Talavante triunfa y sale en hombros de la Plaza México

Alejandro Talavante había tenido la suerte echada en sus dos comparecencias anteriores, esta vez parecía haberle cambiado al corresponderle el lote más potable del encierro y sólo era cuestión de cuidar la estocada.

La faena realizada a su primero contaba con los merecimientos para que le dieran cuando menos un apéndice; los trazos por ambos lados con temple recorrido y mando eran dignos del trofeo y a pesar del pinchazo antes de la estocada entera, le fue concedida la oreja.

Con su segundo, Talavante salió más decidido, realizó una faena inteligente, de cabeza fría, entendiendo las condiciones de Orujo, otro astado con recorrido y calidad de la ganadería titular de La Estancia.

Al burel logró hilvanarle tandas en redondo y por naturales que coronó con la primer estocada entera al primer viaje y en buen sitio que le valió para conseguir el segundo auricular y la consabida salida en hombros.

Rafael Ortega, mala suerte

La poca colaboración que mostró el lote compuesto por dos toros débiles, sin transmisión y con muchos kilos, que le tocaron en suerte al diestro Rafael Ortega, dio al traste con los deseos del diestro mexicano.

Incluso, en un afán de agradar, cubrió el tercio de banderillas aún en contra de las indicaciones de su médico que recomendó no hacerlo por una dolencia que sufre en la espalda Ortega.

Los dos cuarteos y el par del violín con los que adornó los morrillos de sus enemigos y la voluntad demostrada en ambas faenas le valieron fuerte ovación en ambos astados y la obligada repetición por parte de la empresa.

Juan Chávez sigue acusando verdor, no se le ven grandes adelantos en su quehacer taurino y sólo tuvo breves momentos en su lote, pero sin redondear ni torear con mando y se retiró en silencio al terminar su labor en ambos.

Para la próxima corrida se manejan los nombres de Pablo Hermoso de Mendoza y la repetición de Rodolfo Rodríguez El Pana.