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Geopolítica

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Corte Suprema aplasta plan migratorio de Obama

Barack Obama, sufrió la mayor derrota legal en la historia de su administración cuando el Tribunal Supremo falló 4 a 4 sobre reactivar su estancado plan para proteger a millones de inmigrantes indocumentados de la deportación y darles el derecho a trabajar legalmente en Estados Unidos.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sufrió la mayor derrota legal en la historia de su administración cuando el Tribunal Supremo falló 4 a 4 sobre reactivar su estancado plan para proteger a millones de inmigrantes indocumentados de la deportación y darles el derecho a trabajar legalmente en Estados Unidos.

Los votos de los jueces no fueron anunciados, pero los liberales y los conservadores de la Corte se han mostrado divididos en sus informes orales de esta primavera. El empate significa que la decisión sobre si Obama se excedió en sus poderes, al emitir una acción ejecutiva a favor de los inmigrantes, quedará en manos de un tribunal inferior.

La acción del tribunal aplastó las esperanzas de unos 4 millones de inmigrantes ilegales.

La inmigración ya representa uno de los puntos de inflamación de las elecciones del 2016, con marcadas diferencias entre demócratas y republicanos, y la acción de la Corte podría intensificar aún más el debate.

Obama respondió a las noticia de la Corte Suprema con la promesa de continuar con nuevos programas que pondrían como prioridad la deportación de criminales violentos en vez de residentes de largo plazo que no representan una amenaza para el país. También criticó fuertemente a los republicanos del Congreso por negarse a reconsiderar a su candidato para remplazar el juez Antonin Scalia, que murió en febrero pasado.

De los ocho jueces, cuatro votaron a favor del plan y otros cuatro votaron en contra. En concreto, la votación anula la iniciativa al menos durante la Presidencia de Obama, e intensifica el debate migratorio de cara a las elecciones de noviembre.

Una votación empatada no deja precedente, pero mantiene vigente la decisión del tribunal inferior. En este caso, el tribunal federal de apelaciones de Nueva Orleans había dicho que el gobierno no tenía la autoridad de proteger a unos 4 millones de inmigrantes con la posibilidad de darles permisos de trabajo sin la aprobación del Congreso.

Texas lideró un grupo de 26 estados con gobiernos republicanos que demandaron al gobierno federal en torno a la iniciativa anunciada en noviembre del 2014. Los republicanos en el Congreso también apoyaron la demanda de los estados.

El presidente Obama declaró que el estancamiento judicial nos aleja aún más del país que aspiramos ser .

Los candidatos a la Presidencia se mostraron tan divididos como estaban los jueces de la Corte Suprema.

La demócrata Hillary Clinton expresó que de ser elegida, defenderá los programas de Obama y haré todo a mi alcance bajo la ley para ir más allá en la protección de las familias .

El republicano Donald Trump, por el contrario, estimó que el resultado obstruye una de las medidas más inconstitucionales jamás intentadas por un presidente y deja en claro lo que está en juego en noviembre .

La iniciativa de Obama incluía protecciones a padres de niños que están legalmente en el país y una ampliación del programa que ampara a gente que fue traída al país cuando eran menores de edad. Obama decidió aprobar el plan luego que los republicanos obtuvieron el control del Senado en las elecciones legislativas del 2014 y disminuyeron aún más las probabilidades ya remotas de que el Poder Legislativo autorizara una reforma migratoria.

El Senado aprobó una amplia reforma migratoria, con respaldo demócrata y republicano en el 2013, pero la medida quedó atascada en la Cámara de Representantes, que era controlada por los republicanos.

Poco después de que Obama anunció su iniciativa, los estados acudieron a los tribunales.

El resultado presagia que la política migratoria de Estados Unidos será decidida mayormente por las elecciones presidenciales de este otoño, en una campaña en que la inmigración ya ha surgido como uno de los temas más álgidos.

Los inmigrantes que se hubieran beneficiado de los programas no enfrentan un inminente peligro de deportación, pues el Congreso ha aprobado el presupuesto para lidiar con sólo un pequeño porcentaje de la gente que está viviendo en el país ilegalmente y el presidente mantiene amplia discreción en cuanto a quién deportar.

Cuando la Corte accedió a escuchar el tema en enero tenía nueve magistrados, pero para el momento en que se debatieron los argumentos a finales de abril, había fallecido el juez Antonin Scalia. Ello dejó ocho jueces para dirimir el tema y es casi seguro que la votación se dividió según bandos ideológicos, liberal y conservador, aunque el tribunal no divulgó cómo votó cada juez.

En términos prácticos, si Donald Trump ganara las elecciones, lo más seguro es que la iniciativa quedaría derogada, pues el virtual candidato presidencial republicano ha prometido deportar a los aproximadamente 11 millones de inmigrantes que se encuentran en el país ilegalmente.

Si gana la demócrata Hillary Clinton las elecciones, lo más probable es que intente resucitar el programa o que intente llegar a un acuerdo con el nuevo Congreso para redactar una reforma total a las leyes migratorias.

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