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Números del ad1Ós
Diego Armando Maradona aprovechó la fama que le dio la pelota para luchar por lo que creía justo; la futbolista gallega Paula Dapena, con su rebelde protesta durante el encuentro amistoso entre el Viajes Interrías FF Femenino y el Deportivo Abanca, también. Así de fácil.
Los números cuentan diferentes historias en el deporte, todo depende de cómo se acomoden en la narrativa. A veces son marcas aparentemente inalcanzables hasta que llega un superdotado y las rompe, un ciclo sin fin; otras, son la irremediable crónica de una tragicomedia disfrazada de maldición (pregúntenle a Cruz Azul). Todos esos cuentos aritméticos convergen porque retratan aquello que las palabras, los videos o las crónicas no.
Ahí va
Murió Diego Armando Maradona el 25 de noviembre de 2020, y las redes sociales se empantanaron en infinitos mensajes de condolencia, compasión, honra, tristeza, nostalgia. Y entre esa vastedad de palabras e imágenes de compunción, una “rebelde” y cuerda: Paula Dapena, una futbolista española que se sentó de espaldas al público, en señal de protesta, durante el homenaje al Pelusa, antes de comenzar el partido amistoso que enfrentó al Viajes Interrías FF Femenino y al Deportivo Abanca. Hizo lo que tenía que hacer.
El partido donde la futbolista gallega protestó se jugó apenas tres días después de que falleció Maradona. Tres días después, también, de conmemorarse el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y Dapena lo resume en una frase “para las víctimas no se guardó ni un minuto de silencio; así que, obviamente, no estoy dispuesta a guardarlo por un abusador y no por las víctimas”.
Números
Human Connections Media, agencia de medios independiente, reportó que la muerte del exfutbolista argentino generó 54.4 mil millones de impresiones ¡sólo en Twitter! el día de su muerte. Infinitas. Un panorama más claro de la magnitud de Maradona: en un solo día, 25 de noviembre, el 58% de la población mundial mostró interés en “el Diego”; muy similar a la “atracción” que generó entre el 25 de octubre y el 25 de noviembre de 2020 el 66% de la población mundial en relación con Covid-19, y en ese mismo lapso, el 59% se interesó por Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos. Contrasta si se compara con las 10,500 menciones de “violencia de género” en Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Abrumador.
Los números cuentan la historia que quien los utiliza quiere. Dapena recibió innumerables amenazas de violación y de muerte tras su acto de “rebeldía”; chocante, si toma en cuenta que precisamente de eso va su alegato en relación con el homenaje al Pelusa. Incluso, en Argentina algunos medios –empantanados con el fervor maradoniano –se mofaron de la futbolista española haciendo alusión a la goliza que el equipo de la luchadora feminista recibió después de su protesta: “¿El partido saben cómo terminó? Perdió 10 a 0 su equipo, el número 10 presente... y el apellido de esta chica es también bastante elocuente, Dapena; da pena en este caso su actitud”.
Aquí los otros dígitos desasosegadores que erizan la piel, cifras que son deliberadamente ignoradas. De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, en 2018, en Brasil se cometieron 1,206 feminicidios, en México 898 y en Argentina 255; dichos países encabezan la lista de países en la región con más asesinatos de mujeres, sólo por ser mujeres. En España, El País publicó que, hasta inicios de diciembre de 2019, hubo 55 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, 4 más que en todo 2018. Todos esos datos, son sólo los que reportan las instancias de gobierno oficiales... Eso sí da pena.
En relación con el impacto global de la muerte de Maradona, Human Connections Media también reveló que las palabras clave “positivas” en redes sociales que más destacaron, fueron «Best player», «Best game», y «Rest in peace»; en cambio, entre los vocablos clave “negativos” destacaron «Muerte de Maradona», «feminazis de mierda» (sic), y «victimas de acoso» (sic). Vaya narrativa que construimos mientras enaltecemos al ídolo popular que sí fue un gran futbolista, pero nada más.
La imagen de Paula Dapena, sentada en el pasto entre sus compañeras de pie, es poderosa en sí misma. Su reacción, natural, debe normalizarse para construir (desde la autocrítica y la deconstrucción de roles de género) nuevas masculinidades que permitan hacer trending topic el número de feminicidios, y no la muerte de los ídolos del balón, sobre todo, para que no muera ni una más, ni aquí, ni allá. De nuevo, sin juicios; no se trata de superioridad moral –incluso en el caso de Dapena–, ni de negar la trascendencia de el Pelusa en el pueblo, sino de contar la historia con los mismos números desde el otro lado del balón, para cimentar nuevas estructuras sociales, incluyentes. Diego Armando Maradona aprovechó la fama que le dio la pelota para luchar por lo que creía justo, Paula Dapena también. Así de fácil.
La historia de la futbolista, casaca 6 del club Viajes Interrías FF Femenino, no es romántica por tratarse de un acto relacionado con Maradona, es realista porque la violencia de género sí trasciende en toda la gente, las de aquí, y los de allá. Todos. Así trasciende también, a nivel global, la muerte de Diego Armando Maradona.