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Capital Humano

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Gran renuncia en economías avanzadas impulsa empleo para migrantes

Las economías más grandes del planeta requieren de trabajadoras y trabajadores extranjeros. Al mismo tiempo, la fuerza laboral de países empobrecidos necesita trabajo. Pero son pocas las naciones que realmente están abriendo sus fronteras para recibir de manera digna al talento migrante.

Foto EE: Archivo

América del Norte, la Unión Europea y Australia, entre otros países y regiones, enfrentan una gran necesidad de fuerza laboral para sus economías. Eso “ha avivado una mayor demanda de trabajadores extranjeros”, señala el Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, mientras la diáspora de personas de países de bajos ingresos se acrecienta, también su imposibilidad para ingresar de manera documentada y regulada a esas economías que requieren de su talento y energía.

El MPI, con sede en Washington, ha publicado su Lista de los 10 principales problemas de migración de 2022 y coloca la escasez de mano de obra en países de ingresos altos como el cuarto asunto de mayor importancia.

En el reporte Enfrentados a una persistente escasez de mano de obra y una demografía menos favorable, los países ricos anhelan trabajadores extranjeros, señala que algunos países están modificando sus leyes y creando políticas públicas para atraer a más personas trabajadoras extranjeras.

Pero algunas otras potencias económicas, que colonizaron, dominaron o intervinieron en la mayoría de los territorios de donde parten millones de personas, ofrecen opciones muy limitadas para ingresar a trabajar.

Por ejemplo, en “el principal destino de inmigración del planeta”, Estados Unidos, “los esfuerzos se silenciaron”, dice el MPI. Este año ese país entregó 750,000 tarjetas de residencia permanente menos que 2020 y 2021, según el Instituto  

“Si bien los niveles de inmigración legal se recuperaron en gran medida en 2022, Estados Unidos tiene millones de puestos vacantes”. Previo a las elecciones de este 2022, con un Congreso “en gran medida al margen de la política de inmigración”, la administración de Joe Biden anunció que emitirá casi 65,000 visas no agrícolas temporales H-2B adicionales en el año fiscal 2023.

Este programa beneficia a diferentes países, entre ellos, México. Pero la estructura en la que opera permite que empleadores puedan abusar de las trabajadoras y trabajadores migrantes temporales.

La gran renuncia y el envejecimiento, algunas causas

En el documento, el MPI explica que “los problemas laborales son, hasta cierto punto, un subproducto de la pandemia de covid-19 y el doble golpe de la movilidad internacional reducida”, así como por la reestructuración económica.

La “gran renuncia”, un fenómeno de dimisión voluntaria de trabajadores y trabajadoras nativas a sus empleos insatisfactorios en medio de la crisis de salud pública, también afectó a las empresas.

Y de acuerdo con el instituto, la jubilación es otro factor en esta escasez. “En 2020, el número de personas de 60 años o más superó al de niños menores de cinco años”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Existen desafíos demográficos de larga data en muchos países del Norte Global, ya que las tasas de fertilidad disminuyen, las poblaciones envejecen y los baby boomers se jubilan. Esta escasez de mano de obra es una de las razones por las que los ucranianos desplazados en la Unión Europea se han asentado en sus nuevas sociedades más rápido de lo que cabría esperar”, señala el MPI.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que hay 69 millones de personas trabajadoras migrantes internacionales, lo cual representa casi el 5% de la fuerza de trabajo mundial. En 2019 el 42% eran mujeres.

Más de la tercera parte de las trabajadoras y los trabajadores migrantes internacionales se encuentran en países de ingresos altos: el 24%, en Europa; el 23%, en América del Norte y 13%, en los Estados árabes.

Esfuerzos mal enfocados

Para llenar los vacíos laborales y continuar con la producción, en 2022 varios gobiernos “promulgaron estrategias a largo plazo para reclutar inmigrantes para llenar los vacíos laborales”. Pero Canadá, un país donde más de una quinta parte de su población nació en el extranjero, fue el “más claro acerca de sus ambiciones”.

En noviembre, Ottawa dio a conocer oficialmente su objetivo de atraer a 1.45 millones de inmigrantes entre 2023 y 2025. Para lograrlo, ha tenido que redoblar sus esfuerzos para reclutar a personal extranjero en sectores de la salud, fabricación y otros campos en demanda.

No obstante, al menos en lo que respecta al sector del campo, “los trabajadores agrícolas migrantes se encuentran entre los trabajadores más vulnerables y maltratados de Canadá”, sostiene el Sindicato de Trabajadores de Alimentos y Comercio (UFCW, por sus siglas en inglés).

A los campos canadienses, cada año llegan más de 50,000 jornaleras y jornaleros migrantes transfronterizos de 11 países, según el UFCW. El 48% viaja de México.

A inicios de la pandemia, Australia impuso restricciones de movilidad más restrictivas. Pero este año “el gobierno aumentó su límite de migrantes permanentes en 35,000 a 195,000”.

Alemania es otro caso, el país estima que necesita 400,000 inmigrantes por año para mantener su economía en marcha. Por lo que reformó algunas leyes “para incentivar la migración y cubrir la escasez de mano de obra, incluso facilitando el acceso a la ciudadanía”.

Pero, “la evidencia reciente sugiere que es posible que los recién llegados no necesariamente se ubiquen de inmediato en los trabajos para los que están mejor preparados, lo que lleva a un posible desperdicio de cerebro”.

En Canadá, donde dos terceras partes de quienes migran tienen un título universitario, “pero solo el 40% trabaja en trabajos que requieren ese nivel de educación”. Otro ejemplo es lo que está sucediendo con las personas desplazadas de Ucrania al llegar a otras partes de Europa: “muchos han tomado el primer trabajo, en lugar del mejor trabajo que se adapta a sus habilidades y educación”.

Las necesidades del mercado laboral luego de la pandemia son apremiantes, “pero 2022 fue solo el comienzo de los esfuerzos para abordarlas y las presiones demográficas de mayor duración”, concluye el MPI.

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