Lectura 5:00 min
Financiamiento educativo, sólo un complemento (2/4)
El programa surge por una necesidad de mercado. Si alguien quiere ir a una universidad privada, no está mal que el gobierno lo ayude de una u otra forma.
A menos de un mes de que el gobierno federal presentara el Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior, Nacional Financiera (Nafin) reveló que este esquema de estudios resuelve una demanda que hay en la actualidad, con lo que se complementa la oferta universitaria del país sin atentar contra la educación pública.
Si el sueño de la familia es que los hijos acudan a una universidad privada, asegúrese que no se quede sólo en una ilusión.
El programa es más bien un complemento, surge por una necesidad. Hay estudiantes que no logran entrar a universidades públicas o desean ir a una escuela privada. Si tienen ese deseo, hay que ayudarles a que lo hagan , comentó Arturo Sojo Quiroz, subdirector de Proyectos Sectoriales de Nacional Financiera.
Detalló que casi 50% de la deserción universitaria es por economía.
El plan es un fondeo de recursos a través de un programa de garantías que cuenta con 2,500 millones de pesos. El monto del crédito es de hasta 215,000 pesos para licenciatura y de 280,000 pesos para un posgrado. Tienen hasta 15 años y medio para pagar con una tasa de interés fija de 10% anual.
¿De dónde vienen los recursos?
Los 2,500 millones de pesos no son un presupuesto del gobierno federal. Los recursos llegan en 10% de Hacienda, 15% de las universidades, 20% de los bancos y 55% restante lo pone Nacional Financiera. Los bancos otorgan el crédito y Nafin garantiza los financiamientos.
¿Cómo se puede acceder a un financiamiento educativo?
El primer paso para poder tomar un crédito es que el estudiante sea aceptado por una universidad de las 21 que participan en el programa. Una vez que tienen la admisión, pueden acceder de tres formas.
La primera forma es contactar a Nafin.
La segunda forma de acceder es acudir directamente a la universidad.
La tercera es en el propio banco, que es la que menos usan, porque es a la que menos confianza le tienen.
¿Cómo van a pagar los estudiantes estos créditos?
El primer punto es que el chavo nunca toca el dinero. Se le entrega a la universidad.
El segundo punto es que no se dispone del total del dinero inmediatamente, se divide entre los semestres por estudiar.
Como ejemplo, hicimos un cálculo con base en un caso de 10 semestres. Si lo divides en 10 semestres, el primer semestre sólo va a usar 21,000 pesos.
Se lo dividimos para que tome conciencia de que si le damos 21,000 pesos en cada semestre y el semestre cuesta 60,000, tiene que buscar una beca por la parte complementaria o una beca y ayuda familiar o simplemente ayuda familiar.
¿Qué pasa si un estudiante no paga?
Eso es algo que no queremos que suceda. Esperamos que los que no paguen sean los menos. Los bancos buscarán cobrarle, como cualquier otro crédito.
¿Se puede extender a universidades públicas?
Sí hay una posibilidad. Lo estamos analizando. No lo cerraría a universidades públicas.
¿Qué le dices a los miles de universitarios que no se animan a tomar un financiamiento?
Les diría que lo vean como una inversión. Estudiar una carrera da una probabilidad mayor de tener mejores ingresos.
ANÁLISIS DEL CIEP
FINANCIAMIENTO EDUCATIVO, INEFICIENTE AL DAR RECURSOS
El Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior no es eficiente en la redistribución de los recursos otorgados, debido a que éstos no llegan a la población de ingresos bajos, con carencias y vulnerable, que es la que menos acceso tiene a la educación universitaria.
Según un análisis realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el proyecto difícilmente cumple con el objetivo de democratizar el acceso a la educación y soluciona una pequeña parte del problema de baja cobertura a nivel superior.
El reporte indica que para incidir en la redistribución de los recursos, una alternativa sería incorporar en el mercado de créditos educativos a las instituciones de educación pública.
Con ello se contribuiría al desarrollo de jóvenes de escasos recursos que necesitan apoyos para su manutención, debido al bajo ingreso de sus familias o a los altos costos de desplazamiento ocasionados por la migración estudiantil.
El CIEP destaca que aunque este programa es un avance en la materia, la población objetivo es muy reducida. En gran parte de los casos el préstamo máximo otorgado alcanza para cubrir sólo 30% de la colegiatura semestral, mientras que en otros casos cubre de 50 a 60%, y en muy pocas instituciones llega a cubrir la totalidad de la colegiatura.
Dado lo anterior, la población objetivo de este programa pertenece a los grupos con mayores ingresos económicos, destaca el estudio.
salomon.rodriguez@eleconomista.mx