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Cambiando de empresa exitosamente: El caso de Sergio “Checo” Pérez
Luego de siete años, el joven piloto mexicano cambió de escudería y cerró un gran 2021 como compañero y socio de Max Verstappen. Aquí algunas de las lecciones de liderazgo y gestión efectiva del cambio que nos deja.
A poco más de haber cumplido 30 años, Sergio “Checo” Pérez, el piloto de automovilismo mexicano, no se detiene y promete comenzar 2022 con el mismo impulso que lo llevó durante 2021 a cerrar un gran año.
El 2020 representó para él un ciclo de grandes cambios: en septiembre de ese año, y luego de siete temporadas, anunció que dejaba la escudería a Racing Point/Aston Martin. “En lo personal duele porque aposté mucho por el equipo en momentos muy difíciles; se logró salir adelante y me siento orgulloso de haber salvado el trabajo de muchos de mis compañeros”, compartió entonces a través de un comunicado que publicó en su perfil de Twitter.
Pero, lejos de alejarse de la escena automovilística, Pérez siguió en carrera. Poco después de enterarse a través de una conversación casual que no sería renovado su contrato, y de vivir momentos difíciles de incertidumbre, finalmente se convirtió en piloto de Red Bull Racing, la escudería austríaca con base en Milton Keynes, Buckinghamshire, Inglaterra.
Reemplazaría a Alexander Albon en el equipo y, para sorpresa de muchos, culminó 2021 como el socio clave del neerlandés nacido en Bélgica Max Verstappen, cerrando el año como como el cuarto mejor piloto del año en la temporada en la que su compañero conquistó el Mundial de la Fórmula 1 en la última vuelta en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, frente al británico Lewis Hamilton, coronado siete veces campeón del mundo y responsable de más de 100 victorias en grandes premios.
La historia de Pérez puede servir de inspiración para hombres y mujeres de negocios que atraviesan momentos de definiciones y están considerando voluntaria o involuntariamente cambios laborales.
La pandemia ha generado un efecto interesante en la movilidad laboral. Mucha gente perdió sus empleos, pero aquéllos que lo conservaron esperaron silenciosos a ver cómo las empresas gestionaban la crisis, su desarrollo y vivían sus valores... o no. Paradójicamente, muchos están renunciando ahora y buscando nuevas oportunidades: “La gran renuncia”, como lo llaman ahora los expertos. Excesiva demanda de empleos especializados y pocos candidatos calificados.
La guerra por el talento diríamos que llegó y mucho más fuerte que nunca. Y a nivel del CEO, la rotación está igual de caliente: un estudio de la firma Heidrick and Struggles de 24 regiones, incluyendo Estados Unidos, encontró que en 2021 se contrataron a 153 nuevos CEOs de más de 1,095 empresas estudiadas.
No es fácil el cambio de escudería, como tampoco lo es el cambio de empresa. Aunque se trate de ser el número uno, éste tendrá que adaptarse a nuevos códigos, entender las reglas implícitas que marcan la cultura corporativa y hasta incorporar otros sistemas y tecnologías a su día a día".
Imaginemos el caso de un CEO que luego de varios años como cara visible de una organización, decide abrir su horizonte laboral y acepta el desafío que implica dirigir otra empresa. Por más experiencia y reconocimiento en el mercado que tenga, deberá lidiar con retos y exigencias que le demandarán tener que dar lo mejor de sí mismo. En el marco de una agenda apretada, los stakeholders buscarán reunirse con él para escuchar cuáles son los planes que tiene de cara a la nueva gestión, mientras lleve adelante, de forma paralela, las tareas que requieren estar al frente de la operatividad del negocio. En general, los primeros 100 días de esta nueva gestión son clave.
Es que de acuerdo con diferentes voces del mercado, esos primeros tres meses demandan un gran esfuerzo por parte del directivo: es el momento para, luego de un análisis en profundidad acerca de las cuestiones cruciales que marcan a la organización, establecer cuál va a ser la visión que va a orientar esta nueva etapa del negocio. Pero es, también, momento de fortalecer todos los canales de comunicación, tanto para escuchar como para dar a conocer. De marcar territorio, pero de despertar confianza.
La llegada de un CEO a una empresa genera ansiedad en los equipos de trabajo y es una buena ocasión para optimizar la gestión de los flujos de información dentro de la firma. Los colaboradores buscarán sentirse integrados para entender cómo se llevará adelante y qué cambios implicará a su vez para ellos esta nueva etapa.
Pérez empezó su carrera, llena de altibajos y contrastes, en monoplazas en 2004. Su arribo a la escudería austríaca implicó varios desafíos al ser el número dos de Verstappen. Como ocurre con un CEO, tuvo que aprender a tomar decisiones con rapidez sin dejar de ser estratégico, así como a convivir con la presión y el miedo al fracaso. De hecho, al inicio de la temporada, experimentó algunos sustos por problemas con el funcionamiento de su auto. Sin embargo, y dejando el ego de lado, el mexicano fue el compañero que el neerlandés necesitaba para destacarse.
“Le pidieron a Pérez impulsar al holandés y eso hizo. Cuando los ingenieros le pedían favorecer las salidas de su colega en las clasificaciones, el mexicano no protestaba. El coche, adaptado a Verstappen, fue un reto para el mexicano en las primeras carreras. Logró domesticar al Red Bull para cerrar su temporada con cinco podios, incluida una inesperada victoria en Azerbaiyán”, detalla un artículo publicado en El País.
Pérez terminó el año como el cuarto mejor piloto en la temporada en la que Verstappen conquistó el Mundial de la Fórmula 1 en la última vuelta en Abu Dabi frente a Hamilton. “Le tengo que dar crédito a Checo, hizo un gran trabajo, una buena defensa, un gran trabajo en equipo. Checo es una leyenda”, declaró el neerlandés.
Algunas de las claves que marcan el éxito de Pérez son el hecho de poner el equipo por encima del interés individual, no perder de vista su objetivo, concentrándose en lograr la mejor carrera posible, priorizar lo positivo y ser resiliente.
Según compartió Eric Olavarrieta, especialista en imagen deportiva de la consultora Identidad Deportiva, en un artículo publicado hace un par de años, “la Fórmula 1 es un deporte que quizá resalte más el carácter y desempeño de la persona que lo practica, pues, a diferencia de otros, el piloto debe concentrarse no sólo en su físico, sino en la estrategia, el trabajo en equipo y la comunicación. Tal como manejar una empresa”.
Inicialmente, el piloto mexicano había firmado contrato con Red Bull por un año. Sin embargo, a mitad de la temporada 2021 la firma anunció la extensión para 2022 y ya hay rumores que indican que la escudería estaría pensando en alargar el acuerdo.
Como nos lo mostró Sergio “Checo” Pérez, gestionar un cambio de empresa o “escudería” no es fácil. Y, si bien los cambios simplemente suceden, la diferencia entre tener éxito o no, es saber cómo transitarlos. Lograr esta transición requiere esfuerzo, adaptación al cambio, habilidad de aprendizaje y un accionar rápido y eficiente. Invertir tiempo y esfuerzo a que funcione es una buena decisión, ya que te asegurara triunfos y satisfacciones, además que renueven tu contrato con la escudería por muchos años.