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Geopolítica

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El horror se apodera de Manhattan

Un niño disfrazado de la muerte, con un hoz en la mano, se pasea al caer la fría noche por el barrio neoyorquino de Tribeca pidiendo dulces, esquivando periodistas y policías. A metros, poco antes, un acto terrorista ha dejado ocho muertos y 11 heridos graves.

Nueva York. Un niño disfrazado de la muerte, con un hoz en la mano, se pasea al caer la fría noche por el barrio neoyorquino de Tribeca pidiendo dulces, esquivando periodistas y policías. A metros, poco antes, un acto terrorista ha dejado ocho muertos y 11 heridos graves.

Cuando Estados Unidos festeja Halloween, el Día de Brujas, y los niños y jóvenes se deleitan asustando y asustándose con disfraces muchas veces terroríficos, la muerte ha golpeado de verdad la mayor ciudad del país, Nueva York, con 8.5 millones de habitantes.

Un hombre de 29 años, oriundo de Uzbekistán y residente de Florida, entró con la camioneta de alquiler blanca con un logo de la cadena de ferreterías Home Depot en el carril de bicicletas y peatones, atropellando a varias personas, entre ellas, cinco ciudadanos argentinos y uno belga. A su paso, el autor del ataque, identificado como Sayfullo Saipov, se estrelló contra un autobús escolar en Tribeca, un barrio caro, moderno y muy frecuentado del sur de Manhattan, a apenas 800 metros de donde las Torres Gemelas fueron derribadas en los atentados del 11 de septiembre del 2001. Fue baleado en el abdomen por la policía después de salir del vehículo empuñando lo que resultaron ser pistolas falsas en cada mano y gritar “Allahu akbar” —la frase en árabe para “Alá es grande”—, de acuerdo con las autoridades.

Según un reporte de la cadena CNN,  el autor de los ataques dejó una nota en el vehículo que utilizó en la que afirmaba lealtad al Estado Islámico. Las autoridades ni el propio grupo terrorista se pronunciaron hasta el cierre de esta edición sobre la autoría.

Sin esperar la confirmación de la policía, el presidente Donald Trump evocó el grupo yihadista Estado Islámico (EI). “No debemos permitir que el EI regrese, o entre, a nuestro país después de derrotarlo en el Medio Oriente y otras partes. ¡Suficiente!”, tuiteó.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que se trató de un ataque de un “lobo solitario” y que no había evidencia que indicara que era parte de un complot.

Un vocero del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos calificó al incidente como un “aparente acto de terrorismo”.

Preguntado en la conferencia de prensa sobre reportes de que el conductor había gritado “Alá es grande”, el comisionado de la policía de Nueva York, James O’Neill dijo que palabras pronunciadas por el sospechoso cuando dejó su vehículo y las circunstancias en general del ataque llevaron a los investigadores a calificar al incidente de “evento terrorista”.

De las ocho personas muertas, seis fallecieron en el lugar del ataque y otras dos en un hospital cercano, agregó O’Neill.

El comisionado de bomberos Daniel Nigro dijo que 11 sobrevivientes que sufrieron heridas graves pero sin riesgo para sus vidas fueron trasladados a hospitales.

John Williams, un testigo de 22 años, dijo a periodistas en la escena que escuchó cinco disparos antes de ver a la policía llevarse a un hombre detenido. “Parecía muy calmado, no se resistía”, destacó.

Éste fue el primer acto terrorista en Nueva York desde la explosión de una bomba casera en septiembre del 2016 en Chelsea, que dejó 31 heridos leves.

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