Neuromanagement, la ciencia de la mente aplicada a contextos laborales

Muchos líderes de empresas tienden a pensar que la única y la mejor manera de promover un cambio dinámico es creando un sentido de urgencia con el trabajo bajo presión, pero nada más lejos de la realidad que este método. Por el contrario, se ha demostrado que la creación de entornos seguros ayuda a incentivar de manera mucho más efectiva la participación dentro de las organizaciones.  

Iliana Oseguera, administradora de empresas con especialidad en productividad y calidad, MBA y Product Manager ITIL & IT4IT en BP Gurus, explica que cuando nos sentimos seguros entre las personas con las que trabajamos, desarrollamos mayores posibilidades de mejora; cuando nos vemos como parte del mismo ecosistema y siendo parte importante de la cadena de valor, nos percibimos bajo una cultura sólida donde validamos el conjunto de valores y creencias que existen en la organización para tomar decisiones en confianza y con empatía, sin este círculo de seguridad sentimos que debemos cuidarnos de los demás.  

Asegura que sin duda los líderes deben fomentar la creación de ambientes de trabajo seguros y para ello la neurociencia provee de ciertas herramientas. Hoy el término neuromanagement, trabaja sobre los procesos neurológicos vinculados directamente a la toma de decisión y al gerenciamiento de equipos de la mano de la inteligencia emocional. 

Los equipos altamente comprometidos son un 21% siempre más rentables, y el 69% de los empleados manifiestan que trabajarían más y mejor si se sintieran valorados en su trabajo.  

La especialista es enfática, para generar cambios significativos en las organizaciones, es necesario evolucionar creando estrategias que comprendan y permitan el desarrollo de nuestros colaboradores, entender cómo funciona el sistema nervioso para producir y regular emociones, pensamientos y conductas cuando se pone al servicio del liderazgo, nos permite identificar que los equipos de trabajo son la configuración de la interrelación entre las diferentes redes neuronales de los cerebros individuales, de esta forma, podemos entrenar nuestra mentalidad (mindset) y desarrollar la capacidad de adaptarnos, para atrevernos a enfrentar cambios continuos de manera activa y exitosa.  

Los orígenes del término 

¿En qué momento empezamos a tocar estos conceptos? Decidir estudiar el cerebro para entender el comportamiento social, sobre todo en el ambiente laboral, surge desde finales de los 90, cuando se descubrieron las neuronas espejo; estas nos permiten reproducir emociones que detectamos en los demás. “Se trata de una sensación inmediata de una experiencia compartida”, ejemplo, cuando alguien bosteza, en automático bostezamos.  

Cuando comenzamos a detectar que nosotros también a nivel organizacional teníamos que analizar las interacciones humanas, es cuando nace el concepto de neuromanagement, también se empezó a aplicar en el marketing (neuromarketing), la tecnología (neurotecnología), entre otros espacios. “Se trata de empezar a pensar cuáles son estas formas para ser más conscientes en el ámbito laboral. Pero también como mi inteligencia emocional, es decir mi contexto personal e individual, se entiende en un ambiente laboral, cómo me desenvuelvo para poder crear comunidades y cultura de trabajo”.  

La experta en diseño e implementación de procesos asegura que Tenemos que crear organizaciones mucho más conscientes, porque no somos seres racionales, de hecho somos seres emocionales que razonamos, pero mucho dictado desde cómo estamos con las emociones, por ello es fundamental humanizar a las empresas, tocar las emociones y preguntar antes que por los resultados, por las personas.    

Los elementos del neuromanagement 

El neuromanagement consta de los siguientes aspectos científicos: La base neuronal de la toma de decisiones y las preferencias de comportamiento; las actividades cerebrales durante el proceso de toma de decisiones; el modelado de toma de decisiones incorporado con las características de las actividades cerebrales; y la base neuronal de la teoría de juegos y el modelado de juegos. 

Esto aunque parece complicado, tiene conceptos muy básicos a identificar y aplicar, explica la especialista. De entrada ser autoconscientes, para ello se debe trabajar la neuroplasticidad cerebral, este es el proceso de aprendizaje neurobiológico que consiste en la capacidad de mi cerebro para adaptarse a nuevos conceptos, ambientes de trabajo, personas, condiciones, actividades, con ello podemos aprender y modificar comportamientos e incluir nuevos pensamientos de adaptación. Es una nueva mentalidad. 

Luego hay que buscar desarrollar técnicas que potencialicen el desarrollo de las capacidades cerebrales como la resiliencia (adaptación), la pandemia fue un gran ejemplo para ello.  Así, conocer nuestras motivaciones, nuestro compromiso de trabajo, para crear un ecosistema sano, para poder opinar y proponer, fomenta la seguridad y genera una conexión.  

Hablar de cómo me siento, reuniones en equipo, buscar satisfacer las distintas necesidades del equipo, diseño de procesos, gestión del cambio, tallerear, todo esto va generando ambientes seguros y gente motivada.   

Oseguera concluye que las redes individuales neuronales se vuelven redes colectivas cuando entramos a una comunidad, en este caso una empresa. Por ello, cada uno en lo individual tenemos una inteligencia emocional que trabajar, para ver cómo es que nos desenvolvemos, ahí es donde empiezan a funcionar las neuronas espejo, donde o nos motivamos o nos metemos el pie, como se dice coloquialmente.  

Todo este proceso como cualquier ciencia, es medible, la transformación que provoca en una empresa es muy clara, esto permite incluso certificaciones, que finalmente se logran con las personas. Hoy definitivamente se tienen metodologías para el cambio organizacional.   

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nelly.toche@eleconomista.mx

kg