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México vive un “shock” en los mercados financieros, asegura Valentín Carril, de Principal

Las consecuencias de la guerra comercial de Estados Unidos con China y la desaceleración del PIB de Alemania son factores que “incrementan el temor entre los inversionistas y en los mercados el temor se convierte en una presión real”, dijo el economista jefe de la administradora de inversiones

Valentín Carril, economista jefe para América Latina de Principal Internacional. Foto: EspecialFoto: Especial

En los mercados financieros de México hay un shock en la inversión, dijo Valentín Carril, economista jefe para América Latina de Principal Internacional. El contexto internacional y factores locales han golpeado tanto al peso como a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), lo que los convierte en inversiones más riesgosas, consideró el experto de la compañía global de administración de inversiones.

Estos “shocks” son difíciles de revertir, sobre todo si el gobierno no tiene el deseo de realizar una expansión fiscal, dijo Carril en entrevista con El Economista. Petróleos Mexicanos (Pemex), aseguró, es uno de los problemas prioritarios que se deben resolver para que los mercados se fortalezcan, en tanto que sobre el Banco de México (Banxico) destacó su trabajo y dijo que logrará una inflación en línea con su meta.

Sobre realizar inversión en México, dijo que por ahora la renta variable es mucho más riesgosa y no la recomienda. La renta fija, por otra parte, puede generar un mejor rendimiento, pero se debe recordar que siempre existe un riesgo y por eso es importante conocer el contexto local e internacional en el que se mueven los mercados.

Tendencia a bajar las tasas y la guerra comercial

—¿Qué viene para los inversionistas tras el recorte a las tasas de la Reserva Federal (Fed)?

—Primero, debemos recordar que la Fed no fue el primer banco central en recortar las tasas de interés. Hubo varias bajas anteriores en Australia, países de Asia y algunos de la ex Unión Soviética. Lo que vemos es una generalizada baja de tasas a nivel mundial a la que se sumó el Banxico.

Los mercados reciben siempre dos señales que son contradictorias de un recorte de tasas. Por una parte, cuando los bancos centrales bajan las tasas los inversionistas se preocupan por la actividad económica débil. Por el otro, el hecho de bajar de tasas de interés es favorable. 

 

Cuando un movimiento de tasas es causado por la inflación es muy negativo. La motivación para la baja de tasas no fue la inflación. Así que es poco clara la línea para saber si las bajas de tasas serán positivas o negativas para los mercados. Me inclino porque serán positivas.

—¿Qué relación hay entre la guerra comercial y las bajas de tasas?

— Es una pregunta divertida. Hay teorías totalmente conspirativas que yo encuentro divertidas y equivocadas. Inicialmente se creía que Donald Trump y Xi Jinping se pusieron de acuerdo para aparentar que estaban peleando y así obligar a que la Fed bajara las tasas. Luego dijeron que era Trump quien quería impulsar la guerra comercial con ese objetivo. Trump es impredecible, pero para él la guerra comercial va por otro carril. 

En Estados Unidos son estrictos con el cumplimiento de las reglas. La Fed todos los años saca una página en la que explica que su objetivo es una inflación baja, casi siempre de 2%, y su indicador es el índice de precios al consumidor. El mercado laboral no lo maneja del todo, por lo que no tiene objetivos explícitos. Trabajé en la Fed por un tiempo y la única ocasión en la que se habló del mercado accionario fue en el lunes negro de 1987.

A lo que me refiero es que ninguno de esos temas forma parte de la discusión sobre las tasas. Tampoco China, aunque en su última conferencia, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que les preocupa el mundo. La realidad es que 90% de sus decisiones, por no decir más, están basadas sólo en la economía de Estados Unidos.

—Trump dice que quiere un dólar más barato.

—Alguna vez conversé con alguien de Principal de Estados Unidos. Me dijo que fue negociador en algún acuerdo de Estados Unidos. Yo le respondí con algo que dijo Trump: “¿Así que tú eres de los que hicieron los peores acuerdos en la historia de la humanidad?” Él se río un poco… la verdad no mucho, pero me dijo: “Claro, pues es que Trump ve la balanza comercial como si se tratara de los ingresos y los gastos de una empresa”. Pero la balanza comercial no tiene nada que ver con eso.

Él ve como ganancias las exportaciones y como pérdidas las importaciones. Una moneda débil incentiva la exportación y tiene el efecto contrario en la importación. La mayoría de los países prefiere una moneda débil. El equilibrio era que países como Estados Unidos prefieren tener una moneda fuerte. El problema es que no se puede que todos seamos débiles. 

—¿Qué factores presionan sobre la Bolsa Mexicana y el peso?

—Si bien las afectaciones de la guerra comercial a Estados Unidos a la fecha son menores y la desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania, considero, es algo transitorio, se trata de factores que incrementan el temor entre los inversionistas y en los mercados el temor se convierte en una presión real.

Si tuviera que reflexionarlo, pensaría que los factores externos por ahora pesan mucho más que los locales, porque el contexto internacional es complicado y México es una economía muy abierta. Especialmente porque su principal socio, Estados Unidos, es quien complica la situación. La caída de la inversión que hemos visto en México, que es fuertísima, tiene mucho que ver con la incertidumbre global.

Evidentemente, el mundo y las calificadoras de riesgos no tomaron bien algunas decisiones en México y eso tiene efectos específicos, pero diría que es mucho más grande lo externo. 

—¿Qué portafolio recomienda en este contexto?

—En México hoy en día hay un shock en la inversión. Los shocks a la inversión son muy difíciles de revertir, sobre todo si el gobierno no tiene la disposición ni el deseo de hacer una expansión fiscal. El presidente López Obrador está más preocupado por la austeridad, que es algo bueno para un mediano plazo, pero en el corto plazo no lo es.

Si se cae la inversión sólo queda el consumo, pero el consumo por sí mismo no puede resolver el lento crecimiento. El crecimiento seguirá lento y en este escenario, pienso que la inflación va a converger con la meta del Banxico, que ha hecho una buena labor. Las tasas van a empezar a bajar tarde o temprano y eso dará buena rentabilidad a la inversión en renta fija. 

La inversión accionaria me parece mucho más riesgosa de lo normal por todos los factores que mencionamos. En un fondo mexicano recomendaría la renta fija y no la variable. En el aspecto global, quizá la parte accionaria o incluso los bonos de alto riesgo en Estados Unidos.

La economía de Estados Unidos va a crecer más de lo que se piensa y el riesgo de recesión es muy bajo. Además, cuando hay temores globales el dólar se aprecia. Así que, aunque las bolsas estadounidenses bajen, el dólar te va a ayudar.

jose.rivera@eleconomista.mx

Analista de mercados

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