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Para frenar la inflación deben coordinarse políticas monetaria, fiscal y la IP: IDIC
Destaca que la política económica enfrenta un evento no privativo de México que no había ocurrido en décadas: una pandemia y una guerra.
La tendencia alcista que trae la inflación y las consecuencias por la guerra en Ucrania están marcando el momento para que la política monetaria se coordine con la fiscal y con la Iniciativa Privada (IP) para tratar de frenar la escalada de precios, observó el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz.
La política económica enfrenta un evento no privativo de México que no había ocurrido en décadas: una pandemia y una guerra. Esos deben ser los motivadores de un acuerdo de coordinación, resaltó.
Entrevistado por El Economista explicó que con una inflación que se encuentra en 7.23% y que sigue presionada al alza, las tasas de interés serán insuficientes por si solas para detenerla.
Es verdad que la inflación se encuentra en niveles no vistos en dos décadas. Pero en aquel momento, en el 2001, México estaba inmerso en un proceso de desinflación, sin presiones alcistas y dirigiéndose a la convergencia del objetivo de 3%, advirtió.
Ahora, con una inflación en 7.23% y presiones alcistas externas e internas, el escenario es completamente diferente, porque ya se ha presentado un desanclaje de expectativas, aseveró.
La pregunta pertinente para las autoridades ahora es es si tendrán la capacidad de frenar la inflación más allá del movimiento de tasas.
Presiones cumplen 22 meses
De la Cruz comentó que cuando inició el incremento de precios de materias primas como petróleo, gas, minerales, alimentos y metales, en mayo del 2020, era claro que iban a terminar pegando en la inflación.
México es una economía importadora deficitaria estructuralmente, argumentó. El país importa 400,000 millones de dólares al año de insumos intermedios, esto es 40% del PIB.
“La prospectiva (del Banco de México) no se ajustó a lo que venía ocurriendo pese a que la magnitud y tendencia de esos incrementos ya se veía en diciembre del 2020 y siguió incubándose en el 2021, a través de productos intermedios y bienes básicos”, relató.
El directivo del IDIC y ex funcionario público enfatizó que esta tensión acumulada terminó por presionar los costos de producción y logística de las empresas en México, y eso es lo que está reflejado en la trayectoria del Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) que hoy están por arriba de la inflación, en 8.70 por ciento.
“La tendencia que mantiene el INPP indica que sí se presentó un traslado, probablemente no de 100%, pero sí se presentó cierta absorción de costos por parte de las empresas, que ha terminado por pasarse al consumidor final”.
Impacto rezagado
El experto del IDIC detalló que como el INPP está por arriba del Índice Nacional de Precios al Consumidor, “podemos suponer que hay aún un rezago que va a seguir llegando al consumidor final”.
El economista del think lab Saver, Luis Pérez Lezama ha explicado que el INPP es un indicador que suele traer seis meses de rezago antes de llegar al consumidor final. Y como son los productores quienes fijan los precios, la presión termina por llegar al consumidor final.
Es bueno que exista un reconocimiento de parte de Banco de México que la situación de inflación está rebasando sus expectativas, porque hay transparencia en cuanto a lo que observan, comentó.