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El infranqueable Pepsi Center, espera los playoffs
La casa de Denver Nuggets es hoy en día la arena más difícil donde se puede ganar.
En tiempos de NBA y en la proximidad de la fase de finales, el Pepsi Center es casi inexpugnable. La casa de Denver Nuggets es hoy en día la arena más difícil donde se puede ganar y donde solamente el colosal Miami Heat, Minnesota Timberwolves y Washington Wizards, ambos con récord perdedor, terminaron satisfechos en Mile High.
La positiva marca de la plantilla que entrena el experimentado George Karl ha tenido su razón de ser en el inmueble que fue abierto el 1 de octubre de 1999, donde hasta el momento, la franquicia lleva acumuladas 33 victorias en el certamen 2012-2013 que está próximo a finalizar en su fase regular.
En el multifuncional espacio que en basquetbol se adapta para 19,155 espectadores, Nuggets suele dominar sin mayores contratiempos a los contrincantes. Todos sus triunfos son con diferencia de 11.9 tantos, incluso con jornadas en las que apabulló con hasta 28 (a Sacramento), 32 (Chicago) y 23 unidades (Minnesota y New York) de más.
De hecho, con la victoria sobre Brooklyn el viernes anterior, ya es una cadena de 18 éxitos consecutivos en su arena, que costaron 160 millones de dólares procedentes del sector privado. Denver, donde militó el chihuahuense Eduardo Nájera, es el mejor local de la NBA en sus 36 duelos, seguido de cerca por Miami (32-3) y por San Antonio y Oklahoma City, ambos con 32-5.
Ser sobresaliente en su duela es una constante condición en cuatro de las pasadas cinco justas, en la actual sólo están a dos triunfos de su máximo rendimiento desde la apertura del Pepsi Center.
INTENSIDAD Y CARISMA
Pero la franquicia es distinguida por sectores de la prensa por su intensidad al jugar en casa y en la que se otorga crédito a Karl, que cumple su octava temporada y ha estado en playoffs desde 2005-2006.
USA Today cataloga al Pepsi Center como uno de los inmuebles más agradables de toda la NBA por la conexión que existe entre equipo y afición, de ésta se destaca a los niños y jóvenes que idolatran a Andre Iguodala, Danilo Gallinari y compañía, en el anhelo de un título.
diego.fragoso@eleconomista.mx
RGS