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Geopolítica

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Rusia prepara nuevas anexiones al este de Ucrania

Líderes separatistas piden al presidente Putin incorporar Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón; Occidente ve ilegítimos los referendos.

En Moscú se instaló un escenario con pantallas de video gigantes, con vallas publicitarias que proclaman "Donetsk, Lugansk, Zaporiyia, Jersón - ¡Rusia!".

Moscú. Rusia se aprestaba el día de ayer a anexionarse una franja de Ucrania, publicando lo que denominó recuentos de votos que mostraban un apoyo a la adhesión a Rusia en cuatro provincias parcialmente ocupadas, tras lo que Kiev y Occidente denunciaron como falsos referendos ilegales celebrados a punta de pistola.

En la Plaza Roja de Moscú se instaló un escenario con pantallas de video gigantes, con vallas publicitarias que proclaman "Donetsk, Lugansk, Zaporiyia, Jersón - ¡Rusia!".

"Querido Vladimir Vladimirovich (Putin) le pedimos examinar la cuestión de la adhesión de la República Popular de Lugansk a Rusia como sujeto de la Federación de Rusia", declaró Leonid Pasechnik, jefe separatista prorruso de Lugansk.

Tanto Pasechnik como el jefe de la administración prorrusa de Donetsk afirmaron que prevén viajar a Rusia para formalizar la anexión.

Y los dirigentes de las administraciones de ocupación de las regiones meridionales de Jersón y de Zaporiyia enviaron cartas similares al presidente ruso, Vladimir Putin, tras haber anunciado el martes los resultados de las votaciones.

Para Rusia, "los resultados de este plebiscito hablan por sí solos" y, en un comunicado, la diplomacia rusa afirmó que "los habitantes del Donbás (Lugansk y Donetsk), de Jersón y de Zaporiyia no quieren volver a su vida de antes, y han hecho una elección consciente y libre en favor de Rusia".

China, supuestamente cercana a Moscú, pidió respeto a "la integridad territorial de todos los países".

Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Canadá reiteraron ayer 28 de septiembre, que "nunca" reconocerían los resultados de las votaciones, una promesa que ya hizo el G7 días antes.

Gasoductos

Objeto de sospechas tras el aparente sabotaje a los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico, Rusia contraatacó ayer abriendo una investigación por "terrorismo internacional" y señaló implícitamente a Estados Unidos, que por su parte respondió denunciando una operación de "desinformación".

"A partir de los elementos enviados por la Fiscalía General rusa [...], el órgano de investigación de los FSB (servicios de seguridad rusos) abrió un caso criminal. Una investigación preliminar ha comenzado", declaró la Fiscalía en un comunicado, en el que recalcó el "grave perjuicio económico" sufrido por Rusia a raíz del incidente.

Pero la Casa Blanca replicó que es "ridículo" insinuar que Washington pueda estar detrás de los supuestos sabotajes.

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