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8 gráficos para entender la guerra de Rusia en Ucrania
La guerra en Ucrania no sólo está determinada por los hechos en el campo de batalla, las acciones políticas europeas y estadounidenses respecto a la invasión rusa también determinan el curso de conflicto cuyo final resulta incierto.
El 24 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró, en un discurso televisivo, el inicio de una “operación militar especial” en la región ucraniana del Donbás. El presidente Ucraniano, Volodymyr Zelensky, advirtió: “Si alguien intenta arrebatar nuestra tierra, nuestra libertad, nuestras vidas... nos defenderemos”.
Las repercusiones se extienden más allá de los territorios involucrados.
Esta es la historia de la guerra en Europa, contada con ocho gráficos sobre migraciones forzadas, comercio de energéticos, producción de granos y otros tópicos que explican las consecuencias del conflicto.
El Gobierno ruso reprocha la posibilidad de que Ucrania se incorpore a la OTAN, el acuerdo de seguridad militar de los países del Norte global encabezado por Estados Unidos. Para Moscú, el ingreso de Ucrania significa un riesgo a su seguridad, pues su rival occidental tendría mayor cercanía con sus fronteras. Estas tensiones geopolíticas sumadas a los conflictos con separatistas prorrusos en ciertas regiones ucranianas fueron detonantes para la operación armada.
1. Pérdidas humanas en Ucrania
Las operaciones de Moscú no se han limitado a objetivos militares. El Ejército ruso ha bombardeado territorio Ucraniano ocupado por civiles. El 10 de octubre, Rusia lanzó 83 misiles sobre Ucrania, dos días después de una explosión en el estratégico puente de Crimea, de la que Moscú acusa a Kiev.
Estos hechos se suman a las fosas comunes halladas en la ciudad de Izium donde “99% de los cuerpos exhumados mostraban signos de muerte violenta”, de acuerdo con autoridades ucranianas.
Ni Ucrania, ni Rusia han revelado las cifras sobre las bajas en sus ejércitos.
Se calcula que más de 6,200 personas civiles de origen ucraniano han muerto a causa de las operaciones militares de Moscú en los diferentes frentes de conflagración en Ucrania.
2. El territorio devastado
Ucrania ha logrado recuperar territorios en los que las tropas rusas tenían el control, el más reciente, la ciudad de Limán, en el Donbás. Otro avance importante para Ucrania fue en la ciudad de Jersón, al sur, confirmado por Vladimir Saldo, líder impuesto por el gobierno Ruso, quien confirmó que las tropas rusas en esa región se están atrincherando.
En los cuatro territorios ucranianos anexionados mediante referéndums, el ejército ucraniano ha tenido constantes avances por lo que Rusia ya no tiene el control total de dichas regiones, Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia.
Esta última, una pieza clave del conflicto por albergar la mayor central nuclear de Europa, que ya se encuentra en parada fría, aun en ese estado, los reactores necesitan del sistema de refrigeración alimentado por distintas fuentes de energía a fin de evitar una catástrofe nuclear. En distintas ocasiones la planta ha perdido el suministro eléctrico y se han usado los sistemas de emergencia. Rusia y Ucrania se culpan mutuamente por los bombardeos cerca de la planta nuclear de Zaporiyia.
3. Los objetivos rusos en Ucrania
Crimea fue la primera región en ser anexada a Rusia mediante un referéndum en 2014, provocando una amplia tensión geopolítica en la zona.
En medio de la invasión iniciada por Moscú en febrero de 2022, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, lanzó una serie de referendos en otras cuatro ciudades, cuyos resultados fueron a favor de unirse a Rusia, de acuerdo con el Kremlin.
Las nuevas regiones anexionadas son Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia. La ONU calificó a las votaciones como ilegales.
4. El apoyo económico del exterior
El Ejército ucraniano ha recibido ayuda económica y en especie de distintos países, entre los que destaca Estados Unidos, cuya aportación equivale al doble de lo que han enviado el resto de los países en conjunto.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, agradeció la ayuda de su homólogo Joe Biden y el impacto que tuvo en la recuperación del territorio ocupado.
Las elecciones de medio término en Estados Unidos en noviembre, en plena crisis inflacionaria y las posibilidades de recesión económica, hacen dudar de que los apoyos de Washington continúen fluyendo con la intensidad con que lo han hecho hasta ahora.
5. La dependencia europea de la energía rusa
Tras el inicio de la guerra en Ucrania, la Unión Europea (UE) adoptó una serie de sanciones sin precedentes contra Moscú y, en respuesta, Moscú redujo drásticamente su suministro de gas natural, un componente central para mantener en movimiento la industria europea.
Aunque los países de la UE importan energéticos de distintas naciones, Rusia domina el mercado en total de exportaciones. Ante la cercanía del invierno los ministros de energía plantearon una reducción del 5% en la demanda energética.
6. La ruta del gasoducto Nord Stream
Rusia es dueña de buena parte del gas natural, el carbón y el petróleo que se consume en Europa, pero también es propietaria de la infraestructura para su distribución.
Se trata de los dos gasoductos Nord Stream, entre Rusia y Alemania.
Esta infraestructura sufrió fugas de gas en el mar Báltico que generaron gigantescos burbujeos. Autoridades de los países afectados apuntaron a un sabotaje, mientras que Rusia declaró no haber tenido relación con las fallas.
El gasoducto no está operando debido a las sanciones contra Rusia, pero contiene gas en su interior.
7. Los desplazados ucranianos
La guerra en Ucrania ha obligado a millones de personas a dejar sus hogares e incluso migrar a otros países, incluido Rusia.
La diáspora tiene origen no sólo en el territorio en combate: tras el anuncio de reclutamientos masivos de civiles para el Ejército ruso, ciudadanos de ese país también han buscado abandonar el territorio para evitar ser enviados a la guerra.
Se calcula que 5.3 millones de personas han dejado sus hogares en Ucrania para ser acogidos, principalmente, en Rusia, Polonia y Alemania.
8. Daños colaterales: el Mercado de granos
La guerra de Rusia en Ucrania también impactó en los precios de los alimentos, ya mermados desde antes por la pandemia de Covid-19 y por el aumento generalizado de los precios (la inflación).
Las exportaciones de granos ucranianos se detuvieron con el inicio de la guerra, en febrero de 2022, lo que afectó principalmente a países de África, Asia y Europa, principales compradores de la producción agroalimentaria de Ucrania.
En julio se estableció un acuerdo negociado por las Naciones Unidas y Turquía para que Ucrania reanudara las exportaciones de grano desde los puertos del Mar Negro, pero, de acuerdo con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, Moscú no ha respetado plenamente el acuerdo.
El conflicto entre Rusia y Ucrania es de tiempo atrás y con distintos matices. El Kremlin considera a Ucrania como parte de su territorio, un pensamiento heredado de la geografía de naciones que integraron la Unión Soviética. Pero desde la ruptura del bloque socialista y la independencia de Ucrania, este país ha tenido un acercamiento mayor con la Unión Europea y la OTAN, situación no bien vista por Rusia. La anexión de Crimea fue una de las primeras alertas sobre un conflicto aún más grande entre ambas naciones.
En el transcurso de la guerra, la Unión Europea se ha mantenido firme en su respaldo a Ucrania, pero en vísperas de la llegada del invierno, el alza en el precio de los energéticos es de gran relevancia para los países europeos ya mermados por la inflación y por la dependencia al petróleo, el carbón y el gas rusos.
La posibilidad de un diálogo para poner alto al fuego ha sido desestimada y el mundo está al pendiente de un conflicto con implicaciones nucleares.