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La Plataforma de Carbono MexiCo2 rompe expectativas
Aseguran que es un verdadero logro, pues aún no están listas las reglas sobre el funcionamiento del nuevo impuesto ecológico.
Desde que comenzó operaciones, en noviembre del año pasado, a la fecha, la Plataforma Mexicana de Carbono MéxiCO2 ha intercambiado un total de 50,000 bonos, lo que ha superado las expectativas para el primer año de funcionamiento.
Eduardo Piquero, director de la plataforma, aseguró que lo anterior demuestra que, aún sin contar con las reglas sobre el funcionamiento del nuevo impuesto especial al carbono que según la reforma fiscal se podrá acreditar mediante la adquisición de bonos de carbono crece el interés de las empresas nacionales por comprar estos instrumentos financieros, con el propósito de neutralizar sus emisiones contaminantes.
El nuevo mercado, que opera en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), prevé para los próximos meses la colocación de 10,000 bonos.
Asimismo, se espera el listado de tres nuevos proyectos, dos correspondientes a rellenos sanitarios en Guanajuato y Sinaloa y uno de captura de metano, en una mina de carbón de Coahuila.
Cuando comenzó, la Plataforma Mexicana de Carbono contaba originalmente con siete proyectos listados: un programa de reforestación en la selva, un parque eólico, dos granjas de cerdos, un huerto solar, un plan de eficiencia energética y una planta industrial que captura gas nitroso.
El impuesto especial a las emisiones de carbono ya está en vigor, pero faltan las reglas para que las empresas puedan pagarlo con los bonos de carbono.
También habrá que revisar cómo quedan las reglas para que tenga éxito este esquema, como que cada bono tenga un equivalente a una tonelada de CO2 , refirió el experto.
Insistió en que la normatividad pendiente es fundamental para impulsar el mercado de carbono en México y para reducir el impacto ambiental de las empresas altamente contaminantes establecidas en el país.
ESTÍMULO
La facilidad de pagar con bonos será un estímulo muy importante para las empresas que están listadas en la BMV, pero también para aquellas que no lo están y cuyas actividades igualmente tienen un efecto en el medio ambiente , comentó Piquero.
Sobre los precios de los bonos, el directivo comentó que depende de cada proyecto, ya que generalmente las acciones forestales tienen un costo más caro.
Citó como ejemplo que un programa de reforestación en Oaxaca ofrece sus bonos a un costo de entre 10 y 13 dólares, mientras que los programas de eficiencia energética en otras partes del país reportan precios de entre 3 y 4 dólares.
Piquero aclaró que no sólo las empresas pueden participar en la Bolsa climática, sino también agentes públicos y organizaciones civiles.
De hecho, dijo que se ha detectado interés de organizaciones médicas y tiendas de conveniencia, entre otros, que desean neutralizar sus emisiones contaminantes.
El potencial en México es muy grande, ya que 110 empresas del país cuentan con proyectos que emiten bonos de carbono, una mínima parte del universo de 5 millones de empresas que hay , comentó Jesús González, socio de Gobierno Corporativo de la consultora KPMG.
Sin embargo, el especialista coincidió en que la falta de la reglamentación del nuevo impuesto inhibirá el desarrollo del mercado de carbono en el país y aseguró que menos de 40% de las empresas del país conoce del gravamen.
Recordó que, por ley, las unidades productivas que generen 25,000 toneladas de CO2 deben hacer inventarios, auditarse anualmente y definir los mecanismos para reducir su generación de contaminantes, pero sin las normas secundarias será difícil incentivar a los sujetos obligados.
Las bases ya están dadas, ahora lo que sigue es expedir las leyes secundarias , concluyó Jesús González de la consultoría KPMG.
guadalupe.cadena@eleconomista.mx