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Castella rescata una tarde complicada
Tras sus dos primeros de la tarde, Sebastián decidió regalar uno más para demostrar su calidad de figura y cortar una oreja.
Fueron faenas artísticas, ambas con el cuidado que se les debe dar a los toros débiles, pues de bajarles más la muleta perdían las manos y rodaban por la arena.
Sebastián Castella tuvo una tarde cuesta arriba que terminó en reconciliación y con una oreja en su espuerta. La mansedumbre y debilidad que acusaron los astados de la ganadería titular de Bernaldo de Quirós no le permitieron el lucimiento y terminó por escuchar sendos avisos y abucheos al término de sus trasteos.
Fue por ello que decidió regalar un ejemplar de Campo Real que fue bravo y tuvo fijeza, llevó el nombre de Queretano y le permitió al torero francés expresar su toreo y cortar la primera oreja de la tarde.
Los lances a la verónica rematados con una media con los que recibió al sobrero, que celoso acudía a los cites, crearon expectativa en la gente que ya desesperada silbaba el mal juego de los toros titulares.
Luego llegó el estatuario, un péndulo, un cambiado por la espalda y el remate con el de pecho al iniciar su faena de muleta, misma que siguió por el lado derecho con dos tandas que le corearon con entusiasmo.
Continuó con ceñidos naturales, una serie de pases variados, técnicos y de buena manufactura, mismos que provocaron sonoros oles por parte del cónclave y que coronó con estocada entera no suficiente, para terminar su obra con el descabello y así cortar la oreja luego de escuchar un aviso.
Juan Pablo Sánchez realizó una faena con cabeza fría, llevó la muleta a media altura a su débil y distraído enemigo hasta conseguir tandas templadas, pero tardó en matar y fue sacado a saludar en el tercio.
La lidia a su segundo fue en el mismo tenor, acarició el triunfo, pero no acertó con el acero, le sonaron un aviso y dividió las opiniones.
Por segunda vez se le negaba el triunfo al hidrocálido, quien la campaña anterior incluso resultó herido, quizá fue por eso que regaló a regiomontano de Los Ébanos, al que le realizó una faena corta, de mucha entrega y culminada con un estoconazo fulminante para al final alzarse como triunfador con un apéndice.
Eulalio López El Zotoluco estuvo en plan de figura del toreo. Las artísticas faenas realizadas a sus toros merecían ser premiadas, pero los dos pinchazos a su primero y la poca trasmisión de su segundo por la debilidad que acusaba sólo le alcanzaron para saludar en el tercio.
carevalo@eleconomista.com.mx