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Ryder Cup: el honor vale mucho más que el dinero

El torneo que se disputará en Escocia es una lucha por el orgullo entre lo que antes era el nuevo mundo vs viejo mundo.

Los aficionados al golf la consideran la competencia bienal más apasionante de todas. Los golfistas, una rivalidad que se ha ido alimentado a través de varias décadas y se convirtiera en una lucha entre el equipo de Europa y el estadounidense, luego de que en 1983 la Ryder Cup dejara de jugarse entre Gran Bretaña y Estados Unidos.

El torneo que inició en 1927 gracias al auspicio de Samuel Ryder se creó debido a un pique entre jugadores estadounidenses y británicos, quienes cruzaban el Atlántico una vez al año para disputar grandes torneos como el British Open o el US Open, respectivamente.

El viaje podía durar semanas, por lo que los jugadores idearon aprovechar el tiempo en ambos territorios y disputaban pequeños torneos en los que no ganaban nada más que un patriótico orgullo.

Irónicamente, hasta hoy día, es justamente el orgullo lo único que los golfistas ponen en juego. Sin duda, es lo que hace a la Ryder tan especial. No hay ninguna otra competición que enfrente a las dos potencias occidentales y que reúna a los jugadores de la vieja Europa en un solo equipo. Europeos y estadounidenses tienen una historia en común.

Son aliados, amigos, parientes cercanos. Y precisamente por eso, la rivalidad entre unos y otros es tan fuerte , explica Domingo Soriano, periodista del diario electrónico Libertad Digital.

Para los golfistas, que son considerados los mejores del mundo tanto de Europa como de Estados Unidos, llevar la bandera de su equipo es ya de por sí una rivalidad. Es el Viejo Mundo contra el Nuevo Mundo. Durante una semana todos formamos parte de un mismo equipo. Hablamos de un sentimiento de pertenencia cultural , explica Soriano.

Esa rivalidad que se ha gestado entre ambos equipos hace que la Ryder Cup sea un competencia con emoción, talento que se ve en pocos partidos (son 28 durante el fin de semana), y es ese pique el que ha permeado en los aficionados.

Tan sólo este año, se espera que unas 400 millones de personas vean el torneo en algún momento en su televisión. Las entradas para el torneo que se disputará este año en Escocia están agotadas desde hace un año, por lo que serán unos 250,000 asistentes los que presencien los partidos este fin de semana.

La lucha por ser el mejor

Sin duda, el no tener un incentivo económico no le resta espectacularidad a la competencia. Los mejores talentos del golf mundial sólo luchan por demostrar quién es el mejor en el deporte. No más.

Y nada como esta competencia para elevar al máximo el orgullo nacionalista en el caso de los estadounidenses, que con su Tour PGA han buscado dominar el mundo del golf y que convirtieron el torneo en un monopolio de años. Desde 1927 hasta 1983, sólo permitieron que los de Gran Bretaña se adjudicaran el título en tres ediciones. Un evento prácticamente suyo.

En 1983, todo cambió. Con el español Severiano Ballesteros como líder del equipo europeo, la competencia estuvo muy reñida y por primera vez, el marcador fue cerrado: 14.5 para el campeón contra 13.5 que lograron los perdedores. Desde entonces, el Viejo Continente domina 10 a 5.

Hoy el equipo europeo cuenta con tres de los jugadores ubicados en el top cinco del ranking mundial, mientras que Estados Unidos sólo tendrá en su plantilla a uno de ellos: Jim Furyk. No obstante, en este torneo las individualidades resultan, en ocasiones, intrascendentes.

Ya no son sólo jugadores habilidosos. Es un equipo, el nuestro, y cada golpe lo damos nosotros con ellos. Curiosamente, es precisamente este sentimiento el que domina todo el torneo. Y por eso, golfistas que no dudan en la última jornada de un grand slam, cuando se están jugando millones de dólares en premios, sentirán la presión en Gleneagles , explica Soriano.

Y es que sin duda, en la Ryder Cup no se ponen en juego los hoyos, el score. Se pone en juego algo mucho más importante: el honor de un continente.

Algunas curiosidades de la Ryder Cup 2014

  • 163 millones de dólares es lo que se espera que dejará este año sólo por derechos de televisión y de marca.
  • Habrá máquinas de rayos X para examinar a los espectadores que asistan a Gleneagles, además de personal del FBI.
  • 16 dólares costará el estacionamiento para los asistentes el día de prácticas. El costo se incrementará a 32 dólares los días de juego.
  • 10 dólares cuesta el boleto más barato en el día de prácticas; 237 dólares vale el ticket más caro en día de competencia.
  • 2,500 dólares por noche cuesta la Hebrides Suite con vista al green 12, que es una de las más caras del hotel Gleneagles, sede de la Ryder Cup este año.

cristina.sanchez@eleconomista.mx

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