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¿Dolor en el oído durante las vacaciones? Podría ser otitis de verano
Las otitis de verano suelen ocurrir por una exposición prolongada a la humedad y afectan principalmente a los niños. La otitis es una de las enfermedades más habituales en niños durante los meses de verano, debido a las largas horas de exposición al agua.
La audición es muy importante porque nos ayuda a poder comunicarnos con el entorno, incluso en la infancia funciona como el peldaño fundamental para poder formar nuestro lenguaje y posteriormente poder adquirir pensamiento lógico y sobrellevar todo el aprendizaje que será necesario para el desarrollo; en la adultez prácticamente es una herramienta que funge como el enlace con la familia, amigos, trabajo y todo entorno social, es el apoyo del funcionamiento cerebral y la cognición.
Por ello es importante estar pendiente del buen funcionamiento del mismo. Un padecimiento frecuente en estas épocas es la otitis de verano (entre el 80 y el 85% de estas otitis se producen en esta época), un término coloquial que se refiere a la otitis externa, es decir, la inflamación del conducto auditivo externo, que está típicamente ligado a la exposición prolongada al agua, es normal después de visitar piscinas, lagunas, el mar o cualquier cuerpo de agua donde se tiene el riesgo de presentar algún tipo de contaminación.
La doctora Dulce María García Jacuinde, médico audióloga y de soporte clínico en MED-EL México, explica que el problema de que se presenten agentes como solventes y fertilizantes en el agua, es que lesionan directamente la piel del conducto externo, lo que deja una pequeña herida que puede provocar que al contacto con bacterias u hongos, estos proliferen y se presente inflamación, tejido purulento, e incluso respuestas sistémicas, como fiebre, o dolor.
El aparato auditivo está conformado por dos porciones: una periférica que corresponde al oído externo y medio, y una central donde se aloja el oído interno. Y así como el oído está conformado de varias partes, también existen distintos tipos de infecciones que pueden afectar a este órgano. “El conducto auditivo externo se compone de piel, folículos de pelo, glándulas sebáceas, es decir, también el conducto suda, esto quiere decir que en el tiempo de calor tenemos mayor producción de cerumen, provocando humedad en nuestros oídos, esto no ocurre tanto en los tiempos de frío”.
Los síntomas más comunes son el dolor de oído, la secreción del oído, picazón, sensación de taponamiento u obstrucción, sensación de pérdida de la audición, y puede existir dolor a la hora de masticar, eso puede propiciar malestar general.
El cerumen
Aunque el cerumen actúa como protección para nuestro oído externo y así poder evitar la otitis de verano, a veces no es suficiente, por eso la especialista sugiere no quitar el cerumen de nuestros oídos con agentes externos, incluso el cotonete puede predisponer el problema al crear una herida por su uso.
Recordó que el cerumen no es como tal suciedad en nuestro conducto, sino un elemento necesario en nuestra piel para protegernos de agentes externos como el polvo, insectos, bacterias microscópicas que logran quedarse ahí sin proliferar hacia la piel o la membrana timpánica. “Solo el exceso de cerumen podría ocasionar una obstrucción mecánica, el famoso tapón de cerumen, pero la manera también preventiva de evitarlos es no usar cotonetes ya que con ellos empujamos el cerumen formando bloques grandes. En estos casos es importante acudir con el especialista para ser tratados”.
¿Cómo cuidarnos?
De manera preventiva, a la hora del baño requerimos de un aseo del pabellón, que es básicamente la oreja, esto lo haremos con agua y jabón, de preferencia neutro, esto evitará irritación, hablando del conducto auditivo externo, prácticamente lo que llegue a caer de agua será suficiente.
Posteriormente, al salir del baño, de acuerdo con la especialista, es recomendable secar el pabellón en todos sus elementos; del conducto únicamente se recomienda con un tela de algodón retirar el exceso de agua, el límite será hasta donde alcance mi dedo índice. Hace hincapié en evitar introducir cotonetes, pinzas, llaves, u otro objeto que son un lato riesgo para propiciar una herida e incluso una perforación de la membrana timpánica.
Ante un diagnóstico de otitis de verano, el tratamiento dependerá del tipo de infección y lugar del oído que afecte a la persona. En el caso de la otitis externa, el tratamiento consiste en el uso de gotas para los oídos que contienen antibiótico. Las gotas atacarán la infección y permitirán disminuir la inflamación del conducto auditivo. Paralelamente, se debe mantener el oído seco, lo que impide el baño en piscinas, lagos o mar durante el verano. Con el tratamiento adecuado, la otitis externa se suele curar en un plazo de 7 a 10 días.
En el caso de la otitis media aguda, la mayoría de las infecciones bacterianas requieren de tratamiento antibiótico. Se suelen recetar medicamentos para el dolor como antiinflamatorios y, en algunos casos, descongestionantes nasales o antialérgicos.