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Arte e Ideas

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La inclusión en los Oscar 2018

Temas como la diversidad sexual, la igualdad de género y el racismo fueron parte del guión.

Foto: ReutersREUTERS, X90066

"Los voy a dejar con dos palabras, señoras y señores: Inclusión. Rider".

Esa fue Frances McDormand al concluir su discurso después de la aceptación del Oscar a la mejor actriz en la 90 entrega de los premios de La Academia, un momento que acertadamente capturó el estado de ánimo de una ceremonia que implicó algunas sorpresas genuinas propósito, pero resulto de hecho silenciosamente impactante. Después de pedir (exigir) que todas las mujeres en la sala se pusieran de pie, McDormand sugirió (ordenó) que los ejecutivos en la audiencia tomaran nota de las historias y el talento frente a ellos, y luego acordaran reunirse con ellas unos días más tarde.

El momento genuino para morderse las uñas de la noche fue reservado para el final, cuando la ganadora a mejor película finalmente se dio a conocer. La forma de agua, la historia de fantasía situada en la Guerra Fría de Guillermo del Toro, sobre una mujer de la limpieza que se enamora de una criatura fantástica, se llevó a casa el gran premio - sin duda por ser una carta de amor al Hollywood de los 50, y también un llamado humano a la compasión.

Y como una imaginaria, aunque en ocasiones torpe, representación de la tolerancia y el respeto a las diferentes razas, orientaciones sexuales e incluso especies, La forma del agua ha reflejado espíritu del momento, que parecía penetrar en cada momento de la ceremonia. (Del Toro también ganó como mejor director y el compositor de la película, Alexandre Desplat, ganó por mejor musicalización).

Este fue un año donde todo parecía estar en proceso de cambio, desde la forma en que Hollywood maneja sus negocias hasta el propio canon. Quizá la presencia más palpable en la ceremonia fue la ausencia más conspicua: Harvey Weinstein, el empresario que erigió su carrera gracias al aprovechamiento de las campañas de los Oscar para ganar presencia por sus películas, y en el proceso ayudó a hacer de los premios un modelo de negocio viable para las películas de arte y de bajo presupuesto, dramas orientados a adultos, fue una vez más una fuerza presente, aunque invisible.

Desde que aparecieron las acusaciones de acoso y abuso sexual contra Weinstein el otoño pasado, lo que desencadenó una cascada de cargos similares y el establecimiento de movimientos como #MeToo y TimesUp, la industria del cine se ha visto envuelta por la presión del autoexamen y una actitud defensiva. Ambos movimientos estuvieron presentes en una ceremonia que abordó los problemas de frente, en forma de monólogos de Jimmy Kimmel, montajes y presentaciones como la de Ashley Judd, Annabella Sciorra y Salma Hayek, cuyas historias sobre Weinstein están entre las más mordaces.

Hayek concluyó sus comentarios pidiendo más "igualdad, diversidad, inclusión e interseccionalidad", las cuales fueron celebradas durante toda la noche, desde la visibilidad de proyectos latinos (La forma de agua, Coco y Una mujer fantástica) y artistas transgénero (la actriz Daniela Vega y el documentalista Yance Ford) hasta las apariciones de gloriosos veteranos como Eva Marie Saint, Rita Moreno y el guionista James Ivory, quien se convirtió en el ganador con mayor edad en la historia de los Oscar, al ganar el premio al mejor guión adaptado.

Mientras los observadores celebraban la nominación de Greta Gerwig a mejor directora por su drama Lady Bird, sigue siendo indignante que ella sea la quinta mujer nominada a la categoría en los 90 años de los premios (Kathryn Bigelow sigue siendo la única ganadora, por The Hurt Locker).

De igual manera, Rachel Morrison fue la primera mujer en ser nominada a mejor fotografía, por su exquisito trabajo en el drama de época de la Segunda Guerra Mundial Mudbound, a pesar de tener en el ramo a mujeres venerables como Maryse Alberti, Ellen Kuras y Kirsten Johnson. Morrison fue nominada junto a Roger Deakins, quien este año recibió su 14a nominación y finalmente ganó, por Blade Runner 2049. Como un suave sube y baja, la ceremonia de los Oscar fluctuó entre que el respeto de las generaciones anteriores y los recién llegados, incluyendo a Jordan Peele, el primer escritor negro en ganar mejor guión original. Su sátira de terror sobre el racismo y la hipocresía liberal, Get Out, fue uno de los éxitos más grandes y socialmente relevantes del 2017.

Aunque fue alentador ver cómo Hollywood celebra una 'gama más amplia de voces y visiones”, el progreso real vendrá cuando esto no entre en las rúbricas de 'inclusión' o 'diversidad', sino que simplemente se llamará cine.

Inclusion Rider

Un rider de inclusión (un rider es una lista de requerimientos técnicos o exigencias de los artistas para participar en una producción) es una cláusula que un actor o actriz puede insistir que sea insertado en su contrato, donde se estipula que el elenco y el equipo de producción en una película cumplan con cierto nivel de diversidad. Algo así como una cuota de género.

El concepto fue explorado en una TED Talk en el 2016 por Stacy Smith, fundadora de la Iniciativa de Inclusión Annenberg en la Universidad del Sur de California. Después de examinar los datos sobre la diversidad en las películas producidas en Estados Unidos, que mostraron que el casting no era representativo de la población, sugirió que una "cláusula de equidad" o un "inclusion rider" podría ser parte de la solución.

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