El parkour nació en los barrios parisinos y llego a las calles de Alepo en plena guerra civil para alejar las malas energías y las tensiones psicológicas. Sin infraestructura ni entrenadores, los jóvenes sirios aprenden las acrobacias a través de Internet.
El grupo de "traceurs" (practicantes de parkour) práctica desde 2014 este deporte que combina figuras acrobáticas y saltos para desplazarse de un punto a otro en jardines, gimnasios y sitios públicos de esta ciudad situada en el norte del país en guerra. Foto: AFP.
Lejos de dejarse desmoralizar por la peligrosidad del terreno, los jóvenes se cuelgan de paredes y ventanas antes de lanzarse al vacío y aterrizar en una montaña de escombros. Foto: AFP.
Unas 200 personas practican este deporte que cada vez tiene más aficionados en Alepo. Empezaron a practicar el parkour para alejar las malas energías y las tensiones psicológicas. Foto: AFP.
En una calle cubierta de arena y escombros, jóvenes salen volando por los aires para caer unos metros más lejos y volver a despegar. Foto: AFP.
Practicar este deporte en Alepo tiene el objetivo de vencer el miedo, sobre todo que el parkour se hace en zonas peligrosas y que no están previstas para esta práctica. Foto: AFP.
En medio de una calle salpicada de escombros, un trazador se arroja hacia atrás en un movimiento circular controlado, para aterrizar en una ciudad devastada por una guerra que no ve su fin. Foto: AFP.
Por: Redacción El Economista
viernes 13 de abril de 2018 - 16:29