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El consumo energético inteligente e informado tiene beneficios económicos y medioambientales

Este 21 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ahorro de Energía; la eficiencia energética es clave para mitigar el cambio climático y proteger nuestro planeta. Debe ser una iniciativa mundial para promover el ahorro energético y concientizar sobre la importancia de adoptar hábitos responsables en el consumo de energía.

Ahorro energético.Especial

El 21 de octubre se celebra el día mundial del ahorro energético. El origen de este día se encuentra en la iniciativa del Foro Energético Mundial (World Energy Forum) para promover el acceso universal a la energía.

Arturo Gómez CEO de Eon Energy platicó con El Economista, y explicó que eficiencia es poder hacer lo mismo con menos y en el tema energético, de entrada, hay muchas pérdidas, tanto físicas como en el mercado. De acuerdo con datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) en el sistema eléctrico, las pérdidas técnicas ocurren debido a la resistencia en los componentes de la red de transmisión y distribución. En México, estas pérdidas rondan el 11% del total de energía generada, según la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El cálculo aproximado, suponiendo que México genera aproximadamente 330 TWh anuales (2023), las pérdidas serían de aproximadamente 36 TWh. Si se considera un costo promedio de 1,000 pesos por MWh (dependiendo del tipo de energía), las pérdidas anuales se estiman en alrededor de 36 mil millones de pesos.

Por otro lado, México reporta sus emisiones de CO2 en su Inventario Nacional de Emisiones. En 2023, se estima que las emisiones del sector eléctrico fueron de aproximadamente 130-140 millones de toneladas de CO2. La mayor parte proviene de plantas a base de combustibles fósiles, de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)

Los estados que tienen mayor pérdida son Baja California y Oaxaca, porque están de cierta manera desconectados, ya que las carreteras que son las líneas de transmisión en muchos casos, no están disponibles, “aunque tiene bastante generación de energía, hay pérdidas muy grandes. Lo que hoy se necesita en la zona es una economía circular pero en energía”.

Gómez explica que si en las zonas con centrales muy grandes, principalmente renovables, se pudiera aprovechar la energía de ciertos horarios en lugar de detenerla, la pérdida se podría reducir al mínimo, para lograr esta eficiencia se necesita información.

El consumo inteligente

En países como Francia las compañías de electricidad por ejemplo, dan descuentos durante el verano, esto porque se tiene más producción renovable, así el usuario adquiere una responsabilidad de modificar un poco los horarios de consumo para ajustarse a esas tarifas y con ello, vienen descuentos del 20%. “La empresa sabe que en esa época producirá más energía que el resto del año, entonces en lugar de tirarla o perderla, la vende más barata y eso se vuelve eficiente”.

Para llegar a modelos como ese, en México se necesita comunicarle a la gente común cómo funciona el suministro, normalmente se piensa que hay un solo precio y ya, pero hasta CFE tiene tres tarifas: Base, Intermedia y Punta; esta última puede costar hasta el triple y utiliza hasta el doble de la base, se trata de los horarios con más demanda, es decir, entre 7 y 10 de la noche.

“Tener conciencia en los horarios nos permite, por ejemplo, lavar ropa en horarios más eficientes y en general organizarnos mejor”. Dijo que plataformas como Vowat, una herramienta gratuita qué permite trazar el consumo y producción de energía eléctrica, ayuda a la información pública, pero de una forma mucho más digerida y ordenada, “para que podamos entender cómo funciona el mercado y nosotros poder modular alertas para generar ahorros, se trata de un consumo inteligente”.

Agrega que lo anterior se trata de involucrar a la sociedad, pues diversas empresas y compañías ya tienen una tendencia a modificar horarios de consumo para las horas pico. “Cenace hace su parte, ellos tienen un software que predice los consumos del día siguiente con base al día anterior, además son muy buenos improvisando cambios de consumo, esto es complejo y eficiente, pero aún así el tiempo de reacción es equivalente a pérdidas, pues ante la pérdida de energía se utilizan reservas rodantes, este costo es del 5% de la tarifa prácticamente, pues es como tener el motor del auto encendido todo el tiempo para cuando uno quiere acelerar, esto es un costo para el Estado y para todos”.

Concluye que un mercado eficiente es un mercado informado, por ello compañías como Eon Energy buscan involucrar también a los usuarios residenciales que desean conocer qué tipo de energía reciben y fomentar la inversión en centrales eléctricas renovables del estado.

“Cuando las personas tienen el poder de decidir y entender mejor sobre tarifas y costos, pueden ahorrar dinero, pero también abonamos a un sistema más eficiente, el Estado tiene menos pérdidas y otro de los grandes impactos es el ambiental. Si esas pérdidas no existen, contaminamos menos de manera directa, esto es un consumo inteligente”.

“Solo podremos neutralizar las emisiones no renovables apostando por las renovables, hoy en día todavía es un porcentaje pequeño, pero una vez que excedamos la capacidad instalada no renovable es cuando ya vamos a depender de ella en menor medida, de igual manera a las industrias que tienen incentivos con compras de bonos, pensamos que se podrá transaccionar y dar autoría, todo esto ayudará al Estado con capital que no le costará a nadie más de lo que ya se está gastando (...) En México parece que la política será mantener el hecho de que el Estado será el primero en producir independientemente del precio y también habrá participación privada ¿Cómo van a avanzar en la transición? aún no se ha dicho, pero con base a eso seguiremos proponiendo opciones para documentar tanto a representantes como sociedad en general”.

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    Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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