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Feliz Navidad, criminal Maduro
La manipulación de la realidad a través del populismo termina por hacer reales escenarios alternativos.
Nicolás Maduro decretó un incremento en el rango temporal de la Navidad iniciando en octubre y concluyendo en enero con posibilidad de una prórroga, por qué no, de un par de meses. De seguir así, en 2025 no nos extrañe que Venezuela no quite los arbolitos navideños a lo largo de los 12 meses.
En el momento en que Maduro firmaba el decreto, su policía secuestraba a jóvenes que salían a las calles a manifestarse en contra del fraude electoral ocurrido en la noche del 28 de julio. El chavismo sextuplicó los presos políticos desde las elecciones (ONG Foro Penal).
Yuval Noah Harari describe su preocupación que despierta la existencia de un segmento de la población que cree más en la Biblia que en el New York Times (Nexus, editorial Debate).
Quizá la comparación la hizo entre peras y manzanas, pero su intención era demostrar la victoria de los dogmas sobre los hechos reales.
La realidad ya no tiene argumentos para convencer; los hechos son sustituidos por creencias o dogmas.
A los hechos reales los populistas los cazan con ayuda de redes. Las redes sociales, claro, y a través del lenguaje.
El 29 de septiembre el presidente de Argentina y su hermana llevaron a cabo una performance en el Parque Lezama de Buenos Aires.
El periódico La Nación contabilizó 29 agresiones en un discurso que duró 70 minutos. “Casta putrefacta”, “ensobrados”, “le cerramos el orto”, “manga de delincuentes, ladrones, mentirosos”, “traidores”, “cobardes”, “imbéciles”, “ratas miserables”, “culo sucio”, “degenerados fiscales”, “zurderío inmundo” (La Nación, 6 de octubre).
“La furia descontrolada convierte al furioso en alguien superior: como un dios que castiga, desde arriba, a todos, que somos liliputienses en esa mirada”, comenta la socióloga Liliana de Riz a La Nación.
Regresando al libro de Harari, describe la enorme contradicción en la que cae Donald Trump al usar herramientas marxistas (opresores frente a oprimidos), pero auto describiéndose como antimarxista.
Milei podría sumarse al equipo de Trump. De hecho, ya lo hizo Elon Musk con los mandos de X en sus manos.
La democracia, posiblemente, se encuentra en tránsito hacia terrenos utópicos.
La agitada cotidianidad no permite que la racionalidad se asome a la ventana de los hechos reales. Son demasiadas distracciones.
Los foquitos de la Navidad, que ya inició en Caracas, se encienden y apagan al ritmo de una dictadura criminal dirigida por un perseguido de tribunales internacionales.
Feliz Navidad, Maduro.