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Rompiendo el mito: no gano lo suficiente para ahorrar
Estoy escribiendo esta columna en el marco del Día Mundial del Ahorro, el cual ha generado algunas conversaciones interesantes, una de ellas enfocada en la principal excusa por la cual la gente no ahorra en México: no gano lo suficiente.
Estoy escribiendo esta columna en el marco del Día Mundial del Ahorro, el cual ha generado algunas conversaciones interesantes, una de ellas enfocada en la principal excusa por la cual la gente no ahorra en México: no gano lo suficiente.
Esto lo dicen personas de todos los niveles de ingresos: desde quienes ganan el mínimo hasta los que cuentan con un ingreso familiar elevado incluso bajo estándares internacionales.
Es muy claro que el ingreso de la gran mayoría de los mexicanos es sumamente limitado, lo cual representa sin duda un serio problema.
A pesar de ello, he tenido la oportunidad de hacer labor social y he visitado comunidades marginadas, muy pobres, donde existe el concepto del ahorro. Me ha tocado ser testigo de personas que hacen un guardadito para días lluviosos. Aunque sea una moneda que les sobró del mandado, pero lo hacen. Hay un dicho al respecto: De poquito en poquito se llena el botecito .
No es un ahorro formal, es variable y no muy planeado, pero es ahorro para cuando haga falta. Para cuando no haya qué comer. Y además lo cuidan y lo ven como algo muy importante para su precaria estabilidad. Pero es un ahorro.
También me ha tocado ver cómo algunas personas organizan tandas. Éste es otro mecanismo de ahorro informal que realizan personas con un ingreso limitado, el cual requiere un alto grado de confianza entre los participantes de la misma, ya que conlleva un alto riesgo.
Es por eso que yo creo que todas las personas, en la medida de sus posibilidades, son capaces de ahorrar. Desde unos cuantos centavos, en el caso de los que menos ganan, hasta varios miles de pesos.
Clases altas: menos ahorro y más deudas
Aunque no tengo estadísticas que lo respalden, me he dado cuenta de que los que menos ahorran son aquellas personas que están en la clase media o media alta. ¿Por qué? Porque desafortunadamente están muy endeudados.
Vivimos en una sociedad en donde parece que nos medimos no por lo que somos, sino por lo que tenemos. Esto nos da estatus social e incluso un sentido de pertenencia.
Es una realidad: mientras más ganamos, más gastamos, porque se nos abren otras posibilidades. Ahora ya nos alcanza para otras cosas que antes no podíamos tener. Ahora tenemos acceso a créditos, aun siendo a meses sin intereses. Somos humanos y queremos vivir mejor, nos convencemos a nosotros mismos diciendo: para esto trabajo tan duro . Entonces comprometemos nuestro ingreso futuro, nos endeudamos y desde luego, eso merma o nulifica nuestra capacidad de ahorro. Nos impide formar patrimonio y alcanzar aquellas metas de mayor plazo (como el retiro). No tiene nada de malo gastar cuando lo hacemos de manera consciente, ni debemos sentirnos mal por ello. Pero todo en equilibrio.
A mí me da mucha tristeza cuando la gente se acerca conmigo porque se ha endeudado más allá de su capacidad de pago, lo cual, por cierto, es un síntoma de la pobre cultura financiera que tenemos como sociedad.
Por eso también es tan importante tener claras nuestras prioridades en la vida. Algunos dicen que la seguridad para su familia, a otros les preocupa poder vivir bien cuando ya no puedan trabajar, pero muy pocos son los que tienen un fondo para emergencias, un seguro de vida o se han preocupado por hacer ahorro para el retiro. Dicen que no les alcanza para hacerlo (entre otras cosas porque siguen pagando las mensualidades de la pantalla plana que compraron durante el pasado Buen Fin; supongo que aprovechar la oferta era más importante).
Hace algunos años platicando con mi hermano le pregunté si había empezado su ahorro para el retiro. Él era una persona soltera en ese momento, trabajaba y ganaba un sueldo que sin duda le era suficiente para sus necesidades. Era una persona que casi todos los fines de semana andaba en fiestas y además estaba pagando las mensualidad de su carro.
Me contestó lo que todos dicen: que no le alcanzaba. Si algún día ganaba más entonces pensaría en empezar. Años después consiguió un mejor trabajo. ¿Lo hizo? Desde luego que no, porque se le cruzaron otras necesidades .
En realidad, en mi experiencia, uno nunca gana lo suficiente. Si uno espera a ahorrar cuando lo haga, nunca empezará.
Yo siempre he ahorrado porque desde chico me acostumbré a hacerlo con una parte del dinero que recibía. Siempre separaba algo de dinero y lo metía en una cartera que no usaba, dentro del cajón de mis calcetines. En ciertas etapas de mi vida he tenido que vivir con un ingreso limitado, pero eso nunca fue pretexto: siempre encontré la manera de guardar algo.
Más adelante me di cuenta que el ahorro es algo que se planea para alcanzar objetivos de largo plazo, como el retiro. Es el punto de partida para empezar un patrimonio.
Siempre se puede ahorrar, como me lo han demostrado esas personas de comunidades marginadas. Es un tema de voluntad, de cultura financiera y de previsión.