Homenaje entre amigos para Octavio Paz

“Confieso que no me agrada celebrar la muerte de mis seres queridos, prefiero recordarlos a mis horas cuando mi memoria los regresa sin motivo ni aviso previo. Sin embargo, un cuarto de siglo es una tajada de tiempo demasiado contundente para pasarla por alto. Se diría que es un lapso suficiente para cumplir un duelo y mentiría si afirmo que recuerdo a Octavio con el mismo dolor que en su momento me produjo su desaparición. Su figura, su rostro, algunas conversaciones o anécdotas todavía asoman a mi mente sin que yo las convoque, pero ahora extraño a la persona de una manera sosegada”, compartió la ensayista Fabienne Bradu, durante el homenaje que realizó El Colegio Nacional para Octavio Paz a 25 años de su muerte.

“Ser fiel a una figura de la estatura poética y moral, como era Octavio Paz, no consiste en dirigir mausoleos como efigie y cuadrarse como excombatientes de una guerra”, asegura la también narradora francesa, “para mí significa seguir pensando y actuando críticamente como él lo hacía, con la libertad y la valentía que transmitía”. Dijo que hoy hay dos dimensiones en la permanencia de Octavio Paz: La personal y más íntima, y la colectiva, tanto de quienes fueron colaboradores directos, como de la vida nacional.

La poeta María Baranda asegura que el futuro de Octavio Paz siempre estuvo y va a estar en los jóvenes, respondiendo a la temática del encuentro “El futuro de Octavio Paz. A 25 años de su muerte”, así, aquellos afortunados que en su juventud pudieron estar cerca del poeta, ensayista, al diplomático mexicano, al Premio Nobel de Literatura o premio Premio Cervantes, compartieron algunas anécdotas y vivencias para traer de vuelta a este personaje emblemático de la cultura mexicana.

Guillermo Sheridan asegura, “no fui muy amigo de Octavio aunque estuve en su vecindario muchos años y cerca de él en sus meses finales”. Amigos en serio tuvo pocos, amigos que cumplieran con sus expectativas, que como todo en él, eran rigurosas. Él escribió: ´un amigo es la alegría, la lealtad, la rectitud, la claridad en el juicio, la benevolencia, la sonrisa y la risa, la camaradería, es alguien que sabe decirle sí a la vida y a los peores momentos, un amigo es quien nos revela y se revela a sí mismo como en un mágico espejo, una parte de nuestra intimidad, de nuestro ser, la más oculta, mínima y escondida, quizás la más poderosa”.

Sheridan asegura que hubo pocos en ese rango, “los demás, como los de mi generación, éramos admiradores cercanos, compinches, aliados, valedores, compañeros de viaje… Tuvo mentores como Jorge Cuesta y Alfonso Reyes, que además eran amigos, como Villaurrutia y Gorostiza y mentores que además de amigos eran guías como Luis Cernuda”.

“Con mi generación fue que cerró su ronda de viejo solar, porque como escribió alguna vez, la analogía de la amistad es cósmica, todos somos pequeños planetas que orbitamos alrededor de soles elegidos o somos soles para otros, pensaba que la amistad es la otra gran experiencia humana, no menos esencial que la del amor”.

El escritor comparte: “La última noche que lo vi, quizá pasé de amigo útil a amigo perdurable pues me dijo, ´qué bueno que está usted aquí´, lo mismo que nos dice a todos cuando lo leemos, lo mismo que le respondemos sus lectores, ´que bueno Octavio, que bueno que está usted aquí´”.

Luego de las  participaciones, Susana Lizano, presidenta de El Colegio Nacional, tomó la palabra para reiterar que la institución tiene plena confianza en que se cumpla la voluntad expresa y manifiesta de Octavio Paz, de legar su archivo a este Colegio, del cual fue miembro durante los últimos 31 años de su vida. “El Colegio Nacional está listo para recibir el archivo de Octavio Paz, respetuosos del proceso legal en curso”, dijo.

Entre los participantes que también estuvieron recordando a Octavio Paz, están: Roger Bartra, Gabriel Zaid, Malva Flores, Adolfo Castañón, Alberto Ruy Sánchez, Aurelio Asiain, Christopher Domínguez Michael y Enrique Krauze.

nelly.toche@eleconomista.mx