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Entre las brumas de la estación de otoño

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OpiniónEl Economista

Quince años más tarde, la memoria de aquel día ha vuelto a mí.

Carlos Ruiz Zafón

Cada año que pasa, nos significa en la observancia de los compradores en el buen fin, menos algarabía, rostros adustos, sin convencimiento de las compras, quizá con un dejo de lejos de salvar las deudas que se arrastran, las tarjetas de crédito quedan al tope del límite de crédito, en la mayoría de los casos impagable.

Se ha presentado el presupuesto de egresos y la ley de ingresos en la Cámara de Diputados, para el ejercicio 2025, con un secretario de Hacienda y Crédito Público, con números duros, pero en ese realismo mágico de los compromisos previos, las obras del sexenio anterior que se siguen solventando.

Con un crecimiento estimado de la economía en un 2.3%, conservador por supuesto, y con los incrementos a los salarios cada año, para hacer frente al índice inflacionario, porque además el compromiso es seguir cumpliendo con los programas sociales establecidos en la Carta Magna, más los tres que suma la presidenta Sheinbaum.

Por supuesto que estamos del lado de los que deseamos le vaya bien a México, a pesar de los agoreros del mal, en las afirmaciones del peligro del T-MEC en su revisión y seguramente renovación, ahora bajo la administración del futuro presidente Donald Trump en los Estados Unidos.

El pulso de la historia hoy, en ese día a día que solventamos, que vivimos con menos premura que en los años del populismo, del discurso a modo, pero sin sustancia, vemos necesaria una reforma fiscal a fondo, donde además se privilegien sanar las finanzas de la Comisión Federal de Electricidad y PEMEX, para conservar organismos que los presupuestos asignados sean utilizados en esos rubros.

Reformas al poder judicial en marcha, buena señal la rebaja en los gastos que tendrá la elección del año próximo, el primero domingo de junio, de jueces, magistrados y ministros, por la sinrazón de muchos años, donde se privilegiaba a una clase acomodada al poder, con los recursos suficientes para no pagar ni impuestos.

Porque el Instituto Nacional Electoral es un ente gigantesco, que ha crecido en burocracia electoral, con resultados que se transparentan, sí, pero que se ha vuelto una gran carga para los mexicanos que contribuimos de manera correcta, con el fisco y sus obligaciones año con año.

Tenemos varios pendientes desde la óptica del ciudadano común, los caminos y carreteras requieren una cirugía mayor, ya no aplicar chapopote, parches por aquí y por allá, Campeche, el estado donde nacimos, está casi en ruinas, muchos años en el abandono por la entidad y por la federación sus carreteras, con accidentes en esos daños colaterales inevitables, sobre todo en la parte de la Península de Atasta.

Conscientes que requerimos la unidad, esperando que se empiecen a dar mejores resultados con la nueva estrategia de seguridad nacional, con más poderes la secretaria que encabeza Omar García Harfuch, brinda la oportunidad a las policías estatales y federales, para una capacitación en las diferentes áreas de su operación, para la obtención de mediciones favorables respecto al pasado.

Por terminar el onceavo mes del año, con olores y sabores navideños, unos tal vez en la nostalgia de los que hemos ido dejando, y otros más con la esperanza de tener oportunidades para salir adelante, en un México que disfrutamos, amamos y por supuesto nos aplicamos “donde nos tocó vivir”, como decía Cristina Pacheco; para hacerlo de la mejor manera.

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