compuesto de grabaciones de cinta de carrete que se digitalizaron y a las que se les quitaron los ruidos .

El disco en cuestión incluye arias de las óperas Andrea Chénier, Tosca, Lucia di Lammermoor, Macbeth, La Traviata, Turandot, Cavalleria rusticana, I Pagliacci y Der fliegende hollander, entre otras. Son un total de 11 tracks.

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