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Salario del 2022, el más golpeado por la inflación desde el 2000
Entre enero y octubre pasado, el aumento acumulado de los precios fue de 6.2%, el mayor avance desde 1999.
El salario mínimo real mostraba un crecimiento promedio de 13.1% interanual
Entre enero y octubre de este año el salario mínimo general vigente para el 2022 ha perdido un 5.8% de su valor, siendo el de este año, el salario mínimo con la mayor merma en poder adquisitivo en lo que va del siglo, lo que coincide con la escalada inflacionaria más agresiva en el país en más de dos décadas.
Fijado en un nivel de 172.87 pesos diarios nominales en diciembre del 2021, el salario mínimo general del 2022 ya deflactado –utilizando el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de hasta un salario mínimo que tiene como base la segunda quincena de julio del 2018– tuvo en enero del 2022 un valor de 146.5 pesos diarios, monto que descendió 5.8% a 137.99 pesos en octubre pasado, fecha más reciente para la cual existen datos del índice de precios utilizado como deflactor.
Antes del 2022, el año con el mayor deterioro intra anual en el valor del salario mínimo para un lapso similar era el 2000, cuando la caída fue de 5.2%, al pasar de 61.89 a 58.66 pesos diarios entre enero y octubre.
Entre enero y octubre pasado, el INPC general tuvo un aumento de 6.2%, su mayor expansión para un período paralelo desde 1999. En tanto, la inflación general interanual de octubre fue de 8.41%, cifra ligeramente inferior a la de 8.7% de septiembre.
A pesar de ello, hasta octubre el salario mínimo real mostraba un crecimiento promedio de 13.1% interanual, gracias a que, nominalmente, el incremento al mínimo de este año fue de 22%, el mayor registrado hasta la fecha.
En términos reales, se trata del segundo avance más acelerado desde que inició la política de recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo, solo por debajo del 16% observado en el 2020.
La inflación del 2021-2022 es un fenómeno en buena medida global, atizado por problemáticas como el impacto en las cadenas de suministro alimentarias y de energía por la invasión de Rusia a Ucrania o el impacto desigual que tuvo el Covid-19 en la producción de bienes y servicios y logística internacionales.