7 datos para entender la crisis política en Venezuela

Los hechos recientes en la vida política de Venezuela se pueden entender como la crisis de la Revolución Bolivariana, o chavismo , proyecto político que tiene como punto de partida la victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1999, continuado hasta ahora por Nicolás Maduro tras la muerte de Chávez en el 2013.

Durante su larga gestión (gobernó de 1999 hasta el 2013), Hugo Chávez implementó reformas económicas, sociales y políticas que llevaron a Venezuela a ocupar los primeros lugares en desarrollo humano en América Latina. Los niveles de pobreza y desempleo disminuyeron, mientras que el crecimiento económico del país aumentó, al igual que el ingreso per cápita.

Chávez y su gestión gozaron de altos niveles de aprobación, tanto en la opinión pública venezolana como entre internacional. Con problemas y roces recordemos el ¿Por qué no te callas? del entonces rey de España Juan Carlos I el gobierno socialista de Chávez sorteaba, a veces con gracia, y a veces sin ella, los problemas. Fue su muerte prematura, en el 2013, a causa del cáncer lo que terminó con su gestión, pero no con el proyecto. Antes de su muerte, Chávez designó a Nicolás Maduro como su sucesor.

Maduro no contó con suerte ni con gracia. Pronto fue evidente que carecía del carisma de Chávez, y que la fortuna no estaba de su lado: en el 2014 sobrevino la crisis petrolera, que redujo dramáticamente los precios del petróleo; el dólar se robusteció en el mercado cambiario internacional, y a su alrededor surgieron gobiernos de derecha que lo cercaron económica y comercialmente.

La oposición a la Revolución Bolivariana siempre ha estado activa, pero nunca fue rival para la popularidad de Chávez y sus logros. Hoy vemos que en una combinación de factores ha puesto en entredicho la continuidad del chavismo. Aquí te presento 7 de ellos.
 

1. Crisis económica

La crisis petrolera mundial, que inició en el 2014, noqueó a la economía venezolana, al reducir el precio del crudo de exportación, responsable de 90 por ciento de los ingresos y las divisas de Venezuela. El 20 de diciembre de 2013, el barril venezolano se cotizaba en 99.87 dólares; para febrero del 2016, se vendía por 24.25 dólares. Si bien no es él único elemento de la crisis, sí es uno de los principales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que Venezuela cerrará el año 2016 con una caída del PIB de -10,0% y una inflación superior a 475%, al actualizar sus previsiones económicas anunciadas en abril.
 

2. Crisis de abasto de alimentos y medicinas

El abasto de alimentos ha sido un problema recurrente del gobierno socialista de Venezuela. Durante la gestión de Chávez, la importación de alimentos comenzó a tener dificultades debido a la decisión de su gobierno de controlar el tipo de cambio, lo cual elevó los precios. La forma de resolverlo fue subsidiar estos productos, algo posible gracias a las altas rentas petroleras. Con el gobierno de Maduro, el coctel fue explosivo: a la caída del precio del crudo se sumaron las medidas de control cambiario, que agudizaron el abasto de productos básicos y medicinas. En medio se cruzó una caída en la producción industrial interna, consecuencia de la crisis económica. Organismos internacionales como Human Rights Watch han pedido que se declare una crisis humanitaria en Venezuela; otros, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se han opuesto porque las condiciones que establece la ONU para declarar la crisis no obedecen a la realidad venezolana.
 

3. Mayoría opositora en la Asamblea Nacional

La victoria del principal movimiento opositor al chavismo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en las pasadas elecciones parlamentarias, del 6 de diciembre de 2015, supuso un castigo contra Nicolás Maduro por parte del electorado, al quitarle el control del poder legislativo. Del total de diputados (164), la MUD logró hacerse de 109 escaños, contra los 55 que obtuvo el bloque oficialista, el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB). Se trata, además, del rompimiento de la hegemonía chavista en el Parlamento, que mantuvo durante 17 años.
 

4. El TSJ declara en desacato a la Asamblea

El lunes 11 de enero del 2016, El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano emitió el 30 de diciembre una medida cautelar en la que declaraba la elección de tres diputados opositores del estado Amazonas "suspendida temporalmente", luego de una impugnación del resultado por parte de miembros del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que denunciaron compra de votos. La Asamblea Nacional, no obstante la orden del TSJ, tomó juramento a los diputados acusados de fraude, lo cual generó la reacción del PSUV, que presentó entonces una denuncia por desacato. El TSJ estimó procedente la denuncia, tras lo cual, el 11 de enero, declaró que todos los actos de la nueva Asamblea Nacional serán nulos mientras sigan juramentados los tres diputados. Desde entonces, Maduro ha considerado los actos de la Asamblea como inconstitucionales y ha gobernado mediante decretos.
 

5. La declaración del Estado de Excepción y Emergencia Económica

La primera vez que Nicolás Maduro declaró el estado de excepción y emergencia económica que le permite dictar leyes sin necesidad de recurrir al legislativo, en un momento donde la escasez de bienes y la recesión golpean a la población fue en enero de este año, pocos días después de que la Asamblea Nacional asumiera su cargo. El Parlamento votó en contra de la medida, pero el TSJ respaldó a Maduro y validó el decreto, que inicialmente duraría 60 días. En marzo y mayo, esta medida fue prorrogada. De esta forma, Maduro busca tomar las medidas que crea convenientes para superar la grave crisis económica y de desabasto por la que atraviesa el país. Analistas políticos apuntaron que una medida de esta naturaleza no habría sido tomada por Hugo Chávez.
 

6. Referendo revocatorio

La oposición venezolana considera que el responsable de la crisis económica es el presidente Maduro. Henrique Capriles, líder opositor y gobernador del estado Miranda, propuso el referendo revocatorio para remover a Maduro del cargo y llamar entonces a elecciones anticipadas. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aceptó la propuesta, al considerar que era la única vía institucional disponible. El proceso implica dos etapas de recolecta de firmas, el primero, de 1% del padrón nacional, daba pie al segundo, de 20% del padrón, cosa que el Tribunal Superior determinó que tendría que ser de 20% del padrón en cada uno de los 23 estados. Luego vendría la activación de la revocación, que contemplaría un proceso electoral en el que la oposición a Maduro debía superar la votación alcanzada por el presidente en el proceso electoral que lo llevó al cargo. Todo esto está suspendido.
 

7. Decisiones del TSJ y el Consejo Nacional Electoral

Primero fue el Tribunal Supremo de Justicia quien decidió, el lunes 17 de octubre, que la recolecta de firmas por parte de la oposición para llevar a cabo el referendo revocatorio contra Maduro debía reunir por lo menos el 20% del padrón de cada uno de los 23 estados venezolanos, y no 20% del total del padrón nacional, como se había establecido previamente. La oposición vio en esta medida una forma de obstaculizar el proceso, pues obtener ese porcentaje en estados gobernados por el partido oficialista es una tarea difícil. En la misma semana, el jueves 20 de octubre, el Consejo Nacional Electoral decidió suspender indefinidamente el proceso del revocatorio cuyo siguiente paso sería la jornada de recolecta de firmas del 26 al 28 de octubre , tras la decisión de los tribunales penales de los estados Aragua, Apure, Bolívar y Carabobo, gobernados por el partido oficialista, de anular por "fraude" la primera recolección de firmas de 1% del padrón que hizo la MUD en abril para promover el referendo. Ambas decisiones fueron las gotas que colmaron el vaso de la oposición, que vio cerradas las vías institucionales para remover del cargo a Nicolás Maduro.

luis.martinez@eleconomista.mx