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Alemania refuerza controles fronterizos para reducir migración

La nueva medida en vigor se extenderá por al menos seis meses y pone en pausa el espacio Schengen. Expertos advierten que, con recursos policiales limitados, los controles selectivos descritos por el Ministerio como "controles inteligentes" pueden conducir a discriminar racialmente.

Oficiales revisaban ayer un vehículo en el cruce fronterizo Stadbruecke, entre Alemania y Polonia. Foto: ReutersREUTERS

Berlín. Alemania reestableció ayer controles temporales en sus fronteras occidental y septentrional en el marco de la lucha contra la inmigración irregular y la delincuencia transfronteriza, anunció el Ministerio del Interior.

El gobierno de coalición ha endurecido su postura sobre la migración tras un aumento en las llegadas ilegales, en particular de personas que huyen de la guerra y la pobreza en Medio Oriente, y un aumento en el apoyo a la oposición de extrema derecha y los conservadores.

Los controles se aplicarán en las fronteras terrestres de Alemania con Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Dinamarca durante un periodo inicial de seis meses, lo que supone un nuevo revés a la libre circulación en la Unión Europea.

Ya se aplicaban en los pasos con Polonia, la República Checa, Austria y Suiza.

La policía federal llevará a cabo estos controles con flexibilidad, basando sus medidas en la situación actual de seguridad y centrándose en minimizar las molestias a los viajeros y al comercio, según el Ministerio.

Los cambios se producen en un contexto de descenso de las solicitudes de asilo en Alemania, que cayeron un 21.7% en los ocho primeros meses del año.

La Ministra del Interior, Nancy Faeser, dijo que las cifras habían bajado, gracias en parte a los controles introducidos el año pasado, que bloquearon más de 30,000 entradas no autorizadas.

"Mi orden también pretende proteger contra la aguda amenaza del terrorismo extremista islamista y la grave delincuencia transfronteriza", añadió en un comunicado.

Sin embargo, las medidas han suscitado preocupación entre los expertos en migración, que cuestionan su eficacia a largo plazo, sugiriendo que son más simbólicas que sustantivas.

"La señal es disuasoria, un intento de demostrar la capacidad de actuar", afirmó Hans Vorlaender, presidente del consejo de expertos de Alemania sobre integración y migración.

Si bien los controles fronterizos pueden tener un efecto disuasorio a corto plazo, las redes de contrabando a menudo encuentran nuevas rutas, dijo Vorlaender, y agregó que una solución más sostenible sería procesar las solicitudes de asilo de los migrantes en las fronteras externas de la UE.

Vecinos, en alerta

Las medidas también han suscitado críticas de los vecinos de Alemania. El primer ministro polaco, Donald Tusk, pidió consultas urgentes con otros países afectados que temen tener que absorber más solicitantes de asilo y el impacto en el comercio.

El canciller de Austria, Karl Nehammer, advirtió de que si Alemania introducía medidas para devolver más inmigrantes a través de su frontera común, Austria respondería enviando más personas hacia el este, hacia los Balcanes.

Está previsto que los controles fronterizos con Austria se prolonguen hasta el 11 de noviembre. Mientras que los controles en las fronteras con Polonia, la República Checa y Suiza continuarán hasta el 15 de diciembre.

El Ministerio del Interior alemán ha dado a entender que probablemente habrá más prórrogas.

Los críticos argumentan que los controles restablecidos ponen en peligro el principio de libre circulación de la UE conocido como espacio Schengen.

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