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Arte e Ideas

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Figueroa, el inventor del México canónico

Con este libro la obra del que sigue siendo el cinefotógrafo? más emblemático de México cobra de nuevo vida.

Hay un modo de ver a México que ha perdurado por más de medio siglo. Es el México de las nubes enormes, los jimadores de túnica blanquísima, los magueyes majestuosos y las planicies a lo lejos dominadas por un volcán. Es la mirada de Gabriel Figueroa, tal como la dejó plasmada en un centenar de filmes, entre los que se cuenta la mayor magia del cine nacional: Los olvidados de Luis Buñuel, Jalisco nunca pierde de Chano Urueta, María Candelaria de Emilio Indio Fernández, La noche de la iguana de John Huston. En fin, no hace falta alargar más la lista, que el cine de Figueroa recorre prácticamente toda la historia de nuestro cine.

Y es que ningún cinefotógrafo ha sido tan emblemático de nuestro cine como Figueroa. Han existido, claro, buenos alumnos y fotógrafos con estilos nuevos. Pero seguimos hablando de Figueroa, aun cuando su última película data de ya casi 30 años.

Bajo el cielo de México: Gabriel Figueroa, arte y cine fue una exposición de la obra del maestro en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), auspiciada por la Fundación Televisa.

La exposición abarcó no sólo las ya conocidas fotos de películas, sino también su faceta menos famosa como fotógrafo de revistas, y muchas imágenes del maestro en acción. Lo más interesante es que la muestra daba una visión estética y biográfica de Figueroa.

Ahora la exposición está en un catálogo muy completo publicado por la Fundación Televisa. Es vasta la trayectoria de Figueroa: le entró a casi todo el cine. Fue un aventurero.

Alumno del ruso Serguei Eisenstein (a quien en general el cine de la Época de Oro le debe enormidades) y del fotógrafo estadounidense Gregg Toland (el mismo que fotografió el Ciudadano Kane de Welles), el Figueroa del libro aparece como un aventurero, sí, pero también como alguien que buscaba un canon. Uno de los mejores textos del catálogo llama a su obra murales ambulantes y habla de la influencia de Eisenstein sobre el cine de corte nacionalista en el que mucho participó Figueroa. Camarada de Siqueiros, Rivera y Orozco.

Pero es interesante también encontrar la influencia pictórica europea sobre la fotografía del maestro. Vermeer, Rembrandt, Velázquez, hasta Da Vinci se dibujan en sus cielos Figueroa .

Rica en claroscuros, la obra de Figueroa es parte de la educación fílmica de generaciones de mexicanos. Mientras estábamos metidos en el melodrama, esas imágenes como de sueño se colaron por nuestros ojos. Aún hoy se repiten en miles de cuadros turísticos. Es el México canónico. Es el México a la Gabriel Figueroa.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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