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Geopolítica

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Judíos ultraortodoxos prohíben manejar a las mujeres en Londres

La rama londinense del movimiento está siendo criticada desde que sus responsables escribieron a los padres para recordarles que "ningún niño" será admitido en su escuela si son las madres quienes les llevan en coche.

Judíos ultraortodoxos de Londres defendieron la prohibición de llevar a sus hijos en coche a la escuela que impone su comunidad a las mujeres, pese a las duras críticas de representantes judíos y del ministerio de Educación.

"La comunidad Belz necesita cierto rigor. Es el estilo de vida que hemos elegido. Solo queremos que nos dejen en paz", declaró a la AFP Yanky Eljanu, miembro de este movimiento nacido en el siglo XIX en Belz, Ucrania.

La rama londinense del movimiento está siendo criticada desde que sus responsables escribieron a los padres para recordarles que "ningún niño" será admitido en su escuela si son las madres quienes les llevan en coche.

La comunidad está formada por unas 400 familias y dirige dos escuelas privadas en el norte de la capital británica.

"Hemos constatado una recrudescencia de los incidentes con madres de alumnos que han comenzado a conducir coches, lo que va contra nuestras reglas de decencia", dice la carta firmada por la "dirección espiritual" de la comunidad Belz.

Los autores de la carta dicen haber consultado al líder de la comunidad en Israel, el rabino Yissachar Dov Rokeach.

La ministra de Educación británica, Nicky Morgan, calificó la idea de "totalmente inaceptable en la Gran Bretaña moderna".

"Vamos a investigar y tomar las medidas necesarias si somos informados de tales violaciones", añadió.

Dina Brawer, representante en Reino Unido de la Alianza feminista del judaísmo ortodoxo, también criticó una prohibición "vergonzosa" y "perturbadora".

"No es tan diferente de la prohibición de conducir a las mujeres en Arabia Saudí", aseguró en una entrevista con el semanario Jewish Chronicle.

Yanky Eljanu, por su parte, negó la acusación, asegurando que en Arabia Saudí las mujeres son azotadas si desobedecen mientras que en la comunidad Belz "no pasa nada".

Judith Stein, miembro de esta comunidad ultraortodoxa, descartó en su blog que se tratara de opresión. "No me siento degradada, oprimida (...) Los valores de la familia son importantes para mí. La mujer debe estar protegida. No para estar encerrada en casa, sino porque es considerada una piedra preciosa, un diamante, que hay que preservar a cualquier precio".

rarl

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