¿Qué es la vivienda social y cuál es el reto de construirla para los que menos tienen?

En México, durante los últimos años la construcción de casas de interés social ha perdido fuerza e interés por parte de los desarrolladores, pese a ser la más asequible para la población para adquirir.

En el primer trimestre del 2022, de las 34,067 casas registradas para su construcción, las correspondientes al segmento económico apenas representaron el 0.62% del total, con poco más de 200 unidades, según cifras del Registro Único de Vivienda (RUV).

Es decir, entre los planes de los desarrolladores formales, al arranque de este año en todo el país se estarían perfilando 210 casas con un valor de menos de 118 UMAS, que, al monto de este año, representa cerca de 350,000 pesos.

Incluso en entidades como Nuevo León, la más dinámica en cuanto al registro y producción de vivienda, las casas de interés social son cada vez menos. En el primer trimestre, de los 4,814 proyectos registrados por los desarrolladores, solo se contabilizó solo una casa del segmento económico.

En cuanto a las casas en producción, el segmento de interés social también enfrenta una reducción drástica respecto a otros años.

Por ejemplo, entre enero y marzo del 2022, el RUV contabilizó 724 casas del segmento económico, cifra mayor a los registros del mismo periodo de los cuatros años previos, pero lejos de las 6,500 casas de interés social reportadas en el primer trimestre de 2016.

Pero ¿qué es una casa de interés social?

Para poder clasificar los productos de vivienda, así como el esquema de financiamiento que reciben, se toman en cuenta las siguientes características:

• Superficie.
• Precios.
• Distribución del espacio.

Así, de acuerdo con el glosario del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda, las casas de interés social o económicas son aquellas con una superficie de construcción promedio de 40 metros cuadrados, con un baño, una cocina y área de usos múltiples y su precio, calculado en UMAS, no debe ser mayor a las 118 unidades, es decir, menos de 350,000 pesos.

Y aunque la clasificación de la vivienda abarca otros segmentos de bajo costo como la popular y tradicional, subdividida en B1 y B2, su costo máximo solo de producción es de hasta 600,000 pesos.

Por disposición, estas viviendas, de mayor precio que las de interés social, pero no considerada vivienda media, deben contar con un baño, una cocina, una estancia, zona de comedor y hasta dos recámaras, con una superficie promedio de 50 metros cuadrados y hasta cajón de estacionamiento.

En este caso, la vivienda popular y tradicional oscila en un rango de costos de entre 375,000 y cerca de los 600,000 pesos.

Necesario tener condiciones para vivienda de interés social

Para los desarrolladores de vivienda la menor construcción de casa de interés social no es un tema de preferencia, pues si bien se tiene el compromiso de edificar este tipo de unidades, la simple intención no es suficiente pues se deben de tener otros alicientes.

Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, actual presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), comentó que la edificación de casas de interés social requiere una colaboración entre el sector privado, así como con los tres niveles de gobierno, para facilitar trámites y tierra asequible.

“No es que no nos guste construir vivienda para personas de esos ingresos (bajos), es que es muy complicado poder hacerlo”, dijo.

Señaló que, aunque existe financiamiento para los trabajadores de menos ingresos, de entre 2.8 y 5 UMAs, cerca de 15,000 pesos máximo por mes, la oferta de vivienda no está atendiendo a este segmento.