Debut con clase y triunfo en La México

Una presentación soñada fue la del novillero sevillano Rafael Serna en el marco del séptimo festejo de la Temporada Chica en la plaza México.

El conocimiento de los terrenos, no perder de vista el comportamiento del novillo desde su salida y la cabeza fría con la que enfrentó a los dos astados de su lote que tuvieron diferentes hierros, fue la carta de presentación de éste debutante.

Al novillo Capirote de De Santiago, lo recibió a la Verónica, lo llevó bregando ante el caballo y le realizó un quite por Chicuelinas, para luego, en su faena de muleta, iniciar con pases por ambos lados flexionando la pierna contraria y recreándose en cada embestida del burel.

La estética, plasticidad y temple, aunados al valor y lentitud que empleaba en el ejercicio de su labor, motivaron al público que coreaba los pases en redondo, con tandas lentas y despaciosas que terminaban con remates estoicos y que la gente aplaudía con júbilo.

Al final de su labor y tomándose el tiempo necesario, el chaval español dejó un estoconazo que hizo rodar sin puntilla al astado potosino para que los tendidos se nutrieran de pañuelos blancos en petición de la oreja, misma que le fue concedida.

A su segundo, Ahí Les Voy, de De Guadiana, a Serna no le importó el viento, que traicioneramente lo descubría constantemente y lo recibió con una larga de rodillas en los medios, siguió con lances a la Verónica y quitó por Tafalleras.

Inició de igual manera su labor muleteril, se daba tiempo entre pase y pase con una paciencia sin inmutarse al ver cómo el engaño no se podía quedar planchado ante los embates del viento, pero que a base de control, técnica y valor, le redituó al hilvanar series en redondo, de pases largos y templados que de no haber sido por los dos pinchazos antes de otra buena estocada le hubiera generado otro apéndice y por consecuencia la puerta grande, pero todo quedó en una Vuelta al Ruedo con mucha fuerza.

En esta tarde se lidiaron cinco ejemplares de De Santiago y uno de De Guadiana, bien presentados y de buen juego en general, de los que sobresalió Capirote al que le otorgaron Arrastre Lento a sus restos.

Por su parte, el poblano Pepe Zavala y el franco-mexicano André Lagravére, se fueron de vacío y en silencio tras despachar a los respectivos novillos de su lote.

mfh