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La AMACC respalda la consolidación del Focine
El cineasta Armando Casas, quien asumirá la presidencia del organismo a partir de noviembre, reconoce que el mecanismo que ha defendido el Imcine por encima de los fideicomisos no debe reemplazarse, pero debe ajustarse para operar de manera más eficaz entre años fiscales; impulsar la nueva ley de cinematografía será una de sus prioridades, afirma.
“Estamos viviendo no solamente una descentralización física del cine mexicano sino mental”, señala el director, productor, académico, investigador y otrora funcionario público Armando Casas Pérez, quien el pasado miércoles fue elegido como presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) para el periodo 2023-2025 y quien asumirá la responsabilidad en relevo de la actriz Leticia Huijara a partir de noviembre próximo.
Casas acepta una entrevista con este diario para explicar la postura que asumirá la AMACC bajo su liderazgo de cara a un panorama de múltiples asuntos por resolver dentro de la industria del audiovisual en nuestro país, la principal o al menos la más inmediata, reconoce, es magnificar las voces de empuje para las reformas pertinentes en el Poder Legislativo.
El gran tema que nos toca en esta nueva etapa de la presidencia de la AMACC es la ley de cinematografía. Es algo que hemos venido trabajando como grupo desde hace varios años (...) el cambio es necesario porque la ley actual es obsoleta, en este ecosistema mediático audiovisual ya no funciona. Se han dado muchos cambios trascendentes de un tiempo para acá, especialmente con las plataformas, y a la Academia le toca estar muy atenta para que esta ley se impulse y promueva las mejores condiciones”, señala de inicio.
Respaldo al Focine, pero es mejorable
El Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) ha comenzado ya con el acercamiento hacia el Legislativo para impulsar la nueva ley de cinematografía. Se trata de una aproximación con cierta urgencia dado que, el pasado 30 de agosto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional la derogación de los artículos 33 al 38 de la vigente Ley Federal de Cinematografía, en los que hasta 2020 se sustentaba el extinto Fidecine, y ordenó al Poder Legislativo que no más allá de diciembre del 2023 debe quedar en ley no la restitución del fideicomiso sino el inmediato restablecimiento de la obligación del Estado sobre la producción y promoción del cine mexicano. Este ordenamiento, en el escenario ideal, debería quedar subsanado con la aprobación del nuevo proyecto de ley.
Por esta misma urgencia, se le pregunta a Armando Casas cuál será la postura de la AMACC, como portavoz gremial, sobre el asunto de los mecanismos de apoyo al cine nacional, cuya pertinencia ha dividido las opiniones del gremio audiovisual. Y Casas se pronuncia en favor de la “pertinencia” del mecanismo a consolidar: el Focine:
“La postura de la Academia es que el fallo de la SCJN es algo favorable para el cine mexicano, pero no es contraproducente con los objetivos del propio gobierno federal, al contrario. La Academia dialoga, y seguirá haciéndolo de manera muy frecuente y muy cercana con el Imcine. Imcine hizo un gran trabajo para que la desaparición de los fideicomisos no paralizara la industria. A la desaparición de los fideicomisos apareció este otro mecanismo (Focine) de una distinta naturaleza, que además apareció de inmediato, ésa es una gran labor para evitar que haya un año sin fondos públicos”, reconoce, pero señala: “hay muchas cosas perfectibles en el Focine”.
Casas evalúa que el Focine opera como un mecanismo supeditado a los tiempos administrativos, a los tiempos fiscales que por su rigor impiden la operación de flujo y revisión presupuestal transanual que requiere la gran mayoría de las producciones audiovisuales. Defiende que prácticamente por regla general, una película no está lista en menos de un año fiscal.
Y aunque el Imcine ha encontrado sistemas de operación que permiten a las producciones tener acceso a los apoyos, éstos se tienen que fragmentar según las previsiones de gasto supeditadas a un proceso presupuestal burocrático.
“El Focine es un mecanismo que tiene que perfeccionarse, no debe reemplazarse. Hay varias cosas que tienen que ajustarse para que la realidad de la producción cinematográfica sea la que prevalezca y no la de la administración pública fiscal, que está muy bien pero no coincide con la realidad de la producción de películas en la mayoría de los casos. Y me parece que el Imcine está muy consciente de que es perfectible. No nos estanquemos, si el Focine tiene sus propias virtudes, solamente busquemos mejorarlas”.
Fortalecer a los sindicatos
Otro de los temas de coyuntura y en los que la AMACC deberá tomar postura es el laboral. Las condiciones han cambiado rotundamente para el grueso del ecosistema ante un nuevo modelo predominante de consumo de material audiovisual, las plataformas; pero esto también volvió impostergable la discusión sobre la informalidad en la que los trabajadores de la industria han operado por décadas.
“Esperaríamos que el movimiento en Estados Unidos permee para bien en otros países, empezando por México, por la natural cercanía. Los trabajadores se enfrentan a un poder enorme, que ellos reconocen como voraz y ambicioso, que buscó imponerse y no negociar. Pero, afortunadamente, los grandes consorcios tuvieron que entender que no era conveniente seguir el camino de la imposición, y es una buena noticia que hasta ahora el gremio de escritores haya alcanzado algunos acuerdos y esperemos que con los actores suceda algo similar”.
El ejemplo del país vecino obliga a un movimiento global, reconoce el presidente electo de la AMACC. “En México queremos que se fortalezca la voz de los gremios del cine, especialmente la de los sindicatos, porque en los últimos años han perdido la presencia que tenían en perjuicio de sus trabajadores afiliados. Ahora no pasa nada si hay jornadas de 16 o 18 horas que potencian las condiciones de riesgo entre los trabajadores. Y tenemos que procurar que esto se regule. Estamos en un momento donde se dibuja un retroceso en las condiciones laborales del cine. Hay que fortalecer los sindicatos, ya sea los que ya existen o que se geste la posibilidad de tener nuevas representaciones, hay que revisarlo”.
Exhibición, un cuello de botella
Por último, sobre el tema de la exhibición de cine nacional, Armando Casas detalla: “hace 25 años la discusión estaba prácticamente centrada en la exhibición porque se produjeron menos películas que nunca en la historia y no había incentivos de ningún tipo. Desde entonces la exhibición del cine mexicano también era uno de los escenarios difíciles. Afortunadamente, hemos avanzado en la producción de manera muy importante, pero tenemos un problema muy serio con la exhibición. Hay un cuello de botella”.
En este momento del mundo, apunta, en muchos de los casos parecería secundaria la preferencia de exhibición en cine mientras que se pondera la llegada de las cintas a las plataformas de streaming.
“Todavía estamos en un contexto de transición, no sabemos exactamente cómo se va a nivelar la situación. Ahora, por la experiencia que he tenido, defiendo mucho el espacio de la televisión, porque sigue siendo el de mayor presencia de las audiencias de México. La televisión no está desapareciendo sino que se está transformando. Y no funciona como antes, pero sigue siendo un nicho muy importante en alcance de audiencia. Y se ha trabajado en este sentido, es importante que exista un canal abierto dedicado exclusivamente a nuestro cine y que las televisoras públicas estén exhibiendo más que nunca el cine nacional”.
La AMACC se compone por:
- +1,800 Miembros Asociados, entre nominados y ganadores del Ariel, de los cuales
- 45 miembros permanecen en activo
- 14 son Miembros Eméritos
- 6 instituciones se integran como Miembros Honorarios. Éstas son:
- Centro de Capacitación Cinematográfica
- Cineteca Nacional
- Dirección General de Actividades Cinematográficas – Filmoteca de la UNAM
- Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (UNAM)
- Estudios Churubusco
- Departamento de Imagen y Sonido (UdeG)
Descentralizar la Academia
La AMACC tendrá una continuidad sobre la descentralización de sus estatutos, integración y canales de difusión y fomento, así como en las galas de los premios Ariel cuyo primer paso fue la concreción de la edición 65 en el Teatro Degollado, en Guadalajara, Jalisco. “Tenemos toda la intención de continuar con este proceso”, menciona Armando Casas y. señala que otro paso para descentralizar es que la AMACC integre cada vez más miembros activos desde otras regiones del país y en otras naciones.
Hay mucha conciencia de que los detalles del mecanismo se tienen que trabajar, Imcine está muy consciente sobre lo que es perfectible (...) no nos estanquemos, si el Focine tiene sus propias virtudes, busquemos mejorarlas”
Armando Casas, presidente electo de la AMACC
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