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Capital Humano

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Con un avance lento: El mercado laboral que heredará Claudia Sheinbaum

Aunque en los últimos años se han dado pasos positivos en las condiciones de la ocupación y el empleo en el país, éstos han sido insuficientes para revertir fallas estructurales que tiene el mercado en temas como informalidad y participación femenina.

�GALO CA�AS /CUARTOSCURO.COM

La reciente publicación de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) con los resultados del segundo trimestre del año, ofrece un conjunto de información que permite visualizar el mercado laboral mexicano previo al cambio de Administración Pública Federal el próximo 1 de octubre.

El mercado laboral mexicano con el que se encontrará Claudia Sheinbaum cuando asuma la titularidad del Poder Ejecutivo será de resultados mixtos. Por un lado, hay avances importantes en los ingresos laborales promedio, pero permanecen fallas estructurales con profundas desigualdades, como la baja participación laboral de las mujeres y la alta informalidad.

En el segundo trimestre del 2024, la tasa de participación laboral se ubicó en 60.2%; sin embargo, en el caso de las mujeres, ese nivel desciende a 46.3%, una brecha de 30 puntos porcentuales con la cifra de la población masculina. Incluso, la tasa de participación femenina es muy baja comparándola con economías similares.

Por otra parte, la informalidad laboral registró un nivel de 54.3%, esto significa que más de la mitad de la población ocupada del país está en una situación de precariedad, pues el empleo informal se relaciona con falta de acceso a la seguridad social y a una cuenta de ahorro para el retiro, entre otras prestaciones. Además, también se encuentran en una precariedad asociada al poder adquisitivo de sus ingresos, ya que en la economía informal las percepciones son prácticamente la mitad de lo observado en el trabajo formal.

Como referencia de esto, en junio de este año la canasta básica en entornos urbanos equivalía a 4,486.8 pesos. Con un trabajo formal, se alcanza en promedio 2.9 canastas básicas, pero con las percepciones en la informalidad sólo se adquiere 1.5.

Por ejemplo, si hay dos familias, ambas integradas por una madre y su hija, pero en el primer caso la mamá cuenta con un empleo formal y en el segundo su actividad es informal, en el primero tendrán los ingresos suficientes para adquirir lo más esencial y un pequeño margen para comprar otros bienes, servicios o ahorro; en el segundo, las dos se encontrarían en una situación de precariedad, pues el ingreso laboral disponible en el hogar no es suficiente para adquirir los bienes y servicios más esenciales.

De esta manera, una pregunta importante en el contexto del cambio de administración es qué tanto se ha avanzado en gobiernos anteriores en reducir las dos fallas estructurales previamente mencionadas. Nuevamente encontramos resultados mixtos, en el sexenio del presidente Felipe Calderón se tuvo la mayor reducción en la brecha de participación laboral de género, pero también se observó un ligero incremento en la tasa de informalidad laboral; la crisis financiera de 2008 tuvo un impacto de mediano y largo plazo muy significativo en el empleo formal, reconfigurando el mercado laboral hacia una composición más informal.

En tanto, en el sexenio de Enrique Peña Nieto es donde hubo una mayor disminución de la economía informal, pero una menor reducción de la brecha de participación entre mujeres y hombres. Finalmente, en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador hay una baja en ambos indicadores, pero la reducción es menor que las reportadas en administraciones anteriores.

Es importante mencionar que la pandemia de Covid-19 tuvo un impacto profundo y generalizado en el nivel de empleo, pero a diferencia de la crisis financiera de 2008, no implicó una reconfiguración en la composición del empleo.

Desafíos del sexenio

Una segunda pregunta que debe plantearse es si las reducciones observadas son suficientes. Si se toma el promedio de los últimos 18 años, la tasa de informalidad laboral se redujo sólo 1.6 puntos por sexenio y la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres disminuyó 3 puntos en promedio.

Eso implica que, en caso de no contar con políticas públicas focalizadas en las fallas estructurales, al finalizar el sexenio de Claudia Sheinbaum la tasa de informalidad se acercaría al 52% y la brecha de género en participación laboral sería cercana a los 27 puntos. Es decir, en 2030 la mayoría de los trabajadores seguiría en precariedad y la participación femenina se mantendría con un nivel bajo.

La reducción de estas fallas estructurales del mercado laboral debe ser una prioridad para la presidenta electa Claudia Sheinbaum, con la construcción de un Sistema Nacional de Cuidados que permita a las mujeres entrar y permanecer en un empleo remunerado, así como un plan ambicioso para la formalización del empleo informal en el ámbito agropecuario, trabajo doméstico remunerado y en empresas, gobiernos e instituciones, las cuales no están exentas.

Todo esto, en un contexto de escasa creación de empleo formal ante el poco dinamismo que ha tenido nuestra economía en 2024. En los primeros ocho meses del año, la generación acumulada de puestos formales en el IMSS fue de 365,449 puestos, muy por debajo de lo observado en los últimos dos años.

* El autor es maestro en economía por el Colegio de México y coordinador de Datos de la organización México, ¿cómo vamos?

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