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Celebrando a empresas de base tecnológica
Endeavor México lanzó la séptima edición de su libro Emprendedores, en esta ocasión con 11 historias de startups, que se distinguen por usar la tecnología para hacer la diferencia.
Endeavor México lanzó la séptima edición de su libro Emprendedores, en esta ocasión con 11 historias de startups, que se distinguen por usar la tecnología para hacer la diferencia.
En el 2013, Endeavor México decidió dar un giro a su estrategia de empresas seleccionadas para apoyarlas. Desde el inicio de sus operaciones, su portafolio estaba integrado por compañías de sectores tradicionales, pero a partir de ese año volteó a ver a empresas del sector tecnológico en etapas iniciales, pero con potencial de crecimiento.
El resultado de ese viraje se aprecia en su más reciente libro Emprendedores Endeavor: La nueva cara de México VII ; y es que ocho de las 11 compañías que lo integran son Tech Track, es decir, no sólo surgieron para solucionar una necesidad, sino que tienen un alto nivel de innovación y un potencial de escalabilidad global. Y son historias que vale la pena contar.
Los lectores y seguidores del ecosistema emprendedor se han habituado a oír o leer sobre startups como Carrot, Clip, KichInk, Kueski, OPI, Parkimovil, Petsy y Yogome, las empresas tecnológicas seleccionadas por Endeavor para la séptima edición de su libro. Sus creadores son una inspiración para nuevos emprendedores y sus compañías una muestra del potencial de innovación que hay en México.
A estas historias se suman las de Naranya e Intengible, que están en el segmento de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y TIC por segundo emprendimiento de Endeavor.
En 2015, dos años después de la filial mexicana dio ese viraje, 40% de las nuevas compañías mexicanas seleccionadas por Endeavor Global, provienen del sector de tecnología. Son cifras alentadoras, considerando que este tipo de compañías, como apunta la organización internacional, pueden crear modelos de negocios escalables y generadores de empleo e inversión.
Sin embargo, el número es insuficiente para el potencial del país, y es que, como recuerda Endeavor en el libro, México tiene uno de los índices más bajos de gasto en inversión científica de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico). Uno de los principales retos de la nación es elevar el impacto del sector tecnológico en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, que apenas ronda el 5 por ciento.
El desafío para el ecosistema a su vez es generar emprendedores en volúmenes importantes, para que ver cómo aquellos que tienen una salida, aportan capital y conocimiento a las nuevas generaciones de entusiastas innovadores, y con ello romper el círculo vicioso de que la riqueza generada en negocios tradicionales siga siendo invertida en empresas de ese mismo orden.
Mientras eso sucede, será necesario difundir las historias inspiradoras de Leonardo de la Cerda y Adalberto Flores, de Kueski; de Alberto Tawin, Alejandro Maza y Adolfo de Unánue, de OPI; de Federico Casas, Héctor Sepúlveda y Jorge Soto, de Intangible, entre otras, para que haya más y más personas contagiadas por el virus emprendedor, que aporten soluciones innovadoras a los problemas que la sociedad necesita, incluso si aún no ésta no es consciente de estos desafíos todavía.