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Acceso al agua potable, un reto en las escuelas
Mondelez México y Save The Children, así como la Fundación Emilio Moro y Fundación Cántaro Azul trabajan por la niñez de México.
Sin embargo, a dos años de implementarse la Reforma Educativa, el modelo que privilegia el aprovechamiento y la dotación de tecnología no puede acabar de dotar de agua potable a los planteles escolares del país y, a la fecha, sólo tiene garantizado ese derecho 42% de las 88,148 escuelas primarias que reportó el Inegi en su último censo del 2014, mientras que 56.8% cuenta con equipo de cómputo.
Desde el 2015, Mondelez México, empresa líder en producción de galletas , caramelos y alimentos, y Save The Children pactaron la Alianza por el Bienestar de la Niñez a fin de mejorar la nutrición y promover la actividad física en niños y sus familiares para prevenir y disminuir el sobrepeso y la obesidad infantil que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, padecen casi cuatro de cada 10 niños y adolescentes en México.
Esta alianza, para la que Mondelez Internacional ha destinado 2.8 millones de dólares, ha conseguido en dos años cambios sustantivos en más de 17,000 menores y en sus entornos familiares y escolares, buscando promover que los niños retomen el juego y la actividad física, que tomen decisiones nutrimentales informadas, elijan opciones balanceadas, integren más alimentos frescos a sus comidas y eleven el consumo recomendado de agua potable, de siete vasos diarios.
El programa, que opera en 20 escuelas primarias públicas y 82 Centros Comunitarios de Desarrollo Infantil en la Ciudad de México, Puebla y Estado de México elevó de 5.9 a 80% el número de los escolares que saben que deben comer cinco frutas o verduras por día, y de 13.4 a 71% la cifra de niños y niñas que puede identificar alimentos con alto contenido de azúcar, lo cual contribuyó a la disminución en 6% el consumo de bebidas azucaradas.
Maripina Menéndez, directora general de Save The Children México, asegura que una de las razones por las que el consumo de agua en las escuelas está aún lejos de tener cifras óptimas es que una botella de agua suele ser más cara que un refresco y, la segunda, por el rezago que aún se advierte en el suministro a las escuelas públicas.
la fruta no viene del super
La evaluación del programa a dos años ha reportado avances en la formación nutricional de los educandos a través de cursos y talleres, pero también en la activación física de los niños y en capacitación de los docentes con personal especializado; también en la creación de huertos escolares, que permiten a los alumnos cultivar su propias verduras y además establecer un contacto con la tierra, recuperar el vínculo que se ha perdido en la ciudades y favorecer el interés y el respeto por el medio ambiente y la naturaleza.
Santiago Aguilera, director de Comunicación y Asuntos Corporativos de Mondelez, se manifestó satisfecho con los resultados de esta alianza y reconoció la labor y el esfuerzo de Save The Children para sensibilizar a las instituciones y a las autoridades sobre la importancia de dotar la infraestructura adecuada que permita garantizar el acceso al agua en las escuelas públicas.
Agregó que Mondelez contribuye además con un portafolio de gomas y caramelos 70% libre de azúcar y 100% en el caso de las bebidas.
fundación moro y cántaro azul
La Fundación española Emilio Moro, de la empresa vinícola Bodegas Emilio Moro, participa en diversas iniciativas bajo el lema “El vino ayuda al agua”, y tiene como principal objetivo contribuir al reparto justo de los recursos de agua entre las poblaciones más necesitadas.
Teniendo en cuenta la problemática del agua potable que presentan las escuelas en México, la Fundación Emilio Moro creó una alianza con la Fundación Cántaro Azul para “facilitar hábitos de consumo saludable a niños y llevar agua potable a escuelas que no tienen dicho acceso”, comentó José Moro, presidente de la Fundación Emilio Moro.
El programa Agua Segura para Escuelas aplica actualmente en Chiapas y Oaxaca y a través del mismo buscan incidir positivamente en la salud de la niñez mexicana, garantizando el acceso a agua potable, fomentando su consumo para reducir enfermedades gastrointestinales y disminuir la ingesta de bebidas altamente azucaradas.
El mes pasado ambas fundaciones presentaron la segunda fase de este proyecto, el cual busca desarrollar una intervención con enfoque multidimensional que a través de la integralidad, sostenibilidad, replicabilidad, evaluación e innovación logre detonar el potencial del modelo e incrementar el impacto directo de manera sustancial a alrededor de 36,000 niñas, niños y docentes y con un potencial de impacto indirecto de 200,000 personas.