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La ruta de las remesas

El fenómeno de las remesas familiares es decir, los flujos de recursos financieros que nuestros compatriotas que viven en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, envían a sus familiares en México tiene múltiples aristas de análisis y profundas consecuencias económicas, ya que la gran mayoría de estos recursos se convierten de inmediato en consumo.

Claramente, la migración y el envío de remesas no es privativo de nuestro país; se presentan en buena parte del mundo y en el origen se encuentran factores como la falta de oportunidades para encontrar un empleo digno o situaciones políticas que provocan el abandono de los países afectados.

De acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas 2016, entre el 2002 y el 2008, el flujo mundial de remesas registró la mayor expansión de los últimos 20 años (17%); no obstante, después de este periodo el envío de recursos se estabilizó, registrándose una incremento promedio de 3% del 2009 al 2014. Desde el punto de vista del Banco Mundial, el flujo de remeses mundiales aumentará entre 1.3 y 4.7% en los siguientes tres años.

La información registrada en el Anuario de Migración y Remesas refleja que en el 2014 los países en desarrollo reciben 73% de las remesas mundiales, mientras que los países desarrollados son la fuente de 87% de dichos envíos.

Dentro de los países más importantes en el envío de recursos a nivel mundial en el 2015 destaca Estados Unidos, al emitir 22% de las remesas a nivel mundial, seguido por Arabia Saudita con 7.5% y los Emiratos Árabes Unidos con 5.1 por ciento.

Dentro de los países europeos sobresalen el Reino Unido, que es el responsable de originar 4.3% de los envíos mundiales, y Alemania 4%, mientras que Hong Kong se ubica como la principal región asiática de origen de las remesas con 2.9 por ciento.

Por la cercanía que tenemos con el fenómeno de la migración y el envío de remesas, tendemos a pensar que México es el país con el mayor flujo de remesas familiares en el mundo. Si bien es cierto que es uno de los principales receptores, quienes se ubican en los primeros dos lugares prácticamente duplican los recursos recibidos por México.

La India y China son los países que reciben los mayores montos de remesas del mundo (12 y 11%, respectivamente), en tercer lugar se ubica Filipinas, que recibe 5%; entre estos tres países reciben 166,000 millones de dólares de remesas familiares. México ocupa el cuarto lugar al recibir 4.4% del total de remesas mundiales, seguido por Francia que concentra 4.2 por ciento.

El top 10 de países receptores de remesas se completa con Nigeria (3.5%), Egipto (3.5%), Pakistán (3.4%), Alemania (3%) y Bangladesh (2.7 por ciento).

Es interesante destacar que México es el principal receptor de remesas de América Latina y junto con Estados Unidos son los únicos países americanos que se encuentran dentro de los 20 principales receptores de remesas a nivel mundial. Estados Unidos se localiza en el lugar 19, con 1.2% del total mundial.

Considerando los países latinoamericanos, México es el principal receptor de remesas, al concentrar 38% de los envíos a la región; seguido por Guatemala (9.4%) y República Dominicana (7.3 por ciento). Brasil se encuentra en el lugar siete dentro de los principales receptores de remesas en Latinoamérica, con 4.1% del total.

Dentro del Anuario de Migración y Remesas 2016 se encuentra que en el 2015, México recibió 24,771 millones de dólares por concepto de remesas familiares, lo que representó un incremento anual de 5% y el mayor monto recibido en la historia.

Como es de esperarse, Estados Unidos fue el principal país de origen de las remesas hacia México, con más de 95% del monto total de ese año.

Del total de remesas recibidas en el 2015, Michoacán fue el estado de la República Mexicana que concentró las mayores remesas recibidas con 10%, seguido de Guanajuato con 9%, Jalisco con 9% y México con 6 por ciento.

En el extremo opuesto se encuentra Quinta Roo, Campeche y Baja California Sur, que en conjunto concentran menos de 1% del total de remesas recibidas por el país.

En la medida en que el país logre mayores tasas de crecimiento y esto se refleje en mayores y mejores empleos, el fenómeno de la migración y de envío de remesas será menos importante.

Mientras se logra este objetivo, el flujo de remesas seguirá siendo un apoyo importante para la economía de las familias que las reciben.

*Manuel Guzmán M. es analista económico y financiero.

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