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¿Por qué sentimos que el tiempo no alcanza? 5 consejos para que rinda el día
"Creo que la respuesta está en cómo manejamos nuestra atención. Estamos rodeados de distracciones, nos dejamos llevar por la urgencia, y eso nos roba tiempo, energía y enfoque".
Hace unos días, Gaby, mi esposa, me pidió que le ayudara a bajar del clóset las cajas del árbol de Navidad porque ya era momento de ponerlo. Mientras lo hacía, mi mirada se detuvo en el calendario que tenía en la pared. No lo podía creer: el año prácticamente se había terminado, y en un abrir y cerrar de ojos estamos a pocos días de que culmine 2024.
En ese momento me pregunté: ¿por qué sentimos que el tiempo se nos va cada vez más rápido? Y este año, que cumplí 50, la sensación fue aún más intensa, como si los días fueran más cortos en lugar de más largos.
He escuchado todo tipo de teorías. Desde aquellas más extravagantes, como que la Tierra está girando más rápido; hasta explicaciones más prácticas: hacemos tantas cosas “urgentes” que, al final del día, parece que no logramos nada realmente importante.
La sensación de vivir en modo acelerado
Hay días en los que, aunque estoy conectado todo el tiempo y respondo muchos de los cientos de correos que recibo, siento que no avancé en lo importante. Planifico con prioridades claras, horas de enfoque, y un sistema para decir que no, pero a veces el tiempo parece controlarme a mí y no al revés.
¿Por qué nos pasa esto? Creo que la respuesta está en cómo manejamos nuestra atención. Estamos rodeados de distracciones: notificaciones, correos, mensajes, reuniones… Todas parecen “importantes”, pero al final no suman al cuadro grande. Nos dejamos llevar por la urgencia, y eso nos roba tiempo, energía y enfoque.
Nuestros abuelos no tenían este problema. Sus días eran más simples, no porque tuvieran más horas, sino porque estaban enfocados en menos cosas. Quizás ahí está la clave: no en hacer más, sino en enfocar nuestra energía en lo que realmente importa.
No es solo el mundo, también somos nosotros
Pero no podemos culpar únicamente al mundo acelerado. También somos nosotros. Vivimos en piloto automático, reaccionando en lugar de decidir conscientemente en invertir nuestro tiempo. Queremos hacerlo todo, pero terminamos con las manos vacías. Es un patrón.
Cada diciembre decimos: “el próximo año será diferente”, pero para que pase tenemos que empezar ahora. En lugar de dejar que el tiempo nos controle, debemos recuperar el control sobre nuestro tiempo. No se trata de vivir más lento (porque eso no es realista), sino de vivir más intencionalmente.
Para lograrlo, hazte esta pregunta: ¿cómo quiero terminar este año? Porque, al final, no importa cuánto corra el mundo, lo que importa es cómo decides priorizar. ¿Qué pasaría si estos últimos días del año no fueran solo para cerrar pendientes, sino para cerrar el ciclo de manera significativa? Úsalo para reflexionar sobre lo que realmente te importa, sobre lo que has logrado y lo que quieres dejar atrás. No tienes que esperar a enero para hacerlo.
Guía corta para recuperar tu tiempo
» 1. Haz una pausa diaria. Dedica cinco minutos cada día para preguntarte si lo que hiciste hoy está alineado con lo que realmente valoras. Este simple ejercicio puede cambiar tus prioridades.
» 2. Identifica tus tres prioridades clave. Pregúntate: ¿cuáles son las tres cosas más importantes que quiero terminar antes de que acabe el año? Escríbelas y enfócate en ellas cada día.
» 3. Desactiva lo que no suma. Silencia notificaciones innecesarias y decide conscientemente cuánto tiempo quieres dedicar a correos o redes sociales. Una limpieza digital puede transformar tu día.
» 4. Reserva tiempo para lo que importa. Bloquea en tu calendario momentos para tus metas clave, pero también para las personas importantes en tu vida. No dejes esos espacios al azar.
» 5. Celebra lo que sí hiciste. Antes de preocuparte por lo que falta, reconoce lo que lograste este año. Cambiar tu perspectiva puede darte el impulso necesario para cerrar con fuerza.
Cierra el año en tus propios términos
No podemos cambiar la velocidad del tiempo, pero sí podemos decidir cómo queremos vivirlo. En lugar de correr sin rumbo, enfócate en lo que realmente importa. Cierra el año en tus propios términos, con la tranquilidad de que cada día tiene un propósito y no es solo una lista interminable de pendientes.
Ahora es el momento de detenerte, reflexionar y actuar. No dejes que otro año se escape de tus manos sin tomar las riendas. Porque no se trata de cuánto tiempo tenemos, sino de cómo lo vivimos. ¿Qué opinas?