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Revisión del T-MEC debe ser algo “incómoda” para ser exitosa: EU
Debe haber cierta inconformidad de los socios para que estén motivados en el proceso de mantener un tratado beneficioso, afirmó Katherine Tai, titular de la Representación Comercial de EU; China, los mecanismos de solución de disputas, el impacto de la pandemia y el cambio climático son temas que deberán abordarse en la evaluación del 2026.
La próxima revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) a realizarse en el 2026 debe tener como ingrediente cierta inconformidad de los participantes, si se quiere que las partes estén motivadas para conseguir que el acuerdo siga cumpliendo con sus objetivos, dijo este miércoles Katherine Tai, titular de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés).
“No desea que esa revisión se realice de manera que las tres partes se sientan demasiado cómodas en la conversación”, dijo al participar en un evento organizado por la Brookings Institution.
Y clarificó la razón: “La cuestión es mantener un cierto nivel de malestar, que puede implicar un cierto nivel de incertidumbre, para mantener a las partes motivadas a hacer lo realmente difícil, que es seguir reevaluando nuestras políticas y nuestros programas comerciales para garantizar que realmente están respondiendo a los cambios que están sucediendo a nuestro alrededor”.
A diferencia de su antecesor, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que estuvo vigente entre 1994 y el 2020 y no tenía fecha de caducidad, el T-MEC tiene un mecanismo de evaluaciones periódicas para que las partes puedan asegurarse de que el tratado sigue siendo funcional.
El T-MEC entró en vigor el 1 de julio del 2020 y su primera revisión está programada para el 2026. A menos que los tres países pacten extender el acuerdo durante la evaluación conjunta –que se realizará después de las elecciones presidenciales en los tres países– el acuerdo expirará después de otros 10 años.
En su participación en el evento de la Brookings Institution, Tai identificó el comercio con China como un primer desafío que debería ser abordado por los socios.
“La pieza de China no puede ser... exagerada”, dijo. Y añadió que “Va a ser -y ya lo es- un elemento realmente importante de tensión y preocupación que está surgiendo en esta relación comercial tan íntima que tenemos entre tres países”.
El cambio climático, los efectos de la pandemia y los mecanismos de solución de disputas también deberían ser abordados en la evaluación, aseveró.
Bajo el T-MEC, Estados Unidos ya fue objeto de un panel de solución de disputas, por su postura respecto a la forma en la que debe medirse el valor de contenido regional de los vehículos automotores. El fallo fue adverso a Washington, pero su materialización todavía es objeto de duda.
Canadá también tuvo un fallo adverso por la inconformidad de Estados Unidos en cuanto a la apertura del mercado lácteo, que consideró, no se dio en los términos acordados por el T-MEC.
En tanto, México sostiene una disputa por su política de restringir las importaciones de maíz transgénico y su uso para consumo humano.
En los tres casos ha habido tensiones que no ha quedado claro que hayan sido superadas mediante los mecanismos de solución de diferencias establecidos.