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La odisea de Stephens y Catherwood revive
La exposición "Incidentes de viaje" que se exhibe en el Museo Tamayo es la recreación ficticia de varios viajes célebres por la península de Yucatán y el sureste mexicano.
Reconstruir las incidencias de un viaje para narrarlo siempre es tarea placentera, pero también ardua, compleja. ¿Qué es más importante, narrar los hechos objetivos o seguir la huella emocional que la odisea dejó en nosotros?
Especialmente complicada la misión si se trata de narra un viaje que no hizo uno mismo. De manera particular, cuando el viaje sucedió hace varias décadas, acaso un siglo atrás.
Incidentes de viaje espejo en Yucatán y otros lugares es la recreación ficticia de varios viajes célebres por la península de Yucatán y el sureste mexicano.
El título de la exposición suena a enredo conceptual, pero no es así. En realidad es una interesante narrativa inventada por el curador de la exposición.
Para explicarlo, algunos antecedentes: el curador Pablo León de la Barra, trabajando directamente con el acervo del Museo Tamayo (la muestra forma parte del ciclo Acercamientos al acervo Tamayo; el museo lleva dos años presentando distintas exposiciones que desempolvan las joyas de sus bodegas y los pone a dialogar con obras contemporáneas) decidió recrear el viaje yucateco de Stephens y Catherwood.
John Lloyd Stephens, uno de los primeros estudiosos modernos de la cultura maya, viajó como diplomático a Centroamérica en 1837. En sus tiempos libres, a Stephens le gustaba explorar y en uno de sus varios viajes se encontró con varias ciudades perdidas de los mayas. Con Stephens iba Frederick Catherwood, dibujante que hizo las primeras ilustraciones que conoció Occidente de los restos arqueológicos que dejaran los mayas en México, Belice y Honduras.
El viaje de Stephens y Catherwood quedó inscrito en los anales de la literatura de viaje y de aventura del siglo XIX. El título de la exposición parafrasea el de su libro más famoso:Incidentes de viaje en Yucatán.
Reconstruir un viaje, apropiarse de un espacio
Volvamos a la exposición del Museo Tamayo. De la Barra, el curador, siguió los pasos no solo de Stephens y Catherwood, también los del igualmente legendario artista Robert Smithson, el creador de la corriente de arte efímero, que en los años 60 siguió los pasos de los exploradores por Yucatán haciendo varias esculturas con espejos durante su viaje. De la experiencia surgió el ensayo "Viaje-espejo por Yucatán". El título de la exposición, como es evidente, parafrasea también el ensayo de Smithson. Un bonito juego de espejos.
De la Barra curó una exposición colectiva en la que varios artistas contemporáneos se apropiaban de las nociones viaje, selva, espacios arqueológicos, el turismo y la nostalgia de esos espacios que uno se apropia por unos momentos y luego deja atrás.
Son obras en las que artistas como Rubén Ortiz Torres, que fotografía las pirámides de Yucatán buscándoles un nuevo ángulo inesperado. Así mismo están los grabados originales de Catherwood, uno puede compararlos con las fotografías de Ortiz Torres y con las de Leandro Katz, que toma como referencia directa el trabajo de Catherwood.
Smithson es el espíritu de la exposición. Hay toda una sección dedicada a los que siguieron su camino, el del arte efímero, obras hechas para que duren apenas un instante, para que sean destruidas o absorbidas por el medio ambiente. Decada obra efímera aparece un registro documental de cómo la naturaleza las tomó para hacerlas suyas. Como paso co las misma pirámides mayas.
Incidentes de viaje espejo en Yucatán y otros lugares
MuseoTamayo. Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec. Martes a domingo, de 10 am a 6pm.
cmoreno@eleconomista.com.mx