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Capital Humano

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La última ola de IA afecta a un nuevo nivel de habilidades: Laura Ripani

Esta nueva tecnología ha cambiado el paradigma de la automatización, tiene un mayor alcance en trabajos formales y con una mayor calificación.

La inteligencia artificial generativa implica un mayor desafío para trabajo formales y con habilidades avanzadas.

La inteligencia artificial generativa implica un mayor desafío para trabajo formales y con habilidades avanzadas.FOTO EE: ERIC LUGO

Hace algunos años, la conversación sobre el futuro del trabajo era en torno a la automatización de las actividades con la adopción de robots, pero la inteligencia artificial generativa (GenAI) transformó ese enfoque. “Con la última ola de inteligencia artificial generativa estamos pasando a un nivel de habilidades que son afectadas o potenciadas, que son habilidades técnicas medias y avanzadas”, afirma Laura Ripani, representante del Grupo BID en México. 

A decir de la especialista, la disrupción de la GenAI en el mercado laboral está alcanzando en mayor medida a empleos formales y actividades con competencias más sofisticadas, lo que plantea retos en el ecosistema de formación.

“Se necesitan muchos cambios en el ecosistema de habilidades porque todos tenemos que aprender a convivir con la tecnología, a usarla y a crearla. El ecosistema de desarrollo de habilidades tiene que apoyar a las personas con cursos de competencias básicas y avanzadas, y tener esas certificaciones que necesitaremos para tener una trayectoria laboral positiva”, dice en entrevista con El Economista.

De acuerdo con el Informe de tendencias de talento global de LinkedIn, para el 2030 la inteligencia artificial (IA) habrá transformado en promedio el 65% de las competencias esenciales para un empleo.

El gran desafío del mundo de la formación para el trabajo “es estar al día”, es decir, alinear la oferta educativa con las necesidades actuales de la industria. A futuro, uno de los aspectos más relevantes es la vinculación entre el mercado laboral y los sistemas de enseñanza, opina Laura Ripani.

Una de las ventajas, agrega, es que históricamente las revoluciones tecnológicas han permitido la adaptación del mundo del trabajo, y con la IA generativa no será la excepción. “Está estudiado que a partir de cada ola tecnológica, la maduración y el alcance potencial de esa tecnología sí tarda bastante, al menos una década. A veces es el susto, como ocurrió con ChatGPT, pero recién está asomando la nariz con respecto a su uso a nivel industrial o en servicios”.

En ese sentido, los sistemas de formación y el mercado laboral tienen un margen de adaptación, en especial en el reentrenamiento de la fuerza de trabajo, y es un paso que se debe dar para aprovechar el potencial que tiene la inteligencia artificial generativa para elevar la productividad.

Y en este escenario, las personas trabajadoras también tienen un papel importante por asumir: estar atentos a las nuevas habilidades que se demandan en el mundo del trabajo. “Por suerte, todo está cambiando y cada vez tenemos más acceso a información y a cursos”.

El paradigma de las carreras

Pero la disrupción de la IA no es el único reto que tiene el mundo del trabajo en la actualidad. El fin de las carreras de largo plazo, los nuevos esquemas laborales y las maneras de medir la productividad son también desafíos que ya están presentes.

“Algo que sí ha cambiado es que antes las personas se identificaban con una empresa toda la vida. Trabajar de 9 a 5 en una sola empresa por toda la vida era el trabajo de muchas personas y ahora hay más rotación, la gente va buscando nuevas experiencias y creo que es saludable, porque esa movilidad también es positiva en las empresas”, dice Laura Ripani.

En algunas economías, comparte la especialista, las industrias se han asumido como un semillero de talento para todo el sector. “No tienen ese temor de que se los van a robar porque saben que para la industria es bueno que haya gente entrenada”.

Por otra parte, luego de la pandemia de Covid-19 y la acelerada adopción del teletrabajo, se demostró que existen otras formas de medir el trabajo, “lo cual es bueno para la productividad”, considera.

“Hay que probar y ver qué se acomoda mejor para que el trabajador sea lo más productivo posible en el tiempo que trabaja, porque eso de pagar sólo por estar sentado en una silla ya no debería ser la norma. Eso tiene que evolucionar y transitar más hacia un balance vida-trabajo, concentrado durante el tiempo que se está laborando y, en función de eso, buscar los esquemas que mejor aportan a esta visión de productividad y felicidad. Y hay espacio para avanzar hacia lo que una generación nueva de trabajadores desea”.

A decir de Ripani, continuar con la implementación de nuevas formas de trabajo y de medición del desempeño, es importante ante nuevas expectativas de la fuerza laboral. “El trabajo por objetivos, medir la productividad con sistemas informáticos y ese conjunto de acciones no sólo pasa por una satisfacción de los trabajadores, lo cual es bueno, sino también por satisfacer necesidades de la empresa en crecimiento de productividad”.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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